Un cuarto de siglo a la diestra del padre

El primer banco de España y de la zona euro ya tiene nuevo presidente, Ana Patricia Botín. Sin embargo, para la primogénita de Emilio Botín los cuadros, las alfombras y las cortinas de la planta noble del Banco Santander no son objetos ignotos. La hija mayor de patriarca de la dinastía de banqueros cántabros lleva 25 años como consejera de la entidad, donde ha vivido la compra de Banesto, la fusión con el Central Hispano, la expansión por Latinoamérica y Europa, los pilares de la transformación de la institución, y los errores de gestión de su padre.

Ana Patricia Botín-Sanz de Sautuola y O´Shea (Santander, 1960),estudió en el Colegio las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús de Santander. Posteriormente completó su formación en Suiza, Reino Unido, Austria y Estados Unidos. Posteriormente se matricula en la Universidad de Harvard donde se gradúa en Economía.

Su primera experiencia laboral en la banca fue en JP Morgan, el banco de negocios estadounidense donde trabajó en el área de créditos y análisis financiero. A caballo entre Madrid y Nueva York, Ana Patricia Botín aprendió el funcionamiento de los mercados de capitales, con especial hincapié en el departamento de tesorería y banca corporativa.

En 1988 se incorporó a Banco Santander. Su padre no dudo en nombrarla consejera unos meses más tarde, con apenas 29 años. En la entidad familiar comenzó como directora de los mercados de capitales. Su entusiasmo por la bolsa le llevó a crear una división de banca de inversiones para aprovecharse de las fluctuaciones de las divisas y de los graves problemas de los países latinoamericanos con el pago de la deuda.

El 11 de noviembre de 1991, fue nombrada directora general adjunta del grupo y consejera-directora general del Banco Santander de Negocios (BSN), la filial del banco de inversión fomentada por ella. Posteriormente fue consejera delegada y presidenta de esta entidad, el germen de una actividad (tesorería, gestión de activos y banca corporativa) que ha llegado a representar un tercio del beneficio del grupo.

Además de estas funciones, Ana Patricia fue responsable de una parte de la Banca Comercial Extranjera. En agosto de 1997, tras asumir el Banco de Santander el control del Banco Río de Argentina, la hija de Emilio Botín fue designada presidenta de esta entidad. Más tarde, entró en la cúpula directiva de la filial en Venezuela.

Tras la fusión con Banco Central Hispano, la nueva presidenta tomó las riendas de la Banca Mayorista del grupo resultante de la integración. Su ascensión, con la presencia en el consejo, así como en el comité ejecutivo y el comité de dirección, se vio truncada por unas declaraciones a un semanario en las que dejó entrever que era la persona designada para presidir la institución cuando todavía estaban José María Amusátegui y Angel Corcósetugi –los dos máximos ejecutivos del BCH- en el nuevo Banco Santander Central Hispano.

Su padre la destituyó de todos los cargos ejecutivos el 22 de febrero de 1999, si bien mantuvo su puesto en el consejo. Tras un breve plazo dedicada a negocios personales con poco éxito, Emilio Botín la restituyó al colocarla como presidenta de Banesto en 2002. Allí estuvo ocho años,apreniendo lo que el veterano banquero llamaba negocio fácil, tomar dinero y prestarlo. Un banco puramente doméstico,sin apenas problemas, con crecimientos de apenas un dígito en un momento en el que los competidores lo hacían al doble.En 2010 recibió el encargo de dirigir la filial británica del grupo para sacar a bolsa y replicar lo que la entidad había hecho con sus homólogas en Brasil y México, pero el estallido de la crisis hizo imposible la operación.

Casada desde 1983 con Guillermo Morenés y madre detres hijos, ahora dejará de ser responsable de subsidiarias puntuales para tomar el timón del transatlántico de la llama roja. Un examen para el que ha sido entrenada durante un cuarto de siglo.