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BBVA-Sabadell: una oferta incómoda para una Generalitat que se pone de perfil
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BBVA-Sabadell: una oferta incómoda para una Generalitat que se pone de perfil

Mientras el empresariado catalán clama en el desierto contra la fusión entre BBVA y el Banco Sabadell, la clase política y la administración catalana se esfuerzan en mirar hacia otro lado

Foto: Josep Oliu en la presentación de resultados del Banco Sabadell. (EFE/A. Estévez)
Josep Oliu en la presentación de resultados del Banco Sabadell. (EFE/A. Estévez)
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Las fusiones bancarias tienen puntos en común con los documentales de naturaleza sobre la vida sexual de los urogallos, describen rituales de apareamiento que siempre son iguales: despliegue de plumaje, movimientos en círculo… En el caso de la oferta del BBVA para fusionarse con el Banco Sabadell, el ritual no se ha respetado. El anuncio del banco comprador apunta a que no hubo conversaciones para una aproximación previa y que en la entidad que preside Josep Oliu se enteraron por los medios. Lo mismo que la Generalitat, que se ha puesto de perfil en una operación que le incomoda sobremanera.

La declaración más contundente sobre la fusión la ha hecho Natalia Mas, la consellera de Economía. Ha expresado su “respeto” ante una posible fusión de BBVA y Banco Sabadell, añadiendo que la ciudadanía y las pymes necesitan "más entidades financieras y no menos". Mucha prudencia para una absorción en la que Carlos Torres ha entrado fuerte, en lo que es su segundo intento de absorber el Banco Sabadell, tras el traspié de 2020.

Mientras la Generalitat templa gaitas en modo 'aleja de mí este cáliz', el empresariado catalán ha salido en tromba: la patronal Fomento, la Cámara de Comercio de Barcelona, Pimec. Todos han coincidido en manifestarse contra la fusión. Parece lógico. Como en España, las empresas catalanas tienen cuatro bancos y medio para obtener créditos: Santander, CaixaBank, BBVA, Banco Sabadell y el medio… Bankinter. Una fusión reduciría la oferta crediticia un 20%.

Menos oficinas, menos personal, lo que preocupa a las centrales sindicales. En términos económicos catalanes, la fusión BBVA-Sabadell no parece la mejor opción, aunque desde un punto de vista macroeconómico el BCE avala este tipo de estrategia. Con este panorama podría haberse esperado más contundencia de la Generalitat, que ha habilitado un servicio de autobuses para dar servicios financieros a las poblaciones que han quedado sin cajero. Pero el ejecutivo de Aragonès siempre se muestra más cómodo sin desvelar su posición real, como con la ampliación del aeropuerto de El Prat: ni sí, ni no, ni todo lo contrario.

En términos económicos catalanes, la fusión BBVA-Sabadell no parece la mejor opción

Y de lo macro a lo micro. La oferta del BBVA tampoco es tan atractiva para los accionistas de Banco Sabadell. Una prima del 16% en términos reales –descontando la subida del Sabadell y la caída del BBVA– y pagada en acciones del nuevo banco en teoría formaría parte del recorrido alcista que le queda a la acción del Sabadell con el TBS aportándole 200 millones a su cuenta de resultados y una buena evolución de los márgenes gracias a la subida de tipos.

Pero el BBVA tiene las de ganar. El consejo del Banco Sabadell no controla el capital y, por lo tanto, no podrá defender el banco. Cuando tu primer accionista es el mayor inversor pasivo del mundo, Blackrock, con el 3,6%, tu futuro siempre estará en manos de quien haga la mejor oferta. Entre BlackRock, Vanguard y Norges tienen casi el 10% del banco. Un tipo de inversor poco sensible a las 'numancias financieras'.

Influencias en el consejo

Oliu construyó su banco gracias a ejecutivos que venían del BBVA. Jaume Guardiola, su ex consejero delegado, venía del BBVA. El actual vicepresidente del banco catalán, Pedro Fontana; también proviene de la cantera histórica del banco de Carlos Torres. Fontana podría respaldar a Oliu en su negativa a aceptar la oferta. George Donald Johnston III también fue muy crítico con la oferta del BBVA en 2020. Ante este núcleo, un sector más pragmático, como Aurora Catà o María José García Beato, sí podría mostrarse más proclive a la oferta de fusión.

Y eso más allá de la danza ritual de apareamiento de una fusión bancaria que siempre incluye una primera negativa y poco después una mejora de la oferta. Pero, claro, como dijimos al principio, el ritual de apareamiento no avanza por la vía tradicional. Tal como van las cosas y como el BBVA no podrá permitirse un segundo fracaso, no habría que descartar una OPA hostil como resultado final. En lugar del cortejo del urogallo, un final en plan Leda lidiando con el cisne.

Incomodidad en la Generalitat

Así que tenemos una fusión rara y una Generalitat incómoda. No debería ser así, porque Natalia Mas también formó parte de la cantera del Banco Sabadell, donde trabajó en su departamento de macroeconomía. Banco Sabadell es una de esas entidades que Josep Rius de Junts quería multar porque cambiaron la sede, pero en realidad no se ha ido, como demuestra la sede operativa de Sant Cugat.

Pero ERC no quiere una foto dando apoyo a Josep Oliu en plena campaña. Las reuniones de la consellera y del propio Aragonès con Oliu han sido siempre privadas. Oliu fue el primero en llevarse la sede en 2017. El independentismo lo vivió como una agresión cuando en realidad o se movía la sede, ahora en Alicante, o el banco desaparecía. Fue un movimiento defensivo. En muchos sentidos, las heridas del procés siguen abiertas y la desconfianza, por los dos lados, sigue patente.

El caso Sabadell deja en evidencia a la Generalitat y sus competencias que no ejerce

Con estos mimbres, el empresariado catalán se queda solo. Los refuerzos de la Generalitat nunca llegarán al Álamo de la falta de financiación para las empresas que se avecina. Y podrían, porque nunca como ahora, la Generalitat puede influir en el Gobierno de Madrid.

En 1999 la Generalitat de Jordi Pujol se posicionó en contra de la fusión de Pryca y Continente, por considerar que perjudicaba al comercio catalán. Forzó a que el grupo resultante, ahora Carrefour, tuviese que vender tres hipermercados, un supermercado Champion, 15 supermercados pequeños y 12 tiendas descuento Dia en Cataluña. No pararon la fusión, pero influyeron. Ahora, 25 años después, la Generalitat tiene muchas más competencias, pero sus responsables mucho menos coraje político. Donde Pujol se arremangó, Aragonès mira hacia otro lado. La nueva política en la sociedad líquida de Bauman.

Las fusiones bancarias tienen puntos en común con los documentales de naturaleza sobre la vida sexual de los urogallos, describen rituales de apareamiento que siempre son iguales: despliegue de plumaje, movimientos en círculo… En el caso de la oferta del BBVA para fusionarse con el Banco Sabadell, el ritual no se ha respetado. El anuncio del banco comprador apunta a que no hubo conversaciones para una aproximación previa y que en la entidad que preside Josep Oliu se enteraron por los medios. Lo mismo que la Generalitat, que se ha puesto de perfil en una operación que le incomoda sobremanera.

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