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El PSOE amenaza con sacar al PSC de los órganos federales como castigo a su 'rebelión'
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CRISIS EN LA CASA SOCIALISTA

El PSOE amenaza con sacar al PSC de los órganos federales como castigo a su 'rebelión'

Barones y altos mandos territoriales consideran que si los diputados catalanes no obedecen habrá consecuencias "gravísimas", que pueden pasar por dejar al partido fuera del comité y del congreso

Foto: Miquel Iceta es felicitado por su rival en las primarias, Núria Parlon, en la ejecutiva del PSC del pasado 17 de octubre en Barcelona. (EFE)
Miquel Iceta es felicitado por su rival en las primarias, Núria Parlon, en la ejecutiva del PSC del pasado 17 de octubre en Barcelona. (EFE)

La posible indisciplina del PSC tendrá "consecuencias gravísimas". "No saldrá gratis". "No es justo" que se salten las reglas y no reciban un "castigo" como los demás. "El PSC nos lo pone cada vez más difícil". "Que se anden con ojo". Son expresiones literales de barones y altos mandos socialistas que traslucen el sentimiento de indignación generalizada que anida dentro del partido hacia su formación hermana, con la que siempre han tenido una relación llena de altibajos, pero que ahora podría alcanzar un nuevo y peligroso estadio. Reflexiones que anticipan que en el PSOE, en la gestora y en algunas de las federaciones de mayor peso, no se piensa pasar por alto la 'rebelión' del PSC si finalmente consuma su amenaza de no respetar el mandato del comité federal, en caso de que este gire hacia la abstención al PP, como parece ya más que asegurado. Y una idea que ya se baraja en algunas cancillerías regionales es que los socialistas catalanes salgan de los órganos federales del PSOE, de los que forman parte y en los que participan. El objetivo es "equilibrar" una vinculación que, a ojos de muchos cuadros del PSOE, se percibe "desigual".

El runrún ya venía circulando desde hace días, al tiempo que los dos candidatos a las primarias del PSC, Miquel Iceta y Núria Parlon, aseguraban a sus bases que si ganaban mantendrían el no a Mariano Rajoy hasta el final, costase lo que costase, aun a riesgo de romper la disciplina dentro del Grupo Socialista. La promesa, pues, era compartida: sus siete diputados en el Congreso reafirmarían en bloque el voto contrario al PP. Iceta, tras batir a la alcaldesa de Santa Coloma de Gramanet, insistió en que no se movía de su baldosa. Y así se lo trasladó el martes a Javier Fernández, el presidente de la gestora, durante su entrevista de hora y media en Ferraz. La reunión, aunque "cordial", no sirvió para cambiar las posiciones de ninguno de los dos dirigentes.

Fernández trasladó a Iceta que la indisciplina del PSC traería consecuencias, pero no entró en detalle. El primer secretario no quiere "polemizar"

El jefe del Principado sí advirtió a Iceta, según relataban fuentes muy próximas al reelegido primer secretario, de que si el PSC no respeta lo que apruebe el domingo el comité federal habría consecuencias. Fernández "no entró en detalle", aunque sí le reconoció que en el PSOE se estaba hablando de expulsar a los socialistas catalanes de los órganos estatales de dirección en los que están representados, el comité y el congreso del partido. Iceta tampoco quería ni quiere "polemizar", porque entiende que la cúpula interina no podía asumir el desgaste de un conflicto con el partido hermano y sobre todo porque cree que "el problema del PSOE" no es el conflicto con el PSC, sino que tiene "a la inmensa mayoría de los militantes en contra", alineados con el "no es no" que grabó a machamartillo Pedro Sánchez.

El PSOE, camino de la abstención

"Evaluarse responsablemente"

Este miércoles, sin embargo, se produjo un cambio sustancial. Justo después de la entrevista fallida en Ferraz de Iceta y Fernández. El portavoz de la gestora, el andaluz Mario Jiménez, subrayó bien claro en 'Cuatro' que las cosas no serán iguales si hay una 'sublevación' de los socialistas catalanes: "El PSC es un partido hermano y, si toma una posición que pudiera ir en contra de la disciplina y en contra de lo que apruebe democráticamente el comité federal, evidentemente estaríamos ante una situación política diferente, que tendría que evaluarse responsablemente y con honestidad entre el Partido Socialista y el PSC". Jiménez verbalizaba ante las cámaras lo que ya se comentaba en privado.

Foto: Javier Fernández y Miquel Iceta, durante una reunión en Oviedo en la sede de la Federación Socialista Asturiana, en marzo de 2015. (EFE)

La advertencia de Jiménez, como confirmaban fuentes de la gestora, no era casual, ni un mero desliz. Ferraz quería que se lanzara ese mensaje para redoblar la presión sobre Iceta con una amenaza explícita: el replanteamiento del vínculo entre las dos formaciones. El dirigente andaluz no concretó en qué se traduciría el aviso, pero sí lo hicieron por él barones y mandos de primer nivel consultados por este periódico.

Con Page, el primero que públicamente habló de echar del congreso al PSC, sintonizan federaciones como Extremadura o Aragón. Valencia discrepa

El primero que de hecho ya envió el recado directo al PSC fue, hace justo una semana, en la recepción del 12 de octubre, el presidente manchego, Emiliano García-Page. Los socialistas catalanes, señaló entonces, "no pueden amenazar ahora" con no asumir el mandato del comité federal, porque entonces se expondrían a quedar fuera de los congresos del PSOE. No es poca cosa. Cataluña sigue siendo el segundo territorio en número de militantes, después de Andalucía, y a poca distancia de Valencia. Su volumen de afiliados ha sido siempre sustancial en los cónclaves socialistas. Y ahora es el bastión orgánico más importante (y cohesionado) a favor de Sánchez, en caso de que este intentara pujar por el liderazgo del PSOE. Page, entre risas con los periodistas, ya adelantaba que ese órdago del PSC podría perjudicar al ex secretario general y beneficiar a su potencial rival, Susana Díaz.

El presidente manchego no está solo en su reflexión. Federaciones como Extremadura —con mucho poder en la gestora, como Andalucía— y Aragón comparten que quizá ha llegado el momento de ponerse firmes con el PSC y de igualar el estatus con el PSOE, pues este no forma parte de ningún órgano de decisión de sus hermanos catalanes: no tiene silla ni en su ejecutiva ni en su máximo órgano, el 'consell nacional'. El propio Fernández ya recriminó a Iceta en el comité federal del pasado 9 de julio su defensa de la 'vía canadiense' —un referéndum secesionista pactado con el Estado si Cataluña rechaza la reforma federal de la Constitución—, porque suponía hacer saltar por los aires el modelo territorial pactado en Granada por todos los socialistas en 2013. Incluso le lanzó que convendría "repensar" las relaciones de los dos partidos.

No es igual que en 2013

"Nunca he sido partidario de sacar al PSC de los órganos federales para equilibrar las relaciones. Pero el PSC nos lo pone cada vez más difícil. Ellos llevan varios años equivocándose, en perjuicio suyo y de paso de todo el socialismo español", afirmaba ayer miércoles con pesar un presidente autonómico a El Confidencial.

Mario Jiménez: "Tendremos que hablar con honestidad y claridad"

El PSC rompió la disciplina de voto en dos ocasiones en 2013, a cuenta del derecho a decidir, que entonces defendía. Pero en la gestora y en las federaciones de mayor peso se hace hincapié en que si ahora los siete diputados catalanes se desmarcan del PSOE el desafío sería más hondo, pues hace tres años los parlamentarios del PSC se deslindaron de una postura fijada por el grupo, que no es un órgano de dirección. Ahora estarían desobedeciendo, de forma "colectiva", como recordaba Jiménez, una orden del máximo órgano de poder entre congresos. Y en una cuestión "trascendental". Todos los dirigentes consultados apuntaban la misma argumentación: si el PSC participa el domingo en el comité y vota, ha de acatar el resultado, por "principio democrático", y por tanto sería "inconcebible", "impensable" que se saltara el mandato.

Hasta ahora el PSC no había incumplido ninguna resolución del comité federal, el máximo órgano, y por eso se considera que el órdago sería muy serio

"Sería una indecencia democrática. Si el PSC no cumple, tendría unas consecuencias gravísimas, porque quien no respeta la democracia de los órganos de los que participa no es un demócrata, así de sencillo", asegura un dirigente de primer nivel de la federación valenciana, tradicionalmente más sensible, con Baleares, a las quejas de los socialistas catalanes. "Si no acatan, lo que tienen que hacer es irse, y si no habrá que buscar un PSC que respete la democracia", añade esta fuente. El 'president' valenciano no es partidario, no obstante, ni de romper amarras con el PSC ni de revisar en profundidad el protocolo de unidad que gobierna las relaciones de ambas fuerzas desde 1978, aunque sí apoya "modernizarlo".

Ese documento [aquí en PDF, en catalán], que firmaron Alfonso Guerra y Joan Raventós en plena Transición, es el que ahora debería cambiarse en caso de que saliera adelante la amenaza planteada por algunos barones y, de forma más tibia, por la gestora. Ya en 2013 los números dos de los entonces líderes de PSOE y PSC, Elena Valenciano y Antonio Balmón, estuvieron trabajando en una actualización del protocolo, pero finalmente las objeciones internas hicieron imposible el pacto: al final, el comité federal aprobó crear una comisión de coordinación de los dos partidos para limar asperezas en cuestiones delicadas. Ese órgano no se ha desmantelado, pero no se reúne desde noviembre de 2014, pasada la consulta soberanista del 9-N. Y no se ha convocado a raíz del conflicto con la investidura.

La gestora está dispuesta a echar del grupo y a abrir expediente de expulsión del partido a los que se salten al comité. No puede echar en cambio a los del PSC

La pelea ahora está servida. Si la amenaza que barajan cuadros del PSOE se hiciera realidad, debería llevarse al siguiente congreso federal, para el que aún no hay fecha, para que allí se discuta si procede el divorcio o no. Según un alto mando de la ejecutiva interina, la gestora no dará pasos hacia la desvinculación con el PSC, pero sí advierte de que se puede trasladar la petición al comité, y si se aprueba, los socialistas catalanes podrían quedar excluidos del cónclave.

Foto: El escaño vacío de Pedro Sánchez en el Congreso, junto al del exlehendakari Patxi López, durante el pleno de este 18 de octubre. (EFE)

La rendija del 'consell nacional'

La sensación que domina en numerosos cuadros del PSOE es que la relación es "desigual": la gestora, como confirma un integrante del máximo nivel, está dispuesta a echar del Grupo Socialista y abrir expediente de expulsión del partido a los diputados que no acaten el 'diktat' del comité, pero no puede hacer esto último respecto al PSC, puesto que es una fuerza soberana y autónoma, aunque federada con Ferraz. "Y eso no es justo", reconocen desde el entorno del extremeño Guillermo Fernández Vara. Pero los agravios y la irritación con el PSC se arrastran desde tiempo atrás: los barones que tumbaron a Sánchez reprochan a Iceta sus "mentiras" porque sí había "estado negociando con los independentistas" —cosa que él niega— o su firmeza actual. Como pesa por ejemplo otro dato no menor: los censos del PSC obran en su poder, de modo que Ferraz ha de "creerse las cifras de militantes" que le remite Nicaragua, el cuartel general del partido en Barcelona. Los números importan.

"Nos hablan de disciplina, de multas, y no de política. Nosotros, que no queremos frentes, ¿nos subimos a la locomotora del PP?", protestan en la cúpula de Iceta

Desde el círculo de Iceta, argumentan que el PSC no puede hacer otra cosa más que mantener su no a Rajoy, porque abstenerse, insisten, les invalidaría como referente en Cataluña y les situaría al nivel del PP, una formación residual en la comunidad. "Que hay un problema, es obvio, pero la solución no es evidente. Nos hablan de disciplina, de multas, y nada de política. Nosotros, que no queremos frentes, ¿vamos a subirnos a la locomotora del PP? No se dan cuenta de que aquí tendremos un referéndum ilegal en 2017, y una proclamación de independencia después. Que alguien nos diga cómo vamos a hacer política aquí si nos quedamos al lado de Rajoy", esgrimen. Los oficialistas recuerdan al primer secretario que las mismas o más dificultades tienen los presidentes que gobiernan con el sostén de Podemos.

Susana Díaz urge a zanjar gobernabilidad y pone Andalucía como modelo de estabilidad

En la gestora aún confían en poder reconducir la situación con el PSC, y consideran que Iceta dejó este miércoles una ventana abierta al acuerdo, al adelantar que si el domingo el comité vira a la abstención, él convocará de urgencia a su 'consell nacional' para que decida qué hacer, aunque su ejecutiva propondrá que los siete diputados voten no al presidente en funciones. Desde la cúpula de la formación dan por seguro que el máximo órgano refrendará la posición de Iceta. "Ojo, que quedan días por delante —confían desde la dirección interina del PSOE—. Miquel ha lanzado la pelota y el PSC tiene una cintura impresionante".

La letra del protocolo y las medidas disciplinarias

El protocolo de unidad de PSOE y PSC es un documento de poco más de dos folios, muy genérico y de diez puntos más una disposición transitoria. En el documento se dice que la competencia para marcar la línea política en Cataluña es "exclusiva" del PSC. Los socialistas catalanes envían sus delegados al congreso y estará representado en el comité federal en función del número de afiliados que tengan. Además, los miembros del PSC candidatos a ingresar en la ejecutiva federal serán "presentados o refrendados" por el PSC a través de sus delegados en el cónclave.

Nada se dice en el documento de cómo votar o cómo resolver los conflictos internos. Hasta ahora, los episodios de tensión, intermitentes, se han logrado reconducir

El artículo 78 de los estatutos del PSOE se rubrica que todos los miembros del Grupo Socialista están sujetos "a la unidad de actuación y a la disciplina de voto". Si no lo respetasen, el grupo o la ejecutiva pueden denunciar su actitud ante el comité federal. Si este estimara que la falta es grave, podría dar de baja a los 'rebeldes' del grupo y abrir expediente de expulsión, que será tramitado por la comisión de garantías.

Este es el artículo al que se agarran en la gestora o en federaciones como Andalucía para advertir a los que coquetean con mantener el no a Rajoy en la investidura. Hasta ahora, las indisciplinas en el grupo, escasas, se habían sancionado con multas económicas de hasta 600 euros o con amonestaciones por escrito. 

La posible indisciplina del PSC tendrá "consecuencias gravísimas". "No saldrá gratis". "No es justo" que se salten las reglas y no reciban un "castigo" como los demás. "El PSC nos lo pone cada vez más difícil". "Que se anden con ojo". Son expresiones literales de barones y altos mandos socialistas que traslucen el sentimiento de indignación generalizada que anida dentro del partido hacia su formación hermana, con la que siempre han tenido una relación llena de altibajos, pero que ahora podría alcanzar un nuevo y peligroso estadio. Reflexiones que anticipan que en el PSOE, en la gestora y en algunas de las federaciones de mayor peso, no se piensa pasar por alto la 'rebelión' del PSC si finalmente consuma su amenaza de no respetar el mandato del comité federal, en caso de que este gire hacia la abstención al PP, como parece ya más que asegurado. Y una idea que ya se baraja en algunas cancillerías regionales es que los socialistas catalanes salgan de los órganos federales del PSOE, de los que forman parte y en los que participan. El objetivo es "equilibrar" una vinculación que, a ojos de muchos cuadros del PSOE, se percibe "desigual".

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