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La victoria de Iceta no despeja el choque de trenes del PSC con el PSOE por la investidura
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CRISIS EN LA CASA SOCIALISTA

La victoria de Iceta no despeja el choque de trenes del PSC con el PSOE por la investidura

Ya se sabía de antemano que ganara quien ganara las primarias, nada cambiaría: tanto el ganador como su oponente, Núria Parlon, coincidían en mantener el no a Rajoy y romper la disciplina de voto

Foto: Miquel Iceta conversa con Núria Parlon tras resultar vencedor de las primarias del PSC, este 15 de octubre en la sede del partido en Barcelona. (EFE)
Miquel Iceta conversa con Núria Parlon tras resultar vencedor de las primarias del PSC, este 15 de octubre en la sede del partido en Barcelona. (EFE)

Ganara quien ganara, la tormenta estaba cantada. Se tornaba ineludible. Daba igual quien se impusiera, o Miquel Iceta o Núria Parlon. Los dos habían prometido mantener el no a la investidura de Mariano Rajoy hasta el final, obligando a los siete diputados del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) a romper la disciplina de voto en caso de que el PSOE girase a la abstención. Venció el actual primer secretario, y el reto sigue siendo el mismo. No hay alivio en Ferraz. El triunfo de Iceta preludia el choque de trenes. Como se habría producido si el pulso se lo hubiera anotado su rival.

Foto: Miquel Iceta, junto a Núria Parlon, tras ser reelegido como primer secretario del PSC en las primarias de este 15 de octubre, en la sede del partido en Barcelona. (EFE)

Venció la continuidad en el PSC. La apuesta por el cambio tranquilo, el encarnado por un hombre con muchos años de 'fontanería' a sus espaldas, un experto del 'apparatchik', por un dirigente apreciado y respetado en su partido y en el PSOE. La confianza en uno de los barones más leales a Pedro Sánchez pero con suficiente ductilidad como para tender puentes con sus adversarios internos y externos. Eso representa Miquel Iceta Llorens (Barcelona, 1960). Un primer secretario que se ha visto revalidado en el cargo a los dos años de llegar a él con el voto del 54,14% de los militantes. 747 papeletas de diferencia con Núria Parlon (Santa Coloma de Gramenet, 1974), su hasta ahora número dos y alcaldesa de su ciudad natal desde 2009. Ella se quedó con el 45,86% de los sufragios. Un margen claro entre los dos pero que también da idea de lo reñidas que estaban estas primarias del PSC en las que, más que un proyecto ideológico, estaba en juego la velocidad de la transición dentro del partido, porque Parlon reúne suficiente capital político para ser primera secretaria: frescura, habilidad, perfil propio, el respaldo electoral incuestionable que le proporciona gobernar con mayoría absoluta. Pero las bases han decidido que aún no ha llegado su momento.

Tras una campaña modélica, el primer secretario se impone por un 54,14% de los votos de las bases. 742 papeletas de diferencia sobre Parlon (45,86%)

La campaña entre los dos candidatos ha sido modélica, sin ataques personales ni descalificaciones. Más allá de sus distintas trayectorias, no había apenas diferencias ideológicas. Y ambos coincidían en un punto sustancial: mantener el no a la investidura de Rajoy, contra viento y marea, por "coherencia" con lo prometido a los votantes, para evitar diluir las siglas socialistas y perder el liderazgo de la oposición, para no verse orillado el PSC en una Cataluña que cada vez le deja menos oxígeno a las posiciones templadas y reformistas. Por eso, ganara quien ganara, estaba asegurado el incremento de la tensión con el PSOE. Algo que en Ferraz estaba más que asumido. Y en el resto del partido, también. Porque el PSC, con Iceta o con Parlon, juega a favor de Pedro Sánchez. Al menos, en el corto plazo.

Miquel Iceta es reelegido líder del PSC al imponerse a Núria Parlon con un 54,14% de votos

"Un mensaje claro" al PSOE

Los dos aspirantes ya habían subrayado no solo que había que preservar el rechazo a Rajoy, sino también que los siete diputados del PSC romperían la disciplina de voto en caso de que el comité federal del próximo domingo, 23 de octubre, decidiera culminar el viraje y facilitar la reelección del jefe de los populares. La visualización gráfica de una fractura que para nada gusta en Ferraz. Pero la posición era firme, sin fisuras. Iceta decía en los últimos días que si los socialistas permiten un Gobierno del PP pasarían del 'sorpasso' de Podemos al "repaso" en unas futuras elecciones, más aún si cabe con el juicio de la Gürtel en marcha. Una abstención sería algo así como "ponerse a silbar". "No haremos presidente a Rajoy con los votos de nuestros diputados. Y si el PSOE nos aplica la disciplina de voto, votaremos con coherencia, seremos disciplinados y pagaremos la multa" que impondría el grupo, reiteraba este mismo sábado Parlon en declaraciones a los medios.

El ganador pide al PSOE proporcionar "cuanto antes" un Ejecutivo progresista y no ser "muleta" del PP. La gestora cree que otros comicios serían una ruina

Iceta recordó su compromiso nada más proclamarse vencedor lanzando "un mensaje claro a los compañeros del PSOE": "Escuchar a la militancia es bueno. Ser coherentes con la posición política es bueno". El primer secretario remarcó que los socialistas han de encontrar "entre todos" la manera de no decepcionar a los millones de votantes que los miran y que probablemente se sintieron defraudados por el esperpento del comité federal del pasado 1 de octubre que acabó con la ejecución de Sánchez. Electores que "no pueden quedar decepcionados en las decisiones que finalmente tomen todos los socialistas de España en el sentido de proporcionar cuanto antes un Gobierno progresista y no ser muleta de un Gobierno conservador", añadió.

Miquel Iceta ve un PSC fuerte y pide al PSOE "escuchar a la militancia y ser coherentes"

La posición del PSC, ratificada en estas primarias, no hará sin embargo variar el rumbo de la nave del PSOE, preparada para llegar al puerto de la abstención, no sin muchas dificultades y tropiezos, y desde luego no sin pagar el peaje de una fractura interna, sobre todo con las bases. La gestora que gobierna el partido desde la caída de Sánchez, presidida por Javier Fernández, así como los barones críticos con el exsecretario general, están convencidos de que ir a terceras elecciones puede ser una ruina para el país y para el PSOE. Elena Valenciano, próxima vicepresidenta del grupo de los socialistas europeos y mujer de la total confianza del jefe de la cúpula provisional resumía la nueva postura este viernes en la SER: otros comicios solo supondrían "más PP, más Rajoy y más escaños de la derecha", y eso los socialistas "no lo pueden consentir". "Prefiero un Rajoy debilitado, condicionado por una mayoría parlamentaria que puede modificar muchas de las decisiones que ha tomado el PP estos años, que han sido terribles para la gente, que reforzado" en las urnas en diciembre.

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Perfiles con aristas

En las horas previas a la votación de las primarias y después de conocerse los resultados, la sensación que dominaba al PSOE era la misma: las cosas no van a variar por ahora y el enfrentamiento con el PSC a cuenta de la investidura no tiene vuelta atrás. "No cambia nada por el hecho de que gane Miquel, como tampoco lo habría hecho de vencer Núria", ratificaban desde Ferraz. "Todo el mundo contaba con que repitiera Iceta. Pero a efectos del debate actual, no se aprecian muchas diferencias", abundaba anoche un presidente autonómico. "La tormenta vendrá igual", aseguraban desde el otro lado, desde la trinchera sanchista.

Iceta es muy cercano a Sánchez, pero tiene talante pactista y conoce bien al PSC y al PSOE. Parlon apoyó a Madina, pero los últimos pasos les alejaron

Incluso los dos perfiles tienen aristas. Iceta es muy cercano a Sánchez, pero como recordaban a este periódico tanto dirigentes del PSOE como del PSC que lo conocen muy bien, es un hombre de talante negociador, nada dogmático, con el que es fácil entenderse. "Núria tiene personalidad propia y Miquel es más pactista. Él siempre lo dice: 'Nacido para pactar'", subraya un veterano diputado catalán que, como el ganador, sabe bien cuáles son las tripas de Nicaragua —el cuartel general del PSC— y de Ferraz. Iceta además se ha mostrado contrario a la revisión del protocolo de relaciones entre los dos partidos hermanos, un melón muy sensible que ya intentó abrir Alfredo Pérez Rubalcaba en su corto mandato y que tuvo que volver a cerrar por las tensiones internas que se reavivaron. Parlon, en cambio, sí ha defendido examinar los lazos de PSC y PSOE en caso de llegar a la fractura por la investidura de Rajoy. "Miquel nunca va a querer romper con nosotros, y ella puede que sí", sintetizaban fuentes muy próximas a Fernández y a su número dos en la gestora, Mario Jiménez.

Parlon había cultivado en los últimos años un perfil algo más 'soberanista' por su defensa del derecho a decidir, que limó en los últimos meses, hasta el punto de sostener que no convenía abrir ahora el debate sobre la 'vía canadiense' —una consulta de secesión en Cataluña si la comunidad rechaza la reforma federal de la Constitución—, fórmula introducida por Iceta en la ponencia marco del XIII Congreso, el que se abrirá del 4 al 6 de noviembre. A la vez, la alcaldesa de Santa Coloma era vista como la candidata que podía aproximarse más a Susana Díaz en la pelea federal, dada su conexión con Eduardo Madina. Ella apoyó al diputado vasco en su carrera por el liderazgo del PSOE en el congreso de 2014 que ganó Sánchez, y ha seguido manteniendo el contacto con él, lo que le permitió estrechar relaciones con la presidenta andaluza, como se vio este pasado verano en unas jornadas del partido.

El debate sobre cómo materializar la abstención

Pero los últimos pasos de Parlon la alejaban de los críticos. Aceptó integrarse en el último 'Gobierno del cambio' de Sánchez, la alineación del candidato a la Moncloa para las generales de junio. Apoyó, como Iceta, su apuesta a favor de un Ejecutivo alternativo tras la fallida investidura de Rajoy. Y se mantuvo en el no radical al PP. Por eso los madinistas y los miembros de la gestora se confesaban desconcertados con sus movimientos y veían a los dos candidatos "echados al monte", lo que no quitaba para que se tuvieran abiertos "cauces de interlocución" con ambos desde Madrid. En definitiva, como admite un barón, "todo está muy cruzado, y la gente no está ubicada para todo".

El PSC ha roto en dos ocasiones la disciplina de voto con el PSOE: las dos en 2013, a cuenta de la consulta, y durante el mandato de Rubalcaba

La anunciada ruptura de la disciplina de voto del PSC no es una cuestión baladí. Es cierto que los excríticos la asumen con más naturalidad que la 'rebelión' de diputados del PSOE que ya han advertido de que mantendrán su no a Rajoy —caso de la aragonesa Susana Sumelzo o la independiente Margarita Robles—, pero no por ello se trataría de una decisión traumática y excepcional. Hasta ahora, los socialistas catalanes han votado en el Congreso de forma distinta al PSOE en dos ocasiones: en febrero y en octubre de 2013, en ambas ocasiones por el derecho a decidir. Eran los tiempos de Rubalcaba, el momento en el que Nicaragua defendía a piñón la pertinencia de una consulta. Después las relaciones se destensaron y ya con Iceta como primer secretario y con Sánchez en Ferraz, el PSC abandonó esa postura y se agarró al único mástil de la reforma federal del Estado.

La encrucijada del socialismo catalán

En la gestora y en el sector contrario al exlíder se intenta no dramatizar en exceso, porque el PSC a fin de cuentas es un partido autónomo, aunque se le recuerda que forma parte de los órganos de dirección del PSOE y, en concreto, de su comité federal, por lo que debería acatar su decisión aunque no la comparta, como avisó con dureza Mario Jiménez este jueves. Justo para ahorrarse la imagen de la quiebra con el PSC y de fractura dentro del grupo socialista, gana posiciones en el partido la alternativa de una abstención técnica: que el PSOE ofrezca al PP los 11 votos que le hacen falta a Rajoy para que logre su reelección. Es la llamada 'fórmula Emiliano García-Page', porque la defiende sin complejos el presidente de Castilla-La Mancha. Pero Andalucía se niega: Díaz quiere que los 84 diputados se corresponsabilicen de la posición que adopte el comité federal.

"Hay que cuidar que el PSC esté dentro, pero serán ellos quienes decidan si quieren seguir dentro o fuera", advierte un presidente autonómico

Más allá de lo que suceda en la investidura, la orientación del PSC será importante de cara al congreso federal del PSOE. No fue gratuita la felicitación de Sánchez a Iceta y Parlon desde Twitter y el guiño a las bases: "Hoy y siempre defenderemos el voto de los militantes". Cataluña ha sido hasta ahora el segundo territorio en afiliados —en estas primarias contabilizaba 17.935— tras Andalucía. Y tiene un peso político innegable. Por eso en las grandes federaciones los barones temen un nuevo escoramiento del PSC hacia posiciones más soberanistas que tensen más la convivencia con el PSOE. Como dice un presidente autonómico, "cuando haya congreso, no valdrán ambigüedades sobre la Constitución o la unidad de España, y ellos tendrán que comprometerse. Hay que cuidar que el PSC esté dentro, pero serán ellos quienes decidan si quieren seguir dentro o fuera".

En realidad, siempre ha sido así: las relaciones de PSOE y PSC han sufrido tiranteces, y al final se acababan solventando los roces. Pero de fondo aflora episódicamente el debate sobre un divorcio que a ninguna de las partes conviene.

Los números de las primarias

4.889 votos a favor de Miquel Iceta. 4.142 para Núria Parlon. El 56,14% frente al 45,86%. Más 73 votos blancos y 11 nulos. 9.115 papeletas emitidas en total. El 50,82% del censo total del PSC y de las Juventudes llamado a las urnas en las primarias de este sábado (17.935 militantes, de los cuales 698 habían demandado votar telemáticamente). 

El partido evitó proporcionar datos oficiales desgranados por federaciones, fuentes socialistas consultadas por Efe confirmaron que Iceta logró imponerse en las zonas previstas: ganó en Barcelona (742 votos a 293), L'Hospitalet (377 a 134) o Vallès Oriental, federación de Granollers, por 509 a 151 papeletas. También destacó la victoria del primer secretario en el Vallès Occidental Sur (Sabadell), por 520 a 187 votos; en el conjunto de Lleida por 282 a 183; en Tarragona capital, por 115 a 70; Bages, por 102 a 56; o Maresme, por 232 a 183.

En cambio, Parlon venció en lugares como la poderosa federación del Baix Llobregat (928 de Parlon a 550 de Iceta), pero la diferencia fue menor de la esperada; en el Vallès Oest (Terrassa), por 142 a 58 votos; o en la zona del Ebro.

Ganara quien ganara, la tormenta estaba cantada. Se tornaba ineludible. Daba igual quien se impusiera, o Miquel Iceta o Núria Parlon. Los dos habían prometido mantener el no a la investidura de Mariano Rajoy hasta el final, obligando a los siete diputados del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) a romper la disciplina de voto en caso de que el PSOE girase a la abstención. Venció el actual primer secretario, y el reto sigue siendo el mismo. No hay alivio en Ferraz. El triunfo de Iceta preludia el choque de trenes. Como se habría producido si el pulso se lo hubiera anotado su rival.

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