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La gestora debate cómo dar paso a Rajoy: abstención de 11 diputados o todo el grupo
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temor a que se exhiba una gran división

La gestora debate cómo dar paso a Rajoy: abstención de 11 diputados o todo el grupo

Prefieren por “coherencia” que todos los socialistas den paso a Rajoy, pero temen que se exhiba una fractura más allá del PSC y con Pedro Sánchez al frente de los rebeldes

Foto: El presidente de la comisión gestora del PSOE, Javier Fernández (c), acompañado por el portavoz, Mario Jiménez (d), y la adjunta a Organización, Ascensión Godoy. (EFE)
El presidente de la comisión gestora del PSOE, Javier Fernández (c), acompañado por el portavoz, Mario Jiménez (d), y la adjunta a Organización, Ascensión Godoy. (EFE)

El PSOE camina lentamente, dándose tiempo para recuperarse de la guerra interna, pero con paso firme hacia una abstención que dé paso a Mariano Rajoy y que deberá decidirse en el próximo comité federal, previsto el 23 de octubre. Aunque ante la opinión pública los portavoces siguen yendo varios pasos más atrás, el debate ahora mismo en las filas socialistas está entre quienes se decantan por que sea todo el grupo socialista el que se abstenga y quienes creen que bastaría una abstención técnica, con 11 diputados elegidos y sobre los que recaería la responsabilidad de no votar contra el Partido Popular. Hay temor a que se exhiba una fractura el día de la investidura más allá del PSC.

La cuestión podría parecer baladí pero no lo es. Igual que tampoco lo fue si el voto era secreto o a mano alzada en el último comité federal. Por eso se desencadenó la peor batalla, y ese mismo asunto amenaza el próximo cónclave. Nadie quiere retratarse públicamente y asumir el coste de dar paso a Mariano Rajoy. Hay dudas sobre cómo elegir a esos diputados que deberían abstenerse, con qué criterio. “¿Qué se haría, por sorteo?”, bromea un diputado andaluz para dejar claro que lo ven “poco serio”. Además, en federaciones como la andaluza, con Susana Díaz al frente, discrepan de esa fórmula 'técnica', que critican por falta de coherencia.

Primera semana de la gestora del PSOE

Hay preocupación de que la imagen de Díaz continúe desgastándose en este trance, y abogan por una posición “colectiva”, de todo el PSOE, sin bandos, sin buenos ni malos. La dirigente andaluza ya ha defendido en círculos influyentes que lo lógico es que todo el grupo se pronuncie en el mismo sentido. Hablan de la importancia de hacer pedagogía y explicar con claridad a los militantes socialistas el porqué de una abstención que evitaría terceras elecciones. Desde las filas andaluzas, se muestran convencidos de que todo esto será mucho más fácil si la posición del PSOE se expresa con claridad y en el voto unívoco de todos los diputados.

Pies de plomo

Sin embargo, esta vez no está claro que Díaz pueda imponer su criterio. Hay muchas dudas sobre qué fórmula seguir. El presidente de la gestora, el asturiano Javier Fernández, tampoco ha dejado claro qué posición es la más oportuna. Es más, la gestora defiende que acude al comité federal que deberá tomar una decisión política sin decantarse por ninguna postura oficial. Saben que tienen que cuidar las formas y andar con pies de plomo para evitar dar argumentos a quienes, desde el lado del exsecretario general, creen que todo es solo un trámite para tomar una decisión ya adoptada de antemano, cuando se hizo rodar la cabeza del líder socialista.

La abstención técnica facilitaría mucho el camino y permitiría que solo 11 diputados optaran por la abstención. Nada es fácil en estos momentos en un partido desgajado en dos mitades. Los más veteranos alertan de que sería muy grave que en la votación de la investidura de Rajoy el PSOE exhibiera su fractura interna y se mostrara dividido. Ya hay alertas. Diputadas como la aragonesa Susana Sumelzo o la jurista Margarita Robles han dejado claro que no van a moverse del no, o al menos que necesitarían razones de mucho peso para virar en sus posiciones.

Hay temor a que en la investidura de Rajoy se evidencie la fractura interna del PSOE y se rompa la disciplina de voto

La primera decisión de la gestora es no abrir heridas y no propiciar cambios bruscos. De ahí que Antonio Hernando permanezca en su puesto como portavoz parlamentario. Sí habrá relevo en la Eurocámara y en el Senado, donde la salida de Óscar López ha sido una duda hasta el último momento. Él puso su cargo a disposición del partido, y entre los críticos con Sánchez se ha instalado el convencimiento de que López pesó más en las últimas decisiones del ex secretario general que otros por delante en el organigrama orgánico, como el propio César Luena. Finalmente, han creído que era mejor neutralizar la influencia del socialista castellano-leonés que, por cierto, inspiró la operación dimisiones que él ya había llevado a cabo en su propia federación.

Susana Díaz y su número dos, Juan Cornejo, intentaron sin éxito vías de diálogo desde el jueves antes del sábado negro del PSOE. Entre los interlocutores sanchistas, estuvieron Antonio Hernando y Óscar López, según confirman fuentes muy cercanas a la presidenta andaluza. Ahora tocará ver cómo Hernando defiende en el Congreso el cambio de posición del PSOE, cuando él había sido uno de los más acérrimos defensores del 'no es no' de Pedro Sánchez.

Si Sánchez vota no, dimitirá

Otro de los asuntos internos que más preocupan a los socialistas ante este futuro trance es ver qué posición adopta el ya ex secretario general. Pedro Sánchez no se ha pronunciado sobre cuál va a ser el sentido de su voto y si finalmente estaría dispuesto a dar paso a Rajoy. Desde la gestora, el portavoz, el andaluz Mario Jiménez, ya advirtió de que la disciplina de voto existe para todos los diputados. Desde la actual dirección socialista, no creen posible que Sánchez se atreva a romper la orden del grupo parlamentario. Consideran que eso sería un paso tan grave que debería conllevar su dimisión y su renuncia al escaño inmediatamente después. Con lo que de camino lanzan un aviso serio.

Quienes han compartido sillón con Sánchez en la ejecutiva federal advierten de que nada puede descartarse. No tendría que votar en otro sentido, sino simplemente ausentarse, advierten. “Cuesta trabajo pensar que alguien que ha ocupado la más alta responsabilidad del partido vaya a romper la disciplina de voto”, insisten desde el PSOE andaluz, pero el temor existe. Además, dan por descontado que la posición que adopte Sánchez puede determinar de forma importante el sentido del voto de otros muchos diputados rebeldes con la actual dirección.

El otro verso suelto que va a ser muy difícil de controlar es el PSC. En este sentido, la preocupación es menor, aunque públicamente el número dos del PSOE-A, Juan Cornejo, ha dejado claro que la disciplina de voto rige para todos los diputados socialistas. En la práctica, asumen que el PSC, como partido hermano, tiene más margen de ir por libre y consideran que el desgaste será menor en caso de que sean los socialistas catalanes quienes decidan mantenerse en el no a Rajoy. En todo caso, su congreso estará muy reciente cuando se produzca la votación, y se descuenta que el PSC pueda quedar fuera del control de la gestora.

Los socialistas andaluces desprecian la fuerza del alcalde de Jun, que asegura tener el 70% de firmas para forzar un congreso federal inminente

Los socialistas andaluces tampoco conceden ninguna importancia al alcalde de Jun, José Antonio Rodríguez, que asegura haber reunido ya un 70% de las firmas necesarias para tumbar la gestora y convocar un congreso federal. Es un viejo conocido de Susana Díaz que intentó medirse con ella en las primarias exprés, finalmente sin rivales, convocadas en Andalucía a la medida de la presidenta de la Junta. Entonces, su lucha fue porque se computaran los avales telemáticos. “Habrá que ver esas firmas, porque en su día recordamos que pedía que se contaran como avales los ‘Me gusta’ del Facebook”, ironizan, despreciando la potencia de este frente que puede poner en apuros los planes oficiales. Si se adelanta el congreso federal —la intención es aplazarlo hasta primavera como muy pronto—, se da por hecho que Pedro Sánchez podría optar e incluso ganar entre los militantes. Si pasan los meses, todas sus opciones se enfriarán, asumen voces cualificadas del PSOE.

El PSOE camina lentamente, dándose tiempo para recuperarse de la guerra interna, pero con paso firme hacia una abstención que dé paso a Mariano Rajoy y que deberá decidirse en el próximo comité federal, previsto el 23 de octubre. Aunque ante la opinión pública los portavoces siguen yendo varios pasos más atrás, el debate ahora mismo en las filas socialistas está entre quienes se decantan por que sea todo el grupo socialista el que se abstenga y quienes creen que bastaría una abstención técnica, con 11 diputados elegidos y sobre los que recaería la responsabilidad de no votar contra el Partido Popular. Hay temor a que se exhiba una fractura el día de la investidura más allá del PSC.

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