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El 'nuevo PSOE' intenta "encapsular" al PSC y convencer a los críticos de que se abstengan
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CRISIS EN LA CASA SOCIALISTA

El 'nuevo PSOE' intenta "encapsular" al PSC y convencer a los críticos de que se abstengan

Aunque el diálogo seguirá abierto con Iceta, Ferraz quiere minimizar los daños y evitar en lo posible las deserciones de los seis o siete diputados aislados del PSOE que quedan que se aferran al no

Foto: El escaño vacío de Pedro Sánchez en el Congreso, junto al del exlehendakari Patxi López, durante el pleno de este 18 de octubre. (EFE)
El escaño vacío de Pedro Sánchez en el Congreso, junto al del exlehendakari Patxi López, durante el pleno de este 18 de octubre. (EFE)

La maquinaria de la abstención al PP ya está a pleno rendimiento. El PSOE enfila hacia su giro de posición respecto a la investidura de Mariano Rajoy con paso firme. Con dudas aún y con un boquete abierto con la militancia, sí. Pero por arriba las cosas ya se ven de otra manera, con más tranquilidad. El camino ya está bastante asfaltado: los números le dan a la gestora —y a Andalucía, el verdadero poder real del partido tras la caída de Pedro Sánchez— para reconducir la postura del PSOE, incluso para intentar forzar que la abstención sea colectiva, de todo el grupo, aunque la fórmula sigue abierta. El problema sigue siendo el PSC, que asegura una y otra vez que no se moverá del no al presidente en funciones.

Foto: El portavoz de ERC, Joan Tardà, en el Congreso. (EFE)

Por eso, la nueva dirección y los alineados con ella entienden que lo mejor es "encapsular" a los socialistas catalanes, que las disidencias sean las menores posibles, por lo que la cúpula provisional y la federación andaluza están embarcadas en una operación que esperan que tenga réditos de aquí al domingo, día del comité federal: "convencer" a los cada vez menos sanchistas que amagan con no respetar la decisión del máximo órgano del PSOE de que han de acatarla, por muy dolorosa que sean para ellos. Dicho de otra forma: los oficialistas buscan hacer un control de daños. Minimizar la imagen de ruptura, forzar a que el foco díscolo se limite lo máximo posible al PSC y a pocos diputados más del PSOE. Impedir que se descuelguen de la abstención una veintena de parlamentarios, porque eso sí que haría añicos la ya agrietada imagen del partido. Para eso, quedan días por delante de negociación y de tensiones, con la vista puesta además en lo que haga el propio Sánchez.

La gestora encara con mayor tranquilidad el decisivo comité del domingo, ya que incluso los diputados fieles a Sánchez, como Luena, aceptarán lo acordado

La ola a favor de facilitar el Ejecutivo a Rajoy ganando terreno, en buena medida porque ya no queda mucho más tiempo y hay que avanzar rápido. Del mensaje machacado de que hay que evitar elecciones se pasó, a partir de este lunes, a la defensa de la abstención sin tapujos. Empezó el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, siguió después —y aquí el paso es capital— el número dos de Susana Díaz, Juan Cornejo, continuaron nuevos portavoces del partido como Ramón Jáuregui o Soraya Rodríguez.

Los partidarios del no a Rajoy en el PSOE poco a poco tienden a aceptar lo que imponga el comité

El catastrofismo de Fernández

Y este martes, la bola siguió rodando: Javier Fernández, el presidente de la gestora, al hilo de un discurso trágico y tremendamente duro —"El edificio político del PSOE está muy dañado, pero conservamos el solar"—, señaló la abstención como la única vía posible, puesto que la idea del Gobierno alternativo es una entelequia, y en unas nuevas elecciones se visualizaría que el PSOE es el responsable del "bloqueo" y solo estaría en juego cuánto aumenta el PP su mayoría. "Hablar de que hay una alternativa es solamente la hoja de parra para ocultar que lo que hay es una disyuntiva. Lo que hay es una elección entre abstención o elecciones. Eso es lo que hay", aseguró el presidente asturiano en una reunión conjunta de diputados y senadores. Sí reconoció que "ninguna de las dos soluciones es buena", así que el PSOE solo puede moverse "en el terreno del mal menor". Y abstenerse, recordó, como viene haciendo desde que fue elegido jefe de la cúpula provisional, "no es apoyar" a Rajoy.

Foto: Javier Fernández, entre los portavoces de Congreso y Senado, Antonio Hernando y Tini Álvarez Areces, este 18 de octubre en la Cámara alta. (EFE)

Los pronunciamientos dentro del grupo contribuyeron a apuntalar el camino. De los 17 que tomaron la palabra —la pidieron 36 parlamentarios, pero no hubo tiempo para que hablaran todos—, solo tres defendieron el no: la independiente Margarita Robles, el vasco Odón Elorza y el catalán Marc Lamuà. Los sanchistas habían acordado que glosara su postura el senador Ander Gil, pero no le llegó el turno. Las 14 intervenciones restantes fueron música para los oídos de la gestora: el soniquete generalizado fue que hay que evitar unas nuevas elecciones (algunos mentaron directamente la abstención) y que si el comité decide esa opción, ha de respetarse la unidad de voto de todo el grupo. Hubo defensores de la libertad de voto, como Odón Elorza y Marc Lamuà, pero no tanto de una abstención técnica: es decir, que el PSOE suministre al PP únicamente los 11 votos que le hacen falta para que Rajoy resulte reelegido presidente. Esta alternativa, al menos este martes, cotizaba a la baja en el carrusel bursátil socialista.

La reunión de Fernández con diputados y senadores avanzó el cambio de ánimo: de las 17 intervenciones, 14 aceptaron la abstención como salida

La gestora se reunió tras el encuentro del grupo y puso fecha al comité (23 de octubre, lo esperado), y después Fernández se entrevistó en Ferraz, durante una hora y media, con el jefe del PSC, Miquel Iceta. Ninguno se movió de sus posiciones, como reconoció el primer secretario en un mensaje de Twitter, aunque este miércoles hará declaraciones. La conversación, según fuentes próximas a este, no fue tensa, pero se constató que no hay por ahora posibilidad de acercamiento, aunque los canales de diálogo seguirán abiertos. Iceta deslizó de hecho que la opción más cómoda para el PSC, la que le permitiría mantener su voto contrario al PP, es la de las 11 abstenciones, "si no hay más remedio que investir a Rajoy".

Margarita Robles, contraria a la abstención: "No comparto el discurso de la gestora"

Altos mandos del partido y diputados socialistas daban ayer casi por perdido al PSC en este viaje. Entienden que será prácticamente imposible moverle, puesto que aún está sumergido en su proceso congresual y los dos candidatos, el reelegido Miquel Iceta y la derrotada Núria Parlon, construyeron su discurso para la militancia a partir de ese no tajante a Rajoy. En la gestora y en la federación andaluza, la que lanzó la advertencia más directa —si no respetan lo que diga el comité, los diputados deberían dejar su acta—, asumen con cierta resignación que la disidencia del PSC no se disipará. Pero añaden a continuación que el PSC es un partido soberano, distinto al PSOE. Así que la ruptura de la disciplina de voto, que se ha producido en dos ocasiones, ambas en 2013, es vista como un mal menor a estas alturas. La sima es indisimulable. No obstante, cada vez se oyen más voces que consideran que a partir de la investidura deben replantearse las relaciones PSOE-PSC, pues son "desequilibradas" para Ferraz. Los oficialistas recuerdan siempre que pueden que los socialistas catalanes forman parte de los órganos federales del PSOE, cosa que no ocurre a la inversa, y en consecuencia deberían obedecer sus resoluciones, gusten o no.

Miquel Iceta apunta la posibilidad de una abstención técnica en el PSOE

Cambio de prisma

Con el viento a favor de las últimas horas —pero la brecha con la militancia intacta—, Ferraz intenta que las deserciones sean las mínimas en el grupo, porque se da por descontado que en el comité federal del domingo habrá mayoría holgada, superior a los 25 votos que sirvieron para decapitar a Sánchez. Se busca el "acuerdo" de todo el órgano o al menos una victoria contundente. O sea, Fernández y sus aliados quieren "encapsular" el problema del PSC, en palabras de una influyente diputada totalmente sintonizada con Fernández. Este martes se produjo un pronunciamiento sustancial que camina en esa dirección: el exsecretario de Organización y todavía líder en La Rioja, César Luena, aseguró que respetará y acatará la decisión del comité, aunque esté "deslegitimada" si no la avala la militancia, la carta que siempre mencionan los sanchistas. La asturiana Adriana Lastra, responsable de Política Municipal de la ejecutiva disuelta, también adelantó que cumplirá el mandato del máximo órgano. Este movimiento despeja en cascada la actuación de otros fieles al ex secretario general, como la diputada murciana María González Veracruz, la cacereña Pilar Lucio o el valenciano José Luis Ábalos. Las caras ya son de resignación: el no ha pasado ha ser en las élites "una posición más testimonial", porque tras las tensiones del último mes "no se pueden afrontar unas elecciones", según un parlamentario crítico con la nueva dirección.

A los siete diputados del PSC habría que sumar en la cuenta del no a Margarita Robles y Susana Sumelzo, y quizá Odón Elorza y los dos diputados baleares

Así, las disensiones potenciales se reducen. Aparte de los siete representantes del PSC, habría que sumar a Margarita Robles —una independiente, y por tanto no sujeta estrictamente a las decisiones del partido— y a la zaragozana Susana Sumelzo, que hasta ayer se mantenía en el no, pero de cuya firmeza se duda si en el último momento se ve aislada. La cuenta podría aumentar si el exacalde de San Sebastián Odón Elorza se apunta al voto contrario —él no lo tiene decidido aún—, y si lo hacen también los dos parlamentarios de Baleares, Sofía Hernanz y Pere Joan Pons. Aunque desde el PSOE andaluz se afirmaba ayer que las negociaciones con la dirección socialista en las islas "marcha bien", fuentes próximas a la presidenta autonómica, Francina Armengol, negaban tales contactos y advertían de que conviene esperar a que hable el comité el domingo. Si la abstención prospera, entonces la federación decidirá qué hacer. "Lo diremos cuando toque", señalaban en el entorno más cercano a Armengol.

Odón Elorza no aclara si acatará la disciplina de voto en la investidura de Mariano Rajoy

Entre los rebeldes, podría encontrarse asimismo la ourensana Rocío de Frutos. Y la sanchista Pilar Cancela, presidenta de la gestora del PSdeG y diputada por A Coruña, prefiere "esperar" a ver qué ocurre el domingo. Federaciones contrarias a la abstención como Euskadi y Madrid ya han adelantado que cumplirán con la orden que dicte el comité. La fórmula que repiten los andaluces es que aún queda por "coser", que trabajarán en "convencer" a los díscolos. En el mapa final que consigan habrá que ver también a quiénes representan estos, porque Elorza, por ejemplo, suele ser un verso suelto; Robles acaba de llegar al Congreso y fue un fichaje de Sánchez; Sumelzo no representa a su federación, Aragón, ni al presidente regional, Javier Lambán.

César Luena acatará la decisión del comité, aunque él apuesta por el no a Mariano Rajoy

¿Cabe la abstención técnica?

¿Y Pedro Sánchez? El ex secretario general volvió este lunes de sus vacaciones de 10 días por Estados Unidos con su mujer y sus hijas, pero no apareció ni por la reunión de grupo de la mañana ni por el pleno del Congreso de la tarde. En el sector afín a la gestora y entre sus leales cunde la impresión de que, al final, o respetará la decisión que salga del máximo órgano o dejará su escaño antes de la investidura para evidenciar que no comparte el giro operado por el partido. Pero incluso entre los que le acompañaban en su equipo no se entendería que desobedeciese al comité, máxime cuando sus leales, empezando por Luena, ya han avanzado que cumplirán con lo acordado. "Quedaría inhabilitado y deslegitimado para liderar nada —apreciaba este martes un cualificado y apreciado mando socialista—. Cuando te afilias a un partido, sabes que cedes un poco de tu libertad, y cuando hay una deliberación y se decide, te toca asumir esa posición, aunque no la compartas".

En los afines y contrarios a la gestora se aquilata la impresión de que Sánchez no puede desobedecer la orden del comité: antes debería dejar su acta

Una abstención técnica evitaría visualizar la fragmentación dentro del grupo. Pero los oficialistas, y en especial Andalucía, quieren apretar, forzar la primera imagen de unidad del PSOE necesaria para la "reconstrucción" tras el convulso comité del pasado 1 de octubre, el que ejecutó a Sánchez. Y como explicaban distintos responsables en el patio del Congreso, las 11 abstenciones habrían servido hace meses para lanzar un mensaje de advertencia al PP, "pero ahora eso ya no vale", porque la fractura interna se ha aireado y la opinión pública captaría que el PSOE recurre a esa herramienta para protegerse y minimizar los daños. En todo caso, esa alternativa sigue abierta y podría usarse si no se encarrila el debate.

Pedro Sánchez evita la reunión del Grupo Socialista, pero revive en un tuit a Pablo Iglesias

La "reconstrucción" del PSOE, ¿para cuándo?

Javier Fernández ya recalcó, en su dramático discurso ante los diputados y senadores socialistas, que la siguiente estación que vendrá después es la de un "congreso de reconstrucción" del partido, en el que se repiensen proyectos, ideas y liderazgos.

No hay fecha para ese cónclave, pero los sanchistas entienden que, una vez que haya Gobierno, "no habrá excusa" para no celebrarlo. Andalucía y los dirigentes afines a la gestora interpretan, en cambio, que el congreso habrá de esperar un poco, unos meses para que el PSOE se "serene" y haga una reflexión "tranquila". La federación de Susana Díaz quiere un cónclave ordinario (no extraordinario, en el que solo se releve a la dirección depuesta), "con todos los avíos", según la expresión de un dirigente muy próximo a la baronesa andaluza. Es decir, con elección de la nueva ejecutiva y ponencias sobre el modelo de partido para el futuro y los estatutos. 

Diputados sanchistas, como algunos cercanos a Fernández, sí lamentaban el cariz demasiado "catastrofista" de su discurso, sobre todo en el pasaje que dibujaba la destrucción del PSOE: queda solo "el solar". "Quizá habría que intentar que la finca se venda o que directamente nos la okupe Podemos", bromeaba uno de los leales al ex secretario general. 

El primer propósito de la gestora será visualizar la dura labor de oposición a Mariano Rajoy. Los sanchistas advierten de que es "falso que se pueda gobernar desde el Parlamento", porque el Ejecutivo tiene muchas herramientas a su favor, y entre ellas la convocatoria anticipada de elecciones para pillar con el pie cambiado al PSOE (pero para esa disolución de las Cortes ha de pasar un año desde la anterior). Los cercanos a la gestora subrayan que sí se pueden negociar muchas materias y deshacer la obra de Rajoy, porque hay trucos para sortear el veto del Gobierno a las proposiciones de ley que presenten los grupos, como hacer que la Mesa del Congreso (en la que el PP no tiene mayoría) levante ese bloqueo, hacer que entren en vigor pasado el vigente ejercicio presupuestario o recurrir al Tribunal Constitucional. 

La maquinaria de la abstención al PP ya está a pleno rendimiento. El PSOE enfila hacia su giro de posición respecto a la investidura de Mariano Rajoy con paso firme. Con dudas aún y con un boquete abierto con la militancia, sí. Pero por arriba las cosas ya se ven de otra manera, con más tranquilidad. El camino ya está bastante asfaltado: los números le dan a la gestora —y a Andalucía, el verdadero poder real del partido tras la caída de Pedro Sánchez— para reconducir la postura del PSOE, incluso para intentar forzar que la abstención sea colectiva, de todo el grupo, aunque la fórmula sigue abierta. El problema sigue siendo el PSC, que asegura una y otra vez que no se moverá del no al presidente en funciones.

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