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La reunión pendiente entre Sánchez e Iglesias se enfría tras el envite de los barones
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PARA BUSCAR UNA ALTERNATIVA A RAJOY

La reunión pendiente entre Sánchez e Iglesias se enfría tras el envite de los barones

El cruce de declaraciones de ambos líderes y la desconfianza que aún siente Ferraz hacia Podemos no ha generado el clima más propicio para una reunión que complicaría la situación interna del PSOE

Foto: Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, caminando por la carrera de San Jerónimo el pasado 30 de marzo. (EFE)
Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, caminando por la carrera de San Jerónimo el pasado 30 de marzo. (EFE)

El lunes abría el fuego el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, anunciando que Pedro Sánchez estaba interesado en reunirse con Pablo Iglesias “a lo largo de esta semana”. El líder de Podemos explicaba horas después que había intercambiado con Sánchez una serie de telegrams (mensajes de una aplicación similar a WhatsApp) a este respecto, pero que estaba a la espera de confirmación. Una confirmación que finalmente no ha llegado y que deja el esperado encuentro, por ahora, en vía muerta, máxime tras el cruce de reproches entre ambos líderes a través de los medios de comunicación y la guerra interna recrudecida en el PSOE, con varios barones empujando a su secretario general, de forma nada clara, hacia la abstención, y advirtiéndole de que su sueño de un Gobierno transversal es imposible. Justo tras este pico de tensión, una foto de Sánchez con Iglesias significaría un golpe en la mesa difícil de digerir para los barones críticos, que ven con recelos una alianza con esta formación y rechazan por completo que además se sume a las formaciones separatistas.

Las posibilidades de un encuentro entre ambos líderes de cara a explorar una vía alternativa a Mariano Rajoy para la formación de Gobierno se han enfriado en los últimos días. Los equipos de ambos, desde luego, niegan que se haya producido ninguna reunión. Sánchez no ha vuelto a mostrar signos de interés, según sostienen desde Podemos, y aunque Iglesias mantiene su predisposición, ha aprovechado la coyuntura para azuzar el fuego iniciado en Ferraz retando al líder de los socialistas. “Ojalá el señor Pedro Sánchez tenga el coraje suficiente para hacer lo que sus votantes quieren que haga”, dijo ayer jueves desde Zaragoza.

"Ojalá Sánchez tenga coraje para hacer lo que sus votantes quieren que haga", lanzó Iglesias este jueves. El líder socialista afea a Podemos y C's sus vetos

Iglesias reclamó valentía a Sánchez tras asegurar que “hay muchos en su partido que le quieren cortar la cabeza” después de los comicios gallegos y vascos del 25-S. Según su impresión, añadió que otros dirigentes socialistas “pretenden atarle las manos”, presionándolo para “que se abstenga y permita el Gobierno del PP”. El líder de los socialistas, por su parte, afea constantemente a Podemos y Ciudadanos sus "vetos cruzados", reclamándoles que dejen de “bloquear el cambio político” y que se sienten a dialogar sobre la base de lo que entiende un "denominador común", el pegamento que une a las tres "fuerzas del cambio", la regeneración democrática.

Pablo Iglesias: algunos dirigentes del PSOE pretenden "atarle las manos" a Pedro Sánchez

"No saben ser discretos"

Desde Ferraz, confirman que "no hay nada previsto" en los próximos días, y ni siquiera se atreven a asegurar si ese encuentro con Iglesias se producirá la semana que viene. En el PSOE no sientan bien las formas de Podemos, y molestó que Echenique airease la disposición de Sánchez a una entrevista más larga cuando la idea era canalizar los contactos con más discreción. Dicho de otro modo, la cúpula federal no se "fía" de la formación morada, aún resentida de las magulladuras de la pasada legislatura, cuando el secretario general estaba convencido de que lograría vencer las resistencias de Iglesias y al final él le dio calabazas. Tras los desencuentros de esta semana, "no está normalizado un cauce de comunicación confiable para que los dos secretarios generales puedan hablar con un mínimo de tranquilidad", diagnostican en el equipo más cercano al líder.

En Ferraz admiten que "no está normalizado un cauce de comunicación confiable para que los dos secretarios generales puedan hablar con tranquilidad"

La intención de Sánchez, cuando encargó a su jefe de Gabinete, Juanma Serrano, explorar con su homóloga podemista, Irene Montero, la posibilidad de una cita con el jefe del partido emergente, pretendía hablar de forma más distendida y por más largo tiempo sobre cómo darle una salida al bloqueo. En la primera toma de contacto, el pasado 6 de septiembre, él le trasladó la necesidad de un entendimiento a tres bandas, mientras que Iglesias le comentó que solo hay dos alternativas tras el cierre de un pacto PSOE-Podemos: o que se abstenga C's, que ve casi imposible, o que se busque la complicidad con fuerzas nacionalistas e independentistas (PNV, la antigua Convergència y ERC). "Pero no saben ser discretos", lamentan desde Ferraz.

Sigue la tensión en el PSOE entre Pedro Sánchez y los barones

Los colaboradores del máximo responsable socialista aseguraban que desde luego no ayudaban episodios como el de este jueves en las Cortes de Aragón, cuando Iglesias desveló que le dijo al presidente autonómico, Javier Lambán, uno de los barones críticos, que "deberían dejar algo más de margen a Sánchez", ya que la presión de las filas transmite la imagen de un partido donde los suyos "no quieren que sea presidente y que lo intente". "La respuesta de Lambán ha sido que Pedro Sánchez decide y que toma sus propias decisiones, y yo le he transmitido que si le presionan un poquito menos igual decidiría mejor", confesó Iglesias, que definió la situación como "kafkiana".

De campaña por el 25-S

Además, la agenda del líder socialista tampoco tiene huecos disponibles para este fin de semana, pues se desplazará a San Sebastián el sábado y a Vilagarcía de Arousa (Pontevedra) el domingo para hacer campaña con los candidatos del PSE y del PSdeG, Idoia Mendia y Xoaquín Fernández Leiceaga. Iglesias, por su parte, contaría con disponibilidad, según su equipo, ya que no tiene agendados actos electorales hasta el próximo martes. Este viernes sería por tanto el único día en el que ambos podrían citarse en Madrid, cumpliendo así con una previsión que, si bien se encargó de anunciar Podemos, desde las filas socialistas rebajaron de inmediato, evitando fijar una fecha. Ahora dan largas.

Sánchez estará con sus candidatos de Euskadi y Galicia este fin de semana. Iglesias no retomará sus actos electorales hasta el próximo martes

La próxima semana ya es más complicado cuadrar huecos, porque es la última de campaña del 25-S y Sánchez se volcará con Mendia y Leiceaga. De producirse el encuentro, todo parece indicar que no tendría la solemnidad de otros anteriores. Al menos de cara a la galería se pretende que carezca de la escenificación del último que realizaron, paseo incluido por las inmediaciones del Congreso ante docenas de fotógrados y cámaras, en la pasada legislatura.

El cruce de declaraciones entre ambos líderes no ha generado el ambiente más propicio previo a un encuentro, mientras que la endiablada situación interna que vive Sánchez se complicaría con la foto de un apretón de manos con Iglesias. En Ferraz, no obstante, sostienen que la embestida de los barones no tiene "nada que ver" con el frenazo de las conversaciones, porque "nadie en el PSOE está en contra del diálogo". Tampoco ayuda la escasa predisposición de Albert Rivera a celebrar una cita similar con Sánchez, a quien ha reprochado falta de definición en su estrategia.

Dos semanas sin desliar el atasco

La tan mentada vía alternativa a Rajoy para desbloquear la actual situación no tiene visos ni de comenzar a explorarse. Todo ello cuando se cumplen dos semanas desde que Pedro Sánchez apelase, en la segunda votación de investidura de Mariano Rajoy, a “las fuerzas del cambio” a buscar una salida sin el PP al actual atasco político. Rivera tampoco se lo ha puesto fácil, al señalar que esta iniciativa no le parecía viable.

Foto: Los presidentes de Castilla-La Mancha y Extremadura, Emiliano García-Page y Guillermo Fernández Vara, el pasado 1 de marzo, en el debate de investidura de Sánchez. (EFE)

Dos semanas antes del pleno de investidura, Iglesias ya anunció que mantenía contactos con Sánchez y que ambos coincidían en la necesidad de abrir un diálogo entre ambas formaciones en caso de que el candidato popular fracase. Según añadió entonces, ambos se habían emplazado a buscar un Gobierno progresista, que era lo que ambos deseaban. Sin embargo, horas después, el PSOE desmentía este acercamiento, reduciéndolo a "conversaciones habituales" como las que Sánchez mantiene con el resto de líderes y negando que se hubiesen abierto negociaciones. Ahora, el emplazamiento sí lo hay, pero las negociaciones están paradas.

Podemos sigue instando al PSOE a que se decida, mientras en la cúpula federal siguen reconociendo que las posibilidades de acuerdo a tres son "bajas"

Incluso en el grupo de dirigentes muy próximos a Sánchez reconocen que las probabilidades de que la vía transversal con la que sueña desde el 20-D son "muy bajas". "Pedro intenta meter a Podemos en una dinámica de sensatez. Pero en la cúpula de Podemos hay fanáticos que no responden a incentivos racionales", asegura un responsable que se sentó en el equipo negociador socialista en la pasada legislatura y conoce la piel de la formación morada. El camino de las terceras elecciones continúa sin obturarse. Es más, es el camino que por ahora se antoja más directo.

Charla aún pendiente de Sánchez y Rivera

No solo está pendiente la reunión de Pedro Sánchez con Pablo Iglesias. Lo más llamativo es que aún no ha conversado el líder socialista con el presidente de Ciudadanos. Ni hay previsión de que lo hagan en los próximos días, según vaticinan desde Ferraz. ¿La razón? "Por motivos logísticos, agenda de campaña...", indican desde el entorno de Sánchez. 

Esa ronda de diálogo que el secretario general invocó el pasado 5 de septiembre, tras la fracasada investidura de Mariano Rajoy, se frenó en seco hace más de una semana. El día 6, Sánchez arrancó con el presidente en funciones y con Iglesias, el 7 se entrevistó en el Congreso con Alberto Garzón, líder de IU, y el 8 hizo lo mismo con Francesc Homs, portavoz de la antigua Convergència. Desde entonces, Ferraz no ha comunicado ningún encuentro, telefónico o presencial, de su jefe de filas. Es más, de las citas con Homs y Garzón informaron los gabinetes de sus interlocutores

El equipo del máximo responsable socialista, cuando comenzó la ronda, anunció que seguiría un orden de mayor a menor, así que la lógica mandaba que detrás de la llamada a Iglesias como líder de Unidos Podemos, levantaría el teléfono para charlar con el presidente de Ciudadanos. No lo hizo. Antepuso a Homs. Así que esa conversación con Rivera sigue pendiente. 

"Conviene que el PSOE nos diga con una sola cara qué es lo que quiere hacer, porque resulta difícil reunirse con alguien que no sabe qué es lo que va a hacer en el futuro", criticó este jueves Miguel Gutiérrez, secretario general del grupo de C's en el Congreso, quien confirmó que no ha habido contactos entre los dos dirigentes, también porque se había cruzado la campaña del 25-S, informa Europa Press. Apuntó, no obstante, que en el PSOE se observan "ciertas divisiones internas", como puso de manifiesto la ola de solidaridad de los barones hacia el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara

El lunes abría el fuego el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, anunciando que Pedro Sánchez estaba interesado en reunirse con Pablo Iglesias “a lo largo de esta semana”. El líder de Podemos explicaba horas después que había intercambiado con Sánchez una serie de telegrams (mensajes de una aplicación similar a WhatsApp) a este respecto, pero que estaba a la espera de confirmación. Una confirmación que finalmente no ha llegado y que deja el esperado encuentro, por ahora, en vía muerta, máxime tras el cruce de reproches entre ambos líderes a través de los medios de comunicación y la guerra interna recrudecida en el PSOE, con varios barones empujando a su secretario general, de forma nada clara, hacia la abstención, y advirtiéndole de que su sueño de un Gobierno transversal es imposible. Justo tras este pico de tensión, una foto de Sánchez con Iglesias significaría un golpe en la mesa difícil de digerir para los barones críticos, que ven con recelos una alianza con esta formación y rechazan por completo que además se sume a las formaciones separatistas.

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