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Sánchez exige a Rajoy ir a la investidura y no descarta intentar él liderar una alternativa
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SEGUNDA RUEDA DE PRENSA DESDE EL 26-J

Sánchez exige a Rajoy ir a la investidura y no descarta intentar él liderar una alternativa

Reafirma su no a Rajoy, porque el PSOE "no va a apoyar lo que quiere cambiar" y le presiona para que acuda a la Cámara: es su "responsabilidad constitucional". No descarta tampoco una futura abstención

Foto: El rey Felipe VI recibe a Pedro Sánchez en el palacio de la Zarzuela, este 28 de julio. (Reuters)
El rey Felipe VI recibe a Pedro Sánchez en el palacio de la Zarzuela, este 28 de julio. (Reuters)

Pedro Sánchez llevaba algunos eslóganes preparados bajo el brazo para resumir su reunión "cordial" y "sincera" con el Rey, la cuarta en lo que va de año. "El PSOE no va a apoyar aquello que quiere cambiar", Mariano Rajoy debe presentarse a la investidura "por responsabilidad constitucional" y para "poner en marcha el motor de la democracia", el resto de fuerzas no le van a hacer "su trabajo", el de recabar los apoyos necesarios, que ha de buscarlos entre sus "aliados potenciales" de centro derecha y nacionalistas. Pero más allá de eso Sánchez no quiere entrar en "elucubraciones" ni "hipótesis". Ni tan siquiera descarta, y no lo ha hecho nunca hasta ahora, que intente liderar una alternativa. Como tampoco una eventual abstención si el PP suma con Ciudadanos. El secretario general sigue resguardado en la ambigüedad, pero el mensaje que quería trasladar hoy era diáfano: que Rajoy muerda el polvo de una posible investidura fallida y se queme. Que sufra lo mismo que él.

Sánchez estuvo reunido con el jefe del Estado de en torno a una hora y después se dirigió al Congreso, a la que era su segunda rueda de prensa desde las elecciones del 26-J. La primera fue el pasado 13 de julio, tras su despacho con Mariano Rajoy. Pero hoy, como entonces, siguió dejando varias preguntas en el aire. En esta ocasión sí respondió a más informadores -seis hace dos semanas, 25 este jueves- y se detuvo más en su comparecencia -más de 43 minutos-, pero tampoco despejó todas las incógnitas que siguen pesando sobre la actuación futura del PSOE, más allá del no inicial, y eso que tiene en parte la llave del desbloqueo.

El secretario general subraya que "lo realmente trascendente" es que haya investidura, también para "poner en marcha el motor de la democracia"

Por partes. Primero, lo que aparece más claro: el arrinconamiento a Rajoy, su exigencia de que vaya a la investidura. Sánchez comunicó al Rey que, para "superar el actual bloqueo político", la "condición necesaria" es que "se produzca la investidura", pues esta tiene dos funciones: constituir un Gobierno y además -y es "más importante"- "poner en marcha el motor de la democracia", puesto que a partir de la primera votación quedarían dos meses para intentar formar un Ejecutivo. Pasado ese plazo, las Cámaras se disuelven automáticamente y se convocan nuevas elecciones. Durante su larga comparecencia, Sánchez insistió en que "lo realmente trascendente" no es el "resultado" del debate de investidura, sino el hecho mismo de que tenga lugar. Por tanto, Rajoy tiene la "responsabilidad constitucional", como líder de la fuerza parlamentaria con más escaños (137) de acudir a esa sesión. O sea, que no debe pegar la espantada, como hizo en enero, cuando declinó la invitación de Felipe VI. La presión del líder socialista fue máxima en ese sentido. No se apeó de esa exigencia.

Pedro Sánchez comunica al Rey que votará no a Mariano Rajoy, que debe ir a la investidura

Que dé "un paso al frente"

Segunda pata de su argumentación: que aunque el PSOE "no va a entorpecer las negociaciones" del presidente en funciones para construir una mayoría parlamentaria, es la alternativa, la primera opción para los españoles que dijeron que "querían cambiar las cosas". "Le he transmitido que el PSOE no va a apoyar aquello que quiere cambiar", y por tanto votará no en la investidura de Rajoy. El "falso dilema" no es, arguyó, si el PSOE debe abstenerse o no para facilitar un Ejecutivo del PP. El "dilema real", continuó, es "si Mariano Rajoy es capaz de articular una mayoría suficiente". "¿Pero qué es esto de que aquellos que nos hemos presentado a las elecciones para cambiar las políticas del señor Rajoy y cambiar a su Gobierno tengamos que facilitar su investidura? -exclamó irritado-. Eso es alterar el resultado electoral, y todos tenemos que aceptarlo, en primera persona el señor Rajoy. Lo que no puede hacer es que la alternativa a que el señor Rajoy trabaje es que el resto le hagamos el trabajo". Es el presidente, en consecuencia, el que debe dar "un paso al frente" y someterse a la confianza del Congreso. A estas alturas, no está claro qué ocurrirá esta tarde: si el jefe del Estado propondrá candidato y si el líder del PP aceptará esa nominación.

Sánchez se muestra "convencido" de que "habrá Gobierno", pero no dice qué está dispuesto a hacer. Insiste en que el no a Rajoy es "claro"

Pero Rajoy no tiene a día de hoy ningún apoyo más que el de sus 137 diputados y la abstención de los 32 parlamentarios de Ciudadanos. Con eso no le basta para conseguir la reelección. Y eso se ha visto en la ronda de contactos de Felipe VI con los líderes políticos. Por eso sorprendió que Sánchez se aprestara a afirmar que la XII Legislatura que acaba de arrancar no tiene por qué ser "corta", que su partido hará una oposición "dura" aunque "útil" y que sobre todo se mostrase "convencido" de que "habrá Gobierno" y de que la legislatura "echará a andar". Fue su mensaje de "confianza" a la sociedad española.

Pero el líder socialista no quiso desvelar qué está dispuesto a hacer su partido para que eso ocurra. Se limitó a declararse "convencido" de que los 350 diputados que fueron "contratados" por los ciudadanos el 26 de junio "encontrarán la solución que merecen los españoles", y "en las próximas semanas", puesto que todos han manifestado su voluntad de que no haya unas terceras elecciones. ¿Y qué "solución" es esa? Misterio.

¿Y la abstención?

Las consabidas preguntas sobre una hipotética abstención futura del PSOE, en caso de que Rajoy rozase la mayoría absoluta -es decir, si lograse atraer al bloque del sí a C's y a Coalición Canaria, sumando 170 escaños-, que es la opción preferida por algunos notables y barones del partido, no encontraron una respuesta definitiva. Esta vez Sánchez no interpuso la coletilla de que "a día de hoy" el PSOE está en el no, como hizo el 13 de julio, pero tampoco descartó categóricamente ese escenario. Se agarró a que los socialistas entienden que la investidura y la gobernabilidad "van de la mano", que el PSOE "no apoyará aquello que quiere cambiar", al que propugna "lo contrario" de lo que defiende. Y cuando se le insistía qué ocurrirá si el presidente en funciones llegase a ese umbral de los 170 escaños, replicaba alegando que no conviene plantear "hipótesis" ni "elucubraciones", y que en todo caso el comité federal del 9 de julio ya manifestó su posición "clara": el voto en contra. No respondió a la posibilidad, planteada entre otros por la diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas o el propio Albert Rivera, de una abstención compartida por varios grupos.

El líder del PSOE despacha todas las preguntas sobre su estrategia con la petición de no hacer ni "hipótesis" ni "elucubraciones" porque sería "irresponsable"

Aunque no descartase radicalmente una futura abstención, su promesa de que se mantiene el no sí sonó algo más difícil de mover. Sus palabras parecieron más definitivas que las respuestas a la otra gran duda, que se le preguntó de múltiples formas en la sala: ¿intentará liderar una alternativa en caso de que Rajoy fracase? ¿hay una mayoría suficiente y distinta en la Cámara? "No es tiempo de elucubraciones y de hipótesis. Es el tiempo de Rajoy", incidió una y otra vez. "Los tiempos en democracia son fundamentales. Estamos en un proceso de investidura donde Rajoy se tiene que presentar. Cualquier elucubración o hipótesis es una irresponsabilidad", respondió, siendo consciente de que al pedir que no se hablase de "elucubraciones" realmente las estaba alimentando.

Pedro Sánchez anima a Mariano Rajoy a que los nacionalistas participen en la gobernabilidad

Agradecimiento a los firmantes del manifiesto

El PSOE se mantendrá "a la espera de ver qué hace Rajoy", pero no quiere decir que continúe inmóvil si naufraga. Simplemente no lo dijo. Por ejemplo, se le preguntó por el manifiesto respaldado por intelectuales, políticos y activistas en el que piden un "Gobierno de progreso" formado por su partido, Podemos y Ciudadanos -uno de los que lo suscriben es, por ejemplo, el portavoz de Compromís, Joan Baldoví-. Sánchez agradeció "de corazón" a los firmantes que dieran "un paso al frente", pero acto seguido dejó ver que esa apuesta por un Ejecutivo transversal, que fue la que intentó la pasada legislatura, es la que más le convence. El problema es que ya "la ha descartado Pablo Iglesias". La respuesta a esa posibilidad está "por partida doble": tanto en su investidura fallida del 2 y el 4 de marzo, como en el "veto mutuo" de los dos emergentes, que se mantiene. "Unas cosas son las palabras y otras los hechos", replicó cuando se le aludió a la invitación del jefe de la formación morada a construir un Ejecutivo de izquierdas.

Considera importante que se acabe con el "cordón sanitario" a los nacionalistas y que se "normalicen" las relaciones entre el PP y Convergència

Sánchez no fue por tanto tajante. En cambio, esta mañana, su portavoz parlamentario, Antonio Hernando, ya había descartado la opción de una alternativa en una entrevista en Onda Cero. "No, sinceramente, no", subrayó cuando se le inquirió por ese Ejecutivo de progreso. El líder no respaldó expresamente esa contestación pese a ser interrogado por ella. Sí hizo un reconocimiento expreso de que no repetirá tal cual los pasos recorridos en enero: "Todos debemos sacar lecciones de la pasada legislatura".

La comparecencia íntegra de Pedro Sánchez ante los medios tras despachar con el rey Felipe VI

Sánchez aseguró que "no" considera que fue un "error" la resolución aprobada por su comité federal el 28 de diciembre, cuando se le prohibió sentarse a dialogar siquiera con los independentistas o con fuerzas que exigieran un referéndum de autodeterminación. Del 9 de julio no salió ningún nuevo texto, luego se entiende que esa interdicción sigue viva. Como ya afirmara ante su grupo parlamentario hace algo más de una semana, subrayó que es una buena noticia que el PP acabe con ese "cordón sanitario" hacia los nacionalistas, porque es positivo que se ofrezca una "solución" para Cataluña, que tiene que venir "de la mano" de un entendimiento con formaciones secesionistas. El secretario general considera "importante" que se "normalicen" las relaciones entre el PP y la antigua Convergència Democràtica. Y lejos de criticarlo -"como hizo el PP conmigo", aunque también dentro de su partido-, él "animará" a Rajoy a que lo haga, a que emprenda esa senda de diálogo. Es más, los socialistas quieren que el presidente pacte su investidura con PNV y CDC, como ya supo acercarse a ambas en la votación de la Mesa de la Cámara Baja. Pero ambos partidos ya han reiterado su no rotundo a Rajoy. Sánchez no se salió del carril: Ciudadanos, PNV y CDC son sus "aliados naturales", y a ellos debe dirigirse, y no al PSOE. Remarcó que el presidente ha de saber articular un Gobierno "de mayoría conservadora pero no continuista".

El rey Felipe VI recibe a un impaciente Pedro Sánchez

¿Y terceras elecciones? De nuevo, Sánchez no se situó en ese marco. Si hay "riesgo" de llegar a ellas es porque hubo unas segundas generales, y "quien más hizo" para evitarlas fue el PSOE, despachó. Y otra vez el mismo mensaje: que trabaje Rajoy y vaya a la investidura.

Más respuestas, mismas dudas, aire contrariado

Pedro Sánchez ha limitado al máximo su exposición pública desde el 26-J. Precisamente para colocar el foco en Mariano Rajoy. Este jueves rompió su silencio y compareció por segunda vez desde su entrevista con el presidente en funciones, el 13 de julio. Nada más arrancar su intervención a la vuelta de la Zarzuela, a las dos en punto, expuso sus 'condiciones': que no ejercería de "portavoz del Rey" y que respondería a "todas las preguntas" de los informadores, pero cada uno solo podía formular una cuestión. 

Respondió a 25 periodistas en total durante una rueda de prensa que se prolongó 43 minutos. Pero se zafó cuanto pudo de todas las que insistían en las dudas sobre la eventual abstención o la mayoría alternativa, en las que no aclaró nada. En ocasiones, Sánchez contestaba con un mero y áspero "no", como cuando un periodista de 'El Periódico de Catalunya' le inquirió si consideraba un "error" aquella resolución del 28 de diciembre. Otras sugería que no se le repitiesen cuestiones semejantes. Otras recordaba que solo cabía una pregunta y punto por cabeza. Se le vio tenso, hasta enfadado, cortante. 

Al final, tras la última pregunta, se despidió con un "muchísimas gracias" y se fue rápidamente con su equipo, dejando en el aire, sin contestar, otra pregunta: si hará una consulta a la militancia. 

El secretario general se dirigió hacia la sala de prensa del Congreso acompañado de su número dos, César Luena; Isabel Rodríguez, portavoz adjunta en el grupo, y miembros de su equipo, encabezados por su jefe de Gabinete, Juanma Serrano.

Pedro Sánchez llevaba algunos eslóganes preparados bajo el brazo para resumir su reunión "cordial" y "sincera" con el Rey, la cuarta en lo que va de año. "El PSOE no va a apoyar aquello que quiere cambiar", Mariano Rajoy debe presentarse a la investidura "por responsabilidad constitucional" y para "poner en marcha el motor de la democracia", el resto de fuerzas no le van a hacer "su trabajo", el de recabar los apoyos necesarios, que ha de buscarlos entre sus "aliados potenciales" de centro derecha y nacionalistas. Pero más allá de eso Sánchez no quiere entrar en "elucubraciones" ni "hipótesis". Ni tan siquiera descarta, y no lo ha hecho nunca hasta ahora, que intente liderar una alternativa. Como tampoco una eventual abstención si el PP suma con Ciudadanos. El secretario general sigue resguardado en la ambigüedad, pero el mensaje que quería trasladar hoy era diáfano: que Rajoy muerda el polvo de una posible investidura fallida y se queme. Que sufra lo mismo que él.

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