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Los empresarios agravan su preocupación por la inestabilidad en un 2024 sin presupuestos
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Los empresarios agravan su preocupación por la inestabilidad en un 2024 sin presupuestos

La inseguridad jurídica, la incertidumbre política y los cambios regulatorios constituyen las tres principales amenazas para la economía española en 2024, según una encuesta de KPMG

Foto: Pedro Sánchez y Garamendi. (Europa Press)
Pedro Sánchez y Garamendi. (Europa Press)
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Los empresarios y directivos españoles ven la inseguridad jurídica, la incertidumbre política y los cambios regulatorios como las tres principales amenazas para la economía nacional durante este año. La preocupación en el mundo corporativo va en aumento, en un escenario marcado por la inestabilidad, con un Gobierno en minoría que suda en cada votación parlamentaria y no será capaz de sacar adelante unos Presupuestos Generales del Estado (PGE) en 2024.

Ya lo advertía esta semana el presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, justo después de conocerse que el Ejecutivo de Pedro Sánchez renunciaba a presentar las cuentas públicas, ante la falta de apoyos parlamentarios constatada tras el adelanto de las elecciones catalanas: "No es nada bueno que el país se quede sin presupuestos este año, porque las inversiones del Estado no se podrán realizar". Los empresarios, decía Garamendi, no entienden cómo se puede prescindir de una herramienta tan esencial, algo que sería impensable que ocurriese el sector privado.

En un momento en que la atonía de la inversión productiva se está erigiendo como el gran lastre para una recuperación aparentemente sólida, pero que podría ser mucho más vigorosa, también resuenan las palabras de la exministra Nadia Calviño hace unas semanas en Madrid. La responsable de la política económica del Gobierno durante la pasada legislatura reclamaba que se aprobasen unos presupuestos para poder canalizar los préstamos de la principal herramienta para dinamizar las inversiones durante los próximos años: el plan de recuperación.

Su sucesor, Carlos Cuerpo, descartó este jueves que la ausencia de PGE vaya a condicionar el despliegue de los fondos europeos, pero lo cierto es que a España se le acumulan los problemas: a la ausencia de cuentas públicas se le unen las dificultades para sacar adelante la reforma del subsidio asistencial de desempleo —uno de los compromisos con Bruselas para desbloquear los 10.000 millones de euros del cuarto pago—, que han obligado a pedir una prórroga de dos meses para que la Comisión pueda evaluar el cumplimiento de los hitos y objetivos del plan.

Foto: La presidenta del Banco Europeo de Inversiones y exvicepresidenta económica del Gobierno, Nadia Calviño. (Europa Press)

En ese escenario, el Banco Europeo de Inversiones (BEI), la institución que ahora preside Calviño y que juega un papel clave en el despliegue de los fondos, advirtió recientemente de que el clima político y regulatorio está frenando la inversión de las empresas en España, tal y como recoge la encuesta anual del organismo sobre la materia. Las conclusiones son muy similares a las que apunta el barómetro Perspectivas España 2024, que elabora KPMG y se ha conocido este domingo.

A pesar de que la consultora preguntó a 1.367 empresarios y directivos de 23 sectores entre diciembre y febrero, cuando el Gobierno ya estaba constituido y la mayoría de analistas vaticinaba que sí habría presupuestos, las respuestas ya recogían la inestabilidad —en sus diferentes vertientes— como la principal amenaza para el devenir económico del país. Si el año pasado el podio lo ocuparon la inflación (nombrada por el 54% de los encuestados), la incertidumbre política (46%) y el debilitamiento de la economía global (33%), este año solo se mantiene la segunda (44%), pero ganan peso otros problemas relacionados con las políticas del Ejecutivo, como la inseguridad jurídica (48%) y los cambios regulatorios (30%). Encuestas recientes del Banco de España apuntan en la misma dirección.

Garamendi: "Las empresas necesitamos un clima de confianza, de moderación y entendimiento, con una mayor calidad normativa"

El propio Garamendi resume el sentir del mundo corporativo en el prólogo de un informe que también ha contado con la colaboración de la CEOE: "Los riesgos y las dudas persisten, condicionados por la evolución de los conflictos en Ucrania y Gaza, el endurecimiento de la política monetaria, el despliegue de los fondos de recuperación europeos o la vulnerabilidad derivada de una deuda y un déficit públicos que el Gobierno no termina de embridar. A ello se añade, en nuestro país, una legislatura incierta y con equilibrios precarios, en la que se dibuja un escenario económico de escaso apoyo al mundo de la empresa y un horizonte presupuestario de previsible tensión".

Finalmente, los peores presagios sobre las cuentas públicas se han consumado, lo que solo contribuirá a agravar la preocupación de un empresariado que parecía haberse reconciliado con Sánchez tras la fotografía del presidente del Gobierno con los principales dirigentes del Ibex en el Foro de Davos. La segunda mitad de la pasada legislatura ya estuvo marcada por profundos desencuentros, especialmente por los impuestos extraordinarios a la banca y las energéticas o las políticas del Ministerio de Trabajo (las subidas del salario mínimo son el mejor ejemplo), y esta va camino de repetir el guion, con la reducción de la jornada laboral como principal caballo de batalla.

El problema de la inseguridad jurídica

Según denuncian los empresarios, la inestabilidad política va de la mano de una inseguridad jurídica creciente, ya que se estaría reformando el Estatuto de los Trabajadores por la puerta de atrás —la prevalencia de los convenios autonómicos, pactada con el PNV, supuso otro agravio—, proliferan figuras fiscales de encaje legal discutible o, simplemente, se transmite un discurso poco amigable hacia los negocios. "Las empresas necesitamos un clima de confianza, de moderación y entendimiento, con menor incertidumbre y con una mayor calidad normativa e independencia de las instituciones. Necesitamos un marco en el que se ponga en valor el papel de los empresarios y la empresa como motor en la creación de riqueza y empleo, de prosperidad para el conjunto de la sociedad", resume Garamendi en el prólogo del informe. Y añade: "Solo así podrá despegar una inversión que es clave para el crecimiento futuro".

Pese al malestar con el Gobierno y la situación política general, los encuestados mantienen la confianza en el devenir de sus compañías. El barómetro refleja el mismo fenómeno que ocurre cuando se le pregunta a los ciudadanos: la situación global se describe como más negativa que la particular. De hecho, el 71% de los empresarios y directivos espera aumentar sus ventas durante este año, algo más de la mitad cree que incrementará sus inversiones e incluso 4 de cada 10 confía en contratar más. Por el contrario, casi tres de cada cuatro define el escenario macro de la economía española como regular, malo o muy malo, y el 45% considera que evolucionará a peor en los próximos 12 meses. Solo un 13% cree que mejorará.

Foto: Estación de Metro del Banco de España. (Reuters).

Solo caben dos posibilidades: o existe un sesgo de percepción que lleva a ver las cosas peor de lo que están o los empresarios están decididos a hacer un esfuerzo extra por mantener su compromiso con la sociedad española y su economía a pesar de los nubarrones que se ciernen sobre el horizonte. Juanjo Cano, presidente de KPMG en España, se decanta por esta segunda opción en el prólogo del informe: "Nuestro tejido empresarial se muestra cauto en sus perspectivas, pero comprometido en la toma de decisiones para continuar generando riqueza y empleo".

Lo cierto es que las previsiones macro continúan siendo positivas, con una moderación de la inflación y un crecimiento sólido, que los principales organismos y centros de estudios han ido mejorando en las últimas semanas. Durante la que ahora acaba lo hacían, por ejemplo, el Banco de España y el panel de Funcas. Este mismo domingo, otra consultora, PwC, también ha actualizado su consenso económico, elaborado a partir del análisis de 450 expertos, empresarios y directivos, que prevén un crecimiento del 1,7% para este año. La revisión al alza constata que las previsiones desfavorables para la economía española en 2024 "se desvanecen", resume el informe.

Foto: Cadena de montaje en un fábrica de coches.

Los inversores también son optimistas. La prima de riesgo, que refleja el diferencial del bono español a 10 años y el bono alemán —de referencia para los mercados—, se sitúa por debajo de los 80 puntos básicos por primera vez desde hace dos años, mientras que la agencia de calificación crediticia Moody's mejoró este mismo sábado de estable a positiva la perspectiva para el rating de España, debido a un "mayor equilibrio en el modelo de crecimiento del país".

Sin embargo, el Banco de España advierte de una posible ralentización por la menor tracción de los motores que están impulsando en estos momentos la economía española: el consumo público y los inventarios de las compañías. La debilidad de la inversión, apunta el organismo, constituye el mayor palo en la rueda del crecimiento. La pública se puede ver resentida por la ausencia de presupuestos, mientras que la privada necesita la confianza y seguridad jurídica que el Gobierno, en opinión de los empresarios, no ofrece. Son dos caras de un mismo problema llamado inestabilidad política.

Los empresarios y directivos españoles ven la inseguridad jurídica, la incertidumbre política y los cambios regulatorios como las tres principales amenazas para la economía nacional durante este año. La preocupación en el mundo corporativo va en aumento, en un escenario marcado por la inestabilidad, con un Gobierno en minoría que suda en cada votación parlamentaria y no será capaz de sacar adelante unos Presupuestos Generales del Estado (PGE) en 2024.

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