La caída de la inflación pincha la burbuja de ingresos de Hacienda por IVA
El descenso de los precios ha comenzado a pasar factura a Hacienda en relación con la recaudación por IVA. Los ingresos están prácticamente planos tras subidas de dos dígitos durante 2021 y 2022
La moderación de los precios —el IPC cerró el año 2023 con un crecimiento medio del 3,5%, frente al 8,4% del año anterior— comienza a pasar factura a la recaudación fiscal. Si durante los dos años de alta inflación (2021 y 2022), Hacienda pudo disfrutar de unos ingresos extraordinarios con crecimientos de dos dígitos, entre otras razones, por no deflactar los tipos impositivos para adecuarlos a la inflación, ese escenario se ha agotado. En particular, por el comportamiento del IVA, el impuesto más expuesto a la variación de los precios y el segundo en volumen de recaudación, tras el IRPF.
Así lo indican los datos más recientes de la Agencia Tributaria, que muestran que en noviembre, en términos anuales, y una vez corregida la tasa de variaciones estacionales y de lo que Hacienda denomina efectos deterministas, el crecimiento es del 0,4%, muy lejos del 8,1% con que se cerró el año anterior. Los efectos deterministas, al tratarse de datos diarios, tienen en cuenta el sesgo que introducen fenómenos como los finales de mes, los festivos y los fines de semana en la política de compras de los consumidores.
Las cifras se obtienen del llamado sistema SII (Suministro Inmediato de Información), que aporta datos diarios de recaudación recogidos a partir de las ventas que realizan las empresas incluidas en el sistema. Su representatividad es muy elevada debido a que las grandes empresas con un volumen de operaciones superior a los seis millones de euros están obligadas a informar a Hacienda, además de las sociedades inscritas en el registro de devolución mensual.
Las ventas diarias, de hecho, suponen alrededor del 70% del total de ventas interiores del conjunto de contribuyentes del IVA, lo que revela la enorme calidad de la información. Al ser los datos diarios, se conoce, por ejemplo, que las ventas interiores totales provenientes del sistema en el IVA, corregidas de efectos deterministas, se incrementaron entre el pasado 22 de noviembre y el 19 de diciembre de 2023 un 0,1% en términos interanuales.
Los últimos datos de Hacienda, referidos al conjunto de la recaudación del IVA y no solo de las empresas que participan en el SII, confirman el frenazo. Hasta el pasado mes de noviembre, los ingresos por IVA apenas aumentaron un 0,8%, por debajo del PIB real, hasta los 80.328 millones. En esta evolución han influido 3.009 millones que han costado diversas decisiones de política económica para compensar el alza de los precios, pero aun así, en términos homogéneos, se produce una disminución del 0,4% en los ingresos.
Los salarios se recuperan
La práctica congelación de los ingresos por IVA contrasta con la evolución del IRPF, que crece de forma vigorosa —un 9,8% anual— de la mano de tres factores: la creación de empleo (más de medio millón de nuevos puestos de trabajo a lo largo de 2023), una cierta recuperación de los salarios, aunque todavía con pérdida de poder adquisitivo frente a los precios, y la inflación, ya que al no haberse deflactado la tarifa del IRPF supone una subida de la presión fiscal en frío. Alrededor del 91% de los ingresos por el impuesto sobre la renta proceden de las retenciones (trabajo y actividades profesionales, capital y gravamen de loterías), hasta los 102.811 millones. La subida de las pensiones en un 3,8%, igualmente, contribuye a un incremento de la recaudación, ya que el impuesto es progresivo y los tipos se imponen sobre bases más altas.
Esta ralentización de los recursos de Hacienda en la imposición indirecta, pese a que el comercio minorista todavía crece a buen ritmo (5,2% anual en euros constantes) ya ha sido descontada por el Gobierno en el plan presupuestario enviado a Bruselas. Aunque los detalles no se conocerán hasta que Hacienda remita al Congreso el avance de liquidación de los presupuestos de 2023, por el momento estima un crecimiento del 2,6%, cifra que contrasta con el 9,4% de 2022, en plena explosión de los precios.
Esta ralentización de los recursos de Hacienda en la imposición indirecta ya ha sido descontada por el Gobierno en el plan presupuestario
En el caso del IVA, de largo el que más pesa en la imposición indirecta, el incremento de la recaudación será de apenas el 1,5%, lo que achaca a la desaceleración esperada en el consumo privado. El otro factor es la prórroga de las medidas de apoyo a las familias para compensar el alza de la inflación, aunque esto dependerá de lo que ocurra con la convalidación de los decretos que ha enviado el Gobierno al Congreso, y que se votarán este miércoles.
Para 2024, y pese a la clara ralentización del PIB (el Gobierno espera un incremento del 2%) Hacienda considera posible que la recaudación por impuestos indirectos se recupere de forma vigorosa. En particular, por la recuperación del consumo privado, algo que contrasta con su propia previsión de crecimiento del PIB. Aunque no ofrece cifras, habla de una "fuerte recuperación" en el IVA "con tasas de crecimiento muy dinámicas y significativamente superiores a las alcanzadas en 2023".
La AIReF, sin embargo, ya advirtió en su último análisis sobre el plan presupuestario que se había sesgado al alza sus previsiones de recaudación. "El escenario del Gobierno", sostenía, "incorpora una aceleración del consumo privado que presenta riesgos en un entorno de deterioro de la confianza y endurecimiento de las condiciones financieras".
La moderación de los precios —el IPC cerró el año 2023 con un crecimiento medio del 3,5%, frente al 8,4% del año anterior— comienza a pasar factura a la recaudación fiscal. Si durante los dos años de alta inflación (2021 y 2022), Hacienda pudo disfrutar de unos ingresos extraordinarios con crecimientos de dos dígitos, entre otras razones, por no deflactar los tipos impositivos para adecuarlos a la inflación, ese escenario se ha agotado. En particular, por el comportamiento del IVA, el impuesto más expuesto a la variación de los precios y el segundo en volumen de recaudación, tras el IRPF.