La pobreza severa en España, por CCAA: Canarias es Grecia y Euskadi es Estonia

España es uno de los países europeos con mayor pobreza severa. En 2022 un 7,7% de la población sufrió una carencia material y social severa. Esto es un 26% más que el conjunto de la eurozona. Se sitúa entre Eslovaquia y Letonia y empata con Francia. El elevado desempleo y la precariedad de los trabajos es la principal causa de que muchas familias no lleguen a final de mes. La segunda es que las dificultades del despliegue del ingreso mínimo vital (IMV) todavía afectan a las capas más bajas de la población. Solo hay cuatro países en la UE que estén peor que España, y eso a pesar de que en 2022 consiguió bajar los niveles de pobreza hasta los niveles previos a la pandemia gracias a la creación de empleo y la subida de los salarios, que contrarrestaron el efecto de la inflación.

Sin embargo, España es un país de grandes contrastes, también en la pobreza. Existen grandes diferencias entre comunidades autónomas, tan intensas como que la región con más pobreza severa, Canarias, multiplica por tres a la que menos pobreza sufre, Euskadi. En este artículo se compara la situación de pobreza de cada CCAA de España con los distintos países de Europa a partir de los datos que acaba de publicar Eurostat.

Como siempre ocurre en términos de nivel de vida, España se divide claramente en tres franjas: noroeste, mitad septentrional y mitad meridional. Este orden no es solo geográfico (de norte a sur), también se corresponde con las tasas de pobreza severa, de menor a mayor. País Vasco y La Rioja son las dos únicas CCAA con menos del 4% de la población en situación de carencia material y social severa. Esta estadística se elabora a partir de encuestas a los hogares sobre los gastos básicos que no se pueden permitir con sus ingresos, como por ejemplo, mantener la vivienda a una temperatura adecuada, cubrir gastos imprevistos o comprar ropa para cambiar prendas estropeadas.

Aun así, ni siquiera las comunidades mejor situadas de España se acercan a los mejores países de Europa. Tanto País Vasco como La Rioja tienen algo menos del 4% de su población en una situación de carencia severa, muy lejos de Eslovenia, Noruega y Finlandia, los países líderes en los que no llega al 2% de su población. En total hay ocho países de los 27 de la Unión Europea que tienen una pobreza severa inferior a la vasca. Esto significa que existe una capa de la población que está en una situación extrema en todo el país.

País Vasco, tienen una tasa de pobreza severa similar a la de Estonia, un país con una economía muy pujante gracias al desarrollo de un tejido empresarial innovador que genera un alto valor añadido. El resto de comunidades del noroeste español también se sitúan en los mejores puestos europeos en porcentajes de pobreza. Asturias, Cantabria, Aragón, Castilla y León o Cantabria tienen tasas de pobreza severa que no superan el 5% de su población. Son niveles similares a los de Italia o Malta.

El centro y este de España tiene niveles de carencia algo más elevadas que la media europea. Es el caso de Madrid, con una tasa de carencia severa del 6,5% de su población; Comunidad Valenciana, con un 7,1% o Cataluña, que alcanza el 8%, una cifra muy similar a la de Letonia, la república báltica pobre.

El resto de España: desde Castilla-La Mancha hasta Canarias, sufre tasas de pobreza muy elevadas. Coincide con territorios en los que se concentra mucha población inmigrante empleada en sectores muy precarios y con bajos salarios, como son la agricultura o la hostelería. La última de todas es Canarias, con un porcentaje de trabajadores con carencia severa de casi el 12%. Solo un país de la eurozona está en peor situación: Grecia, con una tasa de pobreza del 14%.

La inmigración juega un papel clave en la existencia de capas sociales con una situación económica límite. Se trata de hogares que, además, no tienen el soporte familiar con el que sí cuentan los nacionales. Además, son comunidades en las que las tasas de fecundidad son más altas, precisamente porque la población inmigrante tiene más hijos. Esto provoca que los hogares con bajos ingresos y muchos hijos lleguen a situaciones realmente complicadas.

Pero, además, existe un problema adicional: las ayudas autonómicas contra la pobreza. Las mejores comunidades autónomas han desplegado políticas de rentas mínimas (el ejemplo más claro es el del País Vasco) que combaten la pobreza severa. Estas ayudas no evitan que las familias pasen dificultades económicas, pero evita que lleguen a una situación límite. El Estado busca completar la protección a los más desfavorecidos con el ingreso mínimo vital. Sin embargo, los problemas de despliegue de esta medida están dificultando la lucha contra la pobreza.