Es noticia
Los precarios olvidados en el acuerdo de coalición: "Ojalá dar con un contrato de 40 horas"
  1. Economía
La nueva cara de la temporalidad

Los precarios olvidados en el acuerdo de coalición: "Ojalá dar con un contrato de 40 horas"

PSOE y Sumar han vendido la reducción de jornada como una de las grandes medidas del nuevo Gobierno. No obstante, el problema de muchos empleados no es que trabajen muchas horas, sino que nadie les contrata por tantas

Foto: Un camarero en Madrid. (EFE/Eduardo Oyana)
Un camarero en Madrid. (EFE/Eduardo Oyana)

Yaiza tiene 25 años y es maestra de infantil y primaria. Lleva varios años moviéndose en el mercado laboral, pero todavía no conoce lo que es un trabajo a jornada completa. Al terminar sus estudios, no sospechaba que sus empleos parciales se prolongarían tanto en el tiempo. "A día de hoy, trabajo 18 horas semanales con clases extraescolares. Llevo así desde 2018. Incluso he estado con menos", comenta. Esta madrileña es solo una de los miles de trabajadoras que, pese a que necesitan un trabajo con más horas para llegar a fin de mes, son incapaces de dar con él. Una realidad obviada en el acuerdo de coalición y que algunos sindicatos ya mencionan como uno de los principales problemas del mercado laboral tras la reforma que abordó la temporalidad.

El nuevo acuerdo de gobierno, firmado este martes por PSOE y Sumar, tiene como uno de sus grandes retos conseguir que la jornada de trabajo se reduzca de las 40 a las 37,5 horas. El objetivo final sería alcanzar las 35. La intención principal es mejorar la calidad de vida de los trabajadores. El problema es que la medida estrella propuesta por Yolanda Díaz tiene un hándicap: a los jóvenes les cuesta encontrar un curro de jornada completa. Hoy día, miles de precarios sueñan con tener un horario tan extenso. "Ojalá dar con un contrato de 40 horas de lo mío, pero de momento nada", señala Yaiza.

Foto: Yolanda Díaz, junto a Pedro Sánchez, tras llegar a un acuerdo de Gobierno. (EFE/Emilio Naranjo)

En concreto, y según la última Encuesta de Población Activa (EPA), hay 2,8 millones de trabajadores a tiempo parcial en nuestro país. Son un 13,5% de todos los ocupados y la cifra más alta desde 2020. Aunque su número está lejos del pico vivido en 2014 —cuando casi el 16% de empleados tenía contratos de este tipo—, está muy por encima de lo vivido hace décadas, cuando esa cifra no superaba el 6%. Como Yaiza, el 73% (más de dos millones) son mujeres. La cuestión de género también es una razón de peso: ellas son las que más reconocen que aceptan este tipo de contrato porque no les ofrecen uno a jornada completa. Concretamente, 977.500 mujeres frente a 387.200 hombres.

Aunque sea por omisión, el debate sobre la jornada laboral vuelve a poner sobre la mesa el caso de parcialidad y cómo este tipo de contratos empieza a sustituir cada vez más a la ya denostada temporalidad. Y afecta especialmente a los jóvenes, con ejemplos como el del famoso Nano, el chaval que saltó a los medios hace unas semanas al contar su realidad, en la que empalmaba dos trabajos para poder llegar a fin de mes. Su cara dio la vuelta al país, pero está lejos de ser única. Según sindicatos como CCOO, la parcialidad es un problema habitual entre las generaciones que se inician en el mercado. No obstante, no son los únicos afectados: este problema afecta más a las mujeres y a la población inmigrante. Además, se agudiza en sectores como hostelería donde, si bien hace años usaban los contratos temporales, ahora apuestan por esta emergente alternativa. ¿La razón? La flexibilidad.

"Hemos detectado que muchas empresas usan estos contratos parciales como sustitutivo a los temporales, por eso llevamos tiempo pidiendo que se estudie. No decimos que las empresas no puedan necesitar flexibilidad, pero en muchos sitios, como en comercios o incluso en el sector del automóvil, se hacen contratos parciales siempre pese a que perfectamente podrían hacerlos de jornada completa. Luego, cuando llegan los picos de trabajo, ofrecen al empleado ejercer con horas complementarias. Lo que además imposibilita para muchos la posibilidad de buscar otros empleos que les ayuden a completar su sueldo", explica el secretario de Juventud de CCOO, Adrià Junyent. "Es algo que se ha ido instaurando, que precariza el mercado laboral y debe atajarse", añade.

"La reducción de la jornada laboral va a ayudar a estos empleados a tiempo parcial, porque para muchos supondrá una subida de sueldo, pero no arregla el problema final, que es la utilización de este tipo de contratos. Llevamos tiempo pidiendo que se controle su uso", detalla el sindicalista. Los conflictos por este tipo de contratos ya han llegado incluso a huelgas como la de H&M. Sus dependientes pararon este verano por las malas condiciones laborales propiciadas, en parte, por este tipo de jornadas. Lo suspendieron tras conseguir que la compañía les ofreciese diferentes pluses para complementar el sueldo.

Acostumbrados a las 20 horas semanales

Como Yaiza, María también sueña con un contrato fijo a jornada completa. A sus 26 años, todavía no ha conseguido un trabajo indefinido de 40 horas semanales. Su profesión es un tanto peculiar: son contratos por obra y servicio donde dependes de la duración del proyecto. Las empresas no contratan a su personal fijo para cada uno de sus trabajos y tienen que ir empalmando trabajos sin estabilidad a la vista. "Es algo que me planteo mucho, porque no tengo estabilidad vital", cuenta. Pese a la idea general de que las nuevas generaciones quieren trabajar menos, estos son algunos ejemplos de que en realidad lo que buscan la mayoría de empleados es contratos estables de más horas. Y no solo en España.

La parcialidad es algo que se ha extendido por toda Europa, como señalaba un estudio publicado hace unos meses por el Banco Central Europeo, y se ha convertido en una de las grandes paradojas del empleo: hay más ocupados, pero menos horas trabajadas. Los datos de la Encuesta de Expectativas del Consumidor del BCE muestran que, mientras que alrededor del 20% de los trabajadores desearía trabajar menos horas, al 35% de los trabajadores le gustaría trabajar más. Y no lo hacen porque su empleador no lo necesita. De hecho, a finales de 2022 todavía había alrededor de cinco millones de trabajadores que quieren trabajar más horas, de los que el 28% es de baja cualificación y otro 43%, de mediana formación.

"El tema al final siempre es el sueldo, puro y duro. Y eso da mucho poder a las empresas sobre gente en situaciones precarias. Las empresas consiguen con estos contratos que sus trabajadores hagan cientos de horas complementarias sin subirles la jornada y generando una dependencia salarial, o lo que es lo mismo: si no obedeces o aceptas, no te dan horas complementarias. Por lo tanto, tu sueldo depende de cuánto seas capaz de asumir la precariedad establecida por la empresa", cuenta Alfonso, un trabajador de 43 años que lleva más de una década en un sector dominado por la parcialidad.

Él ya lleva tiempo entre los que tienen jornada completa, pero las peleas por las horas son continuas. "Es un tema muy concreto con una gran influencia directa en la precariedad laboral. Como ejemplo, por muchas horas complementarias que hagas, si vas a pedir un préstamo al banco te van a mirar el contrato y si es de jornada parcial empiezan las pegas", comenta. "Al final entras en una espiral, porque esa precariedad de las jornadas parciales te hace buscar otro trabajo y que al final tengas que quedarte sin vida porque tienes que contentar a las dos empresas con tus jornadas y las horas complementarias", detalla el trabajador.

"Es una realidad que quizá no vemos cuando trabajamos en empleos de oficina, donde lo habitual es que el problema esté en la cantidad de horas de más que se echan, pero que está a la orden del día en muchos sectores y que debe tratarse", termina Junyent.

Yaiza tiene 25 años y es maestra de infantil y primaria. Lleva varios años moviéndose en el mercado laboral, pero todavía no conoce lo que es un trabajo a jornada completa. Al terminar sus estudios, no sospechaba que sus empleos parciales se prolongarían tanto en el tiempo. "A día de hoy, trabajo 18 horas semanales con clases extraescolares. Llevo así desde 2018. Incluso he estado con menos", comenta. Esta madrileña es solo una de los miles de trabajadoras que, pese a que necesitan un trabajo con más horas para llegar a fin de mes, son incapaces de dar con él. Una realidad obviada en el acuerdo de coalición y que algunos sindicatos ya mencionan como uno de los principales problemas del mercado laboral tras la reforma que abordó la temporalidad.

Trabajo temporal
El redactor recomienda