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El 'boom' de las teteras chinas que ha evitado una escalada del petróleo
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AYUDAN A ESTABILIZAR EL MERCADO

El 'boom' de las teteras chinas que ha evitado una escalada del petróleo

Tras una subida inicial del 4%, el precio del petróleo se ha estabilizado. A ello han contribuido las pequeñas refinerías instaladas en la costa de China, conocidas como teteras. Engrasan la distribución de crudo

Foto: Una máquina bombea petróleo. (EFE/Caroline Brehman)
Una máquina bombea petróleo. (EFE/Caroline Brehman)
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La escalada de la tensión entre Israel y Gaza, por decirlo de forma metafórica, ha sorprendido a todos. En particular, por su extrema crudeza. Pero en el plano económico lo que más ha desconcertado es la pobre respuesta que ha tenido el precio del petróleo a una crisis que se desarrolla en el punto más caliente del planeta, por donde circulan unos 21 millones de barriles diarios, la quinta parte del petróleo que consume el mundo (algo más de 100 millones de barriles al día).

Tras un incremento inicial del 4%, en el caso del barril del Brent, el crudo ha vuelto a caer y hoy se paga en torno a los 87 dólares. Es decir, solo ligeramente por encima de su cotización del viernes pasado, horas antes del ataque de Hamás. Lejos queda hoy la idea de que el barril de petróleo caminaba hacia los 100 dólares.

Las causas son variadas. Pero hay una que probablemente sea la mejor explicación, además de la más obvia: frente a lo que sucedió en 1973 o, incluso, en 1979, tras las crisis de los rehenes entre EEUU e Irán, no se ha producido ningún embargo. Por el contrario, el mercado del petróleo continúa funcionando con toda normalidad.

Foto: Refinería en El Paso, Texas, Estados Unidos. (Getty/Brandon Bell)

Lo que ha cambiado, junto a esa evidencia, es algo que puede llamarse una casualidad histórica. La invasión de Ucrania y la posterior política de sanciones a Rusia impuesta por Occidente ha provocado canales alternativos en los flujos comerciales de crudo, lo que en la práctica ha habilitado las transacciones y engrasado la maquinaria. Y unas de esas herramientas para salvar el embargo son las llamadas teteras chinas. Es decir, pequeñas refinerías privadas instaladas a lo largo de su vasta costa marítima que permiten refinar el crudo indistintamente de donde llegue, en muchas ocasiones bajo bandera de conveniencia.

Esas pequeñas refinerías, ajenas al Estado, aprovechan los descuentos que ofrecen países como Rusia, Irán y Venezuela, en los tres casos sometidos a diferentes restricciones, para seguir operando obteniendo buena rentabilidad, lo que en la práctica garantiza el aprovisionamiento y cubre las necesidades de petróleo. Esto explica que no se haya producido un fenómeno de acaparación de crudo ante el aumento de las tensiones en el mercado del petróleo, algo que hubiera elevado los precios.

Costes financieros

Al mismo tiempo, y este es un factor muy relevante, el incremento de los tipos de interés, también provocado en parte por la guerra en Ucrania, hace más costosos los almacenamiento por sus elevados costes financieros, y de ahí que las teteras instaladas en China, el país que más crudo consume, jueguen un papel relevante. Entre otras razones, porque operan al 66% de su capacidad, lo que les permite asumir cualquier incremento de la demanda. Es decir, estabilizan los precios incluso en momentos de gran tensión, como los actuales.

Sin problemas de aprovisionamiento, no hay incrementos de precios, a lo que ayuda la débil demanda debido al enfriamiento económico general impulsado por los bancos centrales. Según los datos de inventarios terrestres de Vortexa, una consultora de energía, para 112 países, las existencias de crudo se encuentran en su nivel más bajo en 15 meses, después de haber disminuido en un promedio de 1,5 mbd durante las últimas 10 semanas.

Para que el círculo se cierre, se necesita un país que blanquee el petróleo procedente de naciones rebeldes, y ese es el caso de Malasia, que según Energy Intelligence, cumple ese papel. Los datos de las aduanas chinas, según esta publicación especializada en energía, para la provincia costera de Shandong, donde se encuentran la mayoría de las refinerías teteras, muestran un aumento en las importaciones de petróleo crudo, en particular fueloil, procedente de Rusia y Malasia [ver gráfico] en el primer semestre de este año en comparación con el mismo período de 2022. En ambos casos por encima del 100%. Se cree, igualmente, que las cifras sobre las importaciones desde Malasia ocultan compras procedentes de Irán y Venezuela, países sometidos a fuertes restricciones.

El made in Malasia es, en realidad, una pantalla fraudulenta autorizada por Pekín para saltar los controles, aunque a veces se hace a través de Omán u otros países de Oriente Medio. En el primer semestre de este año, los datos oficiales de aduanas mostraron que el 88% del petróleo crudo con destino Shandong se originó en Rusia y Malasia, frente al 45% de hace un año. Su precio medio de venta fue equivalente a 67,6 dólares el barril, muy por debajo de los precios de mercado. China, de esta manera, cumple así la política de embargos, ya que las grandes refinerías, estatales y privadas, se quedan fuera del proceso de refino.

Foto: Refinería de petróleo en la ciudad de Omsk, en Siberia. (Reuters/Alexey Malgavko)

China, como se sabe, es el gran aliado de Rusia, pero por razones de vecindad geográfica también es muy dependiente de Irán, que es el principal soporte político, militar e intelectual de Hamás. Algo que explica, como ya hizo al comenzar la guerra en Ucrania, su posición aparentemente ecléctica sobre ambos conflictos. Las exportaciones de crudo procedente de Irán ascienden a alrededor de 1,5 millones de barriles diarios, y se sitúan en su nivel más alto en más de cuatro años, con más del 80% enviado a China, según datos de las consultoras FGE y Vortexa.

Nuevas realidades

Esto es, precisamente, lo que está evitando tensiones significativas en los mercados petrolíferos, que han tenido que adaptarse a las nuevas realidades geopolíticas. Lo paradójico es que China se ha mostrado en repetidas ocasiones contraria a la política de sanciones de la Unión Europea, pero gracias a las rebajas en el precio del crudo contratando con países castigados es quien más se beneficia del embargo parcial. Entre otros motivos, porque EEUU, pese a las sanciones, ha estado mirando para otro lado mientras negociaba el intercambio de prisioneros con Irán que se cerró a mediados del mes pasado, y que incluyó la devolución de 6.000 millones de dólares a Teherán retenidos.

Un reciente informe de Arcano enviado a sus abonados estima en su escenario central sobre el conflicto que incluso un embargo al crudo iraní se podría compensar con el suministro de otros países. "De hecho", asegura, "contra todo pronóstico, las restricciones a la producción rusa no provocaron subidas en la medida que se esperaba". En su escenario pesimista, que significaría el cierre del estrecho de Ormuz, por donde circula aproximadamente el 21% del consumo mundial de petróleo, la situación cambiaría radicalmente, pero este escenario, sostienen, es improbable.

China ha ahorrado este año unos 4.340 millones de dólares importando petróleo ruso

Se ha estimado, según Reuters, que Venezuela, Rusia e Irán, los tres países castigados, aunque en distinta medida, representan cerca de una cuarta parte (el 21%) de las importaciones de China entre enero y septiembre, lo que supone el doble que un año antes. China, en concreto, ha ahorrado este año unos 4.340 millones de dólares importando petróleo ruso. En el caso del petróleo venezolano (unos 430.000 barriles al día), el ahorro es de unos 1.170 millones de dólares. Irán es el cuarto productor de la OPEP. Generó tres millones de barriles por día en julio, el nivel más alto desde finales de 2018, según datos del cartel.

La estabilidad del crudo, gracias a las teteras chinas, ha beneficiado en general a Asia, donde la dependencia de Oriente Medio es mayor, muy superior a Europa. Según el informe anual de la Agencia de Recursos Naturales y Energía de Japón, el 94% de las importaciones de petróleo crudo de Japón llegaron de Oriente Medio en 2022. Igualmente, Corea del Sur carece de reservas y, por lo tanto, depende de los envíos exteriores. El país importa el 67% de su petróleo crudo y el 37% de su gasolina de Oriente Medio, según cifras del Gobierno.

Hoy por hoy, las consultoras de energía como Vortexa consideran muy improbable que se extienda la actual guerra de Israel y Gaza y afecte a las infraestructuras críticas en Oriente Medio, pero es un hecho que cada día se mueven 21 millones de barriles de crudo por el estrecho de Ormuz, el verdadero punto caliente de la zona en el plano económico.

La escalada de la tensión entre Israel y Gaza, por decirlo de forma metafórica, ha sorprendido a todos. En particular, por su extrema crudeza. Pero en el plano económico lo que más ha desconcertado es la pobre respuesta que ha tenido el precio del petróleo a una crisis que se desarrolla en el punto más caliente del planeta, por donde circulan unos 21 millones de barriles diarios, la quinta parte del petróleo que consume el mundo (algo más de 100 millones de barriles al día).

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