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Netanyahu logra un Gobierno de unidad para afrontar una "guerra larga y dura"
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La guerra entra en su sexto día

Netanyahu logra un Gobierno de unidad para afrontar una "guerra larga y dura"

La alianza dará mayor empaque y legitimidad a una posible invasión terrestre sobre la Franja, que los analistas dan por segura desde hace días, pero que todavía no se ha producido

Foto: Fuego de artillería israelí cerca de la frontera con Gaza. (EFE/Martin Divisek)
Fuego de artillería israelí cerca de la frontera con Gaza. (EFE/Martin Divisek)
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Benjamín Netanyahu quería un Gobierno de unidad. Y lo ha conseguido. El exministro de Defensa Benny Gantz, líder del partido centrista Unidad Nacional, ha aceptado entrar en un Ejecutivo de emergencia cuya principal prioridad será afrontar la amenaza de Hamás en el sur, aunque con un ojo puesto en el norte por si Hezbolá, el grupo militante libanés respaldado por Irán, se suma a la lucha. “Israel por encima de todo”, aseveró Gantz en X, la antigua Twitter, tras anunciarse el acuerdo. La alianza dará mayor empaque y legitimidad a una posible invasión terrestre sobre la Franja, que los analistas dan por segura desde hace días, pero que todavía no se ha producido. La operación está destinada a saldarse con un alto coste en vidas humanas, tanto palestinas como israelíes, y causar un enorme revuelo nacional e internacional. Además, Netanyahu no ha validado nunca antes una ofensiva de este calibre, y podría querer aliados para poder defenderla.

En el nuevo Ejecutivo hay una ausencia importante: la del líder de la oposición, Yair Lapid. El primer ministro lanzó su propuesta de Gobierno de emergencia el primer día de hostilidades, el sábado 7, y la oferta era extensible a Lapid. Sin embargo, este no ha respondido activamente a la petición. Y según fuentes cercanas a su partido, consultadas por The Times of Israel, no parece que lo vaya a hacer próximamente. El partido de Lapid, el Yesh Atid, tiene 24 escaños en la Knéset, y ha sido uno de los paladines contra la reforma judicial de Netanyahu. Gantz ha sido el otro gran opositor, aunque él no puso condiciones a su inclusión en el Gobierno de unidad. Lapid, sí. El líder de Yesh Atid había dicho estar dispuesto a formar parte "de un Gobierno reducido, profesional, de emergencia", pero también que sería imposible gestionar una guerra con "la composición extrema y disfuncional del actual gabinete", en referencia a los aliados ultrarreligiosos y de extrema derecha de Netanyahu.

La incorporación de Gantz a un Gobierno provisional para tiempos de guerra da a Netanyahu una mayoría aplastante en la Knéset: 76 asientos de 120. Doce más que hasta ahora. Aunque no le servirá para hacer lo que quiera. Una de las claves del acuerdo para la formación del nuevo Gobierno es que “durante tiempos de guerra, no se presentarán proyectos de ley ni decisiones gubernamentales que no afecten a la conducción de la guerra”, por lo que al primer ministro no le será posible tirar adelante con su polémica reforma judicial hasta que acabe el conflicto. Unidad Nacional entrará oficialmente en el Gobierno a partir de este jueves, a las siete de la tarde, que es cuando el Parlamento votará su inclusión.

Además de su líder, se unirán al gabinete los diputados Gadi Eisenkot, Gideon Sa'ar, Chili Tropper y Yifat Shasha-Biton. Gantz, que además de ministro de Defensa también fue jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel, también formará parte de un pequeño y exclusivo gabinete de guerra con Netanyahu y el ministro de Defensa, Yoav Gallant. "Vamos a destruir y matar completamente a Hamás, el ISIS de Gaza. Se esfumarán de la Tierra, ya no existirán, no aceptaremos que los niños y bebés israelíes sean asesinados y todo siga como siempre", manifestó ayer Gallant, al asegurar que las zonas israelíes aledañas a la Franja han sido aseguradas y ahora sus tropas "se concentran en la ofensiva".

Día de bombardeos, alarmas y horrores

En el quinto día de guerra entre Hamás e Israel, se han producido escasos movimientos a nivel militar. El grupo terrorista ya no tiene presencia en el sur del país, y las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) controlan y abaten a cualquier miliciano que trate de infiltrarse por la aún maltrecha barrera. El Ejército israelí ha establecido una zona militar restringida alrededor de la Franja de Gaza que se extiende hasta la ciudad costera de Ashkelon, 12 kilómetros al norte de la frontera. Varios asentamientos israelíes, incluidas las ciudades de Sderot y Netivot, se encuentran dentro de la zona de exclusión. Hay al menos 100.000 soldados israelíes estacionados en el sur, junto con centenares de tanques y armamento pesado. Paralelamente, la movilización de reservistas no se da por concluida. Israel sigue pidiendo a sus nacionales en el extranjero y con edad de luchar que vuelvan al país, y la compañía israelí El Al está facilitando las repatriaciones.

Del lado palestino, los bombardeos han continuado sin descanso en la Franja de Gaza, mientras el enclave sigue sin poder abastecerse de luz, combustible o comida. Además, los gazatíes han perdido este miércoles su última central eléctrica, por lo que ya no tienen posibilidades de autoabastecerse. Los trabajadores médicos del enclave han emitido una llamada de socorro y advierten de la capacidad limitada de sus generadores. El Hospital Al-Shifa, el complejo médico más grande de la Franja de Gaza, tiene suficiente combustible para mantener el funcionamiento de las instalaciones durante otros cuatro días, como máximo, dijo su director el miércoles. Además de los heridos en los ataques israelíes, en Gaza hay al menos 100 recién nacidos y 1.100 pacientes de diálisis que dependen actualmente de máquinas médicas, según ha informado Al Jazeera. "Si se corta la electricidad, nuestros hospitales se convertirán en nada más que fosas comunes", afirmó el director de Al-Shifa, el doctor Muhammad Abu Salima, a The New York Times.

Israel reportó este miércoles que ya había atacado más de 2.300 “objetivos de Hamás” en el territorio bloqueado, que alberga a 2,3 millones de personas, mientras que se habían disparado más de 4.500 cohetes desde Gaza. El número de muertos israelíes a raíz de la infiltración de los militantes islamistas el pasado 7 de octubre ya asciende a 1.200, según fuentes oficiales, mientras que el de palestinos asciende a 1.100, una cifra que no para de crecer hora tras hora. En ambos casos, los civiles suponen la aplastante mayoría de las víctimas mortales, además de los miles de heridos. Entre 100 y 150 personas continúan secuestradas dentro de la Franja, aunque el portavoz del Ministerio de Exteriores israelí, Lior Haiat, aseguró que "no es el momento de negociar" con Hamás su rescate. También agregó que "la guerra contra Hamás no va a ser una operación corta, sino una guerra larga y dura".

Foto: La joven hispano-israelí (Foto: Redes Sociales Maya Villalobo)

Estados Unidos, mientras tanto, trasladó un grupo de ataque de portaaviones navales, incluido su mayor portaaviones, el USS Gerald Ford, desde los alrededores de Italia hasta el Mediterráneo oriental para llevar a cabo labores de vigilancia en apoyo a Israel, disuadir a las facciones palestinas que operan en el Líbano y, sobre todo, mandar un mensaje claro a Hezbolá. El grupo militante chií ha intercambiado ataques muy limitados con las fuerzas israelíes durante los últimos días y durante la jornada de ayer saltaron las alarmas de todo el norte del país ante una aparente infiltración aérea. Sin embargo, resultó ser una falsa alarma fruto de un error todavía no especificado, según admitieron las propias IDF.

El norte y el sur no son las únicas zonas al rojo vivo. En Cisjordania, colonos israelíes armados atacaron este miércoles una aldea al sur de Nablus, asesinando a tres palestinos en el proceso, según reportó el Ministerio de Salud del territorio. Al menos 27 residentes de la región han muerto a manos de las fuerzas de seguridad israelíes desde el pasado sábado, de acuerdo con Reuters.

Benjamín Netanyahu quería un Gobierno de unidad. Y lo ha conseguido. El exministro de Defensa Benny Gantz, líder del partido centrista Unidad Nacional, ha aceptado entrar en un Ejecutivo de emergencia cuya principal prioridad será afrontar la amenaza de Hamás en el sur, aunque con un ojo puesto en el norte por si Hezbolá, el grupo militante libanés respaldado por Irán, se suma a la lucha. “Israel por encima de todo”, aseveró Gantz en X, la antigua Twitter, tras anunciarse el acuerdo. La alianza dará mayor empaque y legitimidad a una posible invasión terrestre sobre la Franja, que los analistas dan por segura desde hace días, pero que todavía no se ha producido. La operación está destinada a saldarse con un alto coste en vidas humanas, tanto palestinas como israelíes, y causar un enorme revuelo nacional e internacional. Además, Netanyahu no ha validado nunca antes una ofensiva de este calibre, y podría querer aliados para poder defenderla.

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