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España esquiva la recesión a la que se encaminan las potencias europeas
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Tras salvar el verano

España esquiva la recesión a la que se encaminan las potencias europeas

Los indicadores adelantados apuntan a una contracción de la actividad en Alemania, Francia e Italia. España sufre una ralentización, pero está consiguiendo mantener el crecimiento

Foto: Imagen de la fábrica de Ford en Almussafes. (EFE/Kai Forsterling)
Imagen de la fábrica de Ford en Almussafes. (EFE/Kai Forsterling)
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Europa no levanta cabeza. La crisis inflacionista, la subida de los tipos de interés y el deterioro de la inversión impiden que el continente consolide su recuperación. Su economía sigue languideciendo en un mundo en el que cada vez tiene más rivales y menos herramientas para competir. Los indicadores adelantados del tercer trimestre del año anticipan que las tres mayores potencias del euro, Alemania, Francia e Italia, sufrieron una contracción de la actividad en el tercer trimestre del año. Por si fuera poco, las previsiones para el final del año son aún más pesimistas, lo que encamina a la zona euro a sufrir una nueva recesión.

En el año completo que va desde el segundo trimestre de 2022 hasta el segundo de 2023, la economía de la eurozona apenas creció un 0,4% acumulado. Esto significa que, desde que comenzó la invasión de Ucrania, Europa se ha estancado. Y en esas sigue un año y medio después del inicio de la guerra.

Los datos de la encuesta PMI que elabora mensualmente S&P a los gestores de compras de las empresas muestra una nueva recaída de la actividad en septiembre. "La economía de la zona euro cerró el tercer trimestre con otra contracción, mientras que la demanda cae al ritmo más rápido en casi tres años", advierte S&P. La caída en la entrada de nuevos pedidos provocó que muchas empresas se concentraran en cubrir entregas pendientes. Esto es, si la caída de la actividad no fue superior es porque todavía tenían un colchón de trabajo pendiente.

Hasta el verano era el sector manufacturero el que estaba recortando su actividad, pero ahora también lo hacen los servicios. Este dato es preocupante porque indica que la atonía en la actividad se ha extendido al conjunto de la economía. Los datos no están apuntando a una contracción muy profunda, pero sí a una caída de la actividad que viene a retrasar aún más a Europa respecto de Estados Unidos.

Los hogares y las empresas europeas se enfrentan en los próximos meses a un deterioro adicional de los tres factores que están impidiendo la recuperación económica. El primero es una inflación persistente, en esta ocasión provocada por el nuevo repunte del precio del petróleo y la caída del euro, que encarece las exportaciones. El segundo es la subida de los tipos de interés que está ejecutando el Banco Central Europeo precisamente para frenar la inflación. Y el tercero es el deterioro de la demanda externa por la crisis asiática, que frena las exportaciones y aumenta el gasto en importaciones por el incremento de los precios energéticos.

Foto: Foto: Europa Press/Eduardo Parra

En este contexto complicado, España aparece como la gran economía europea que consigue mantener el crecimiento económico. El ritmo de la actividad también se ha deteriorado en los últimos meses, pero la inercia de la recuperación aleja la recesión por el momento.

Los indicadores publicados correspondientes al tercer trimestre del año apuntan a un crecimiento de la actividad moderado, pero con signo positivo. Según los registros de la Seguridad Social, el empleo siguió creciendo durante el verano. En concreto, hubo unos 35.000 afiliados más que en el segundo trimestre (corregido de estacionalidad y calendario), lo que supone un crecimiento del empleo del 0,2%. El consumo de electricidad, los indicadores del PMI o las importaciones de bienes anticipan que la demanda siguió creciendo en el trimestre, aunque a un ritmo muy moderado.

Foto: Imagen de un billete de 20 euros. (iStock)

Con estos indicadores sobre la mesa, los modelos de nowcasting que hacen previsiones en tiempo real sobre la evolución de la economía apuntan a un avance leve del PIB en el tercer trimestre del año. Estos modelos han proliferado en los últimos años, como el desarrollado por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (que anticipa un crecimiento del 0,1%), por AFI (+0.2%) o EsadeEcPol (+0,3%). Al margen de la batalla de la décima, lo que parece probable es que España parece haber salvado el verano, en buena medida porque el turismo todavía seguía recuperándose tras la pandemia.

Pero, aunque España consiga escapar de la recesión en el segundo semestre del año, todavía no está a salvo de una contracción en el cuarto trimestre. Las dificultades económicas se mantienen: deterioro de la demanda externa, inflación, tipos de interés elevados e incertidumbre en hogares y empresas. Un cóctel que será difícil de superar.

Europa no levanta cabeza. La crisis inflacionista, la subida de los tipos de interés y el deterioro de la inversión impiden que el continente consolide su recuperación. Su economía sigue languideciendo en un mundo en el que cada vez tiene más rivales y menos herramientas para competir. Los indicadores adelantados del tercer trimestre del año anticipan que las tres mayores potencias del euro, Alemania, Francia e Italia, sufrieron una contracción de la actividad en el tercer trimestre del año. Por si fuera poco, las previsiones para el final del año son aún más pesimistas, lo que encamina a la zona euro a sufrir una nueva recesión.

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