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Otra amenaza inflacionaria: los precios subirían hasta un 8,4% con la desglobalización
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Estudio del BCE

Otra amenaza inflacionaria: los precios subirían hasta un 8,4% con la desglobalización

Un informe elaborado por economistas del BCE estima que el desacoplamiento de las cadenas comerciales supondría un incremento general de los precios a escala global

Foto: Imagen de un barco portacontenedores en el puerto de Algeciras (Cádiz). (EFE/A. Carrasco Ragel)
Imagen de un barco portacontenedores en el puerto de Algeciras (Cádiz). (EFE/A. Carrasco Ragel)
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La lucha de los bancos centrales contra la inflación parece estar dando sus frutos. Después del ciclo de subida de tipos de interés más intenso de la historia, la fuerte escalada de precios desencadenada por los efectos de la crisis del coronavirus y, más tarde, de la guerra de Ucrania se muestra hoy en retroceso, alimentando el optimismo económico y financiero.

Sin embargo, esta victoria podría resultar una victoria efímera. A medida que se disipan los factores que han impulsado la dramática subida de los precios de los últimos trimestres, otros posibles impulsores van ganando fuerza. Y entre ellos se encuentran todos los relacionados con la creciente ola desglobalizadora y la reestructuración de las cadenas comerciales globales.

Un reciente estudio elaborado por analistas del Banco Central Europeo (BCE) ha puesto sobre el tapete el riesgo que esta realidad conlleva para la evolución de los precios en los próximos años. "Un choque de desacoplamiento conduce a un aumento en el nivel de precios, tanto para los consumidores como para los productores", indica el documento, en el que se estima que la escalada de los precios globales podría alcanzar hasta el 8,4%.

Foto: Imagen de un barco carguero en el puerto de Shenzhen. (Reuters)

Pese a las advertencias de un creciente número de economistas sobre los riesgos de un proceso de desacoplamiento comercial a escala global, las señales de que las grandes economías mundiales están dando forma a un sistema de intercambios menos abierto son constantes. La semana pasada, sin ir más lejos, el presidente estadounidense Joe Biden establecía límites a la inversión de las empresas del país en tecnología avanzada en China, alertan de la amenaza que representa el progreso del gigante asiático en esta área.

De este modo, los economistas del BCE, siguiendo la estela de otros recientes estudios, plantean distintos escenarios de reconfiguración de las cadenas comerciales globales, a partir de los cuales tratan de establecer los posibles resultados en áreas de relevancia como el bienestar, los precios y el propio comercio global, concluyendo que "la fragmentación del comercio sería una situación en la que todos perderían tanto a nivel mundial como nacional", aunque "los costes se distribuirían de manera desigual, y los países más expuestos al comercio de bienes intermedios se verían más afectados en comparación con otras economías relativamente más cerradas".

El análisis del BCE parte de un escenario central en el que las cadenas de suministro globales se dividen entre un bloque occidental, liderado por Estados Unidos, y un bloque del este, con China a la cabeza, y en el que el intercambio de bienes intermedios entre ambos bloques se ve obstaculizado en todos los sectores.

Foto: Los presidentes de China y EEUU, Xi Jinping y Joe Biden. (Reuters/Kevin Lamarque)

Es en este escenario donde calculan que los precios podrían llegar a dispararse por encima del 8% en un contexto de desacoplamiento rígido (aquel en el que los salarios se muestran inflexibles y se observa una reducida sustituibilidad entre insumos y factores de producción).

No obstante, los expertos del banco central plantean un rango de evolución de los precios muy amplio, entre el citado 8,4% y el 1,8% que modelan para un escenario de mayor adaptabilidad de los precios y amplia sustituibilidad entre bienes y factores de producción.

Esta escalada de los precios, que se produciría por la necesidad de reemplazar bienes extranjeros por alternativas más caras, produciría efectos muy diversos a escala regional y nacional.

Países como España verían compensada la inflación inicial por una pérdida de producción

Así, por ejemplo, para la eurozona estiman un incremento de precios del 6,2% en una configuración rígida, una tasa que decrecería apenas a un 1% en un modelo flexible. En el caso de Estados Unidos, calculan una inflación de hasta el 7,9%, mientras que para China observan un encarecimiento general máximo del 9,6%.

Estas diferencias, explican, estarían relacionadas con dos factores. "Por un lado, el desacoplamiento conduce a un aumento en los precios de importación, con un efecto alcista tanto para el precio de los bienes finales importados como para los bienes finales de producción nacional que utilizan insumos intermedios extranjeros. Este primer impacto es inflacionario para todos los países".

Por otro lado, "la producción se reasigna entre países. Este segundo impacto puede ser negativo o positivo para un país, dependiendo de si más productores deciden sustituir o alejarse de los productores nacionales de este país, respectivamente. Si el impacto es negativo, la producción interna disminuye, ejerciendo un efecto desinflacionario, ya que los salarios deben disminuir para adaptarse a una producción más baja", observan.

Foto: Vista de una frutería en el Mercado Maravillas de Madrid. (EFE/Javier Lizon)

En este sentido, ponen como ejemplo a Taiwán de país en el que la pérdida de producción acabaría ejerciendo un efecto desinflacionario que compensaría el shock inicial de precios. Pero el estudio también dibuja un escenario similar para España, puesto que el impulso inicial de los precios (que estiman en torno al 1%) quedaría prácticamente anulado con la devaluación a la que conducirían las pérdidas de producción, dejando al país con un efecto general casi neutro (solo cinco de las 23 economías analizadas en el bloque occidental tendrían un impacto menor).

Efectos redistributivos

Además de esto, el estudio elaborado por los economistas Maria-Grazia Attinasi, Lukas Boeckelmann y Baptiste Meunier apunta que la reestructuración de las cadenas comerciales podría implicar también ciertos efectos redistributivos, que tomarían signos dispares en cada uno de los bloques. Así, "centrándose en el bloque occidental, el desacoplamiento comercial redistribuye el ingreso hacia los trabajadores poco calificados, cuyos salarios evolucionan más favorablemente que los trabajadores altamente calificados".

Foto: Foto: Pixabay/Pete Linforth. Opinión
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Esto sería el resultado de que, "en respuesta al desacoplamiento comercial, los países occidentales importarían menos bienes del bloque oriental que requieren insumos de mano de obra poco calificada, ya que la producción se reubicaría dentro del bloque occidental. Esto aumentaría la demanda y, por lo tanto, los salarios de la mano de obra poco calificada", apuntan.

Por el contrario, en el este, "los salarios de los trabajadores poco calificados caerían en relación con la mano de obra altamente calificada, y el efecto opuesto ocurre en la mano de obra altamente calificada, lo que resulta en efectos distributivos en general, aunque de magnitud limitada", concluyen.

La lucha de los bancos centrales contra la inflación parece estar dando sus frutos. Después del ciclo de subida de tipos de interés más intenso de la historia, la fuerte escalada de precios desencadenada por los efectos de la crisis del coronavirus y, más tarde, de la guerra de Ucrania se muestra hoy en retroceso, alimentando el optimismo económico y financiero.

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