El déficit de las pensiones subirá en 3.500 M pese al aumento del 8,5% de cotizaciones

Los ingresos de la Seguridad Social están disparados en 2023. Todo lo que podría salir bien está saliendo bien: España está a un paso de los 21 millones de afiliados a la Seguridad Social, los salarios están creciendo ya a un ritmo superior al 1% y el Gobierno ha subido las cotizaciones sociales. La suma de todos estos factores es que los ingresos por las cuotas se dispararán este año un 8,4% según las previsiones de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF). Sin embargo, ni siquiera con este boom de cotizaciones el Gobierno conseguirá equilibrar las cuentas de la Seguridad Social. De hecho, el déficit de las pensiones aumentará en casi 3.500 millones de euros respecto al año 2022, lo que aleja definitivamente la promesa del ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, de conseguir equilibrar las cuentas del sistema. Ni siquiera el superávit del SEPE por la caída del desempleo será suficiente como para compensar todo el déficit que implica la indexación de las pensiones al IPC.

La AIReF calcula que el déficit del Sistema de la Seguridad Social (sin SEPE) ascenderá al 0,8% del PIB frente al 0,6% del año anterior. Esto son 3.500 millones más de saldo negativo, superando los 11.000 millones de euros. De hecho, estará próximo al déficit de 2021, que fue del 0,9%, y eso a pesar de todo lo que ha cambiado España desde entonces, cuando todavía transitaba por la pandemia. Ni siquiera el crecimiento nominal del PIB (previsto en el 7,2%), que reduce la ratio del déficit por el aumento del denominador, es capaz de compensar el saldo negativo, aunque sí lo amortigua.

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El gasto en pensiones crecerá este año un 10,7% según las previsiones de la AIReF. El principal causante de este crecimiento del gasto es la revalorización de las pensiones con el IPC. Con la reforma aprobada en 2021 se recuperó la indexación de las pensiones conforme a la subida de los precios del año anterior. Eso significa que este año ha tocado la traslación a las pensiones de la gran inflación del año 2022 con una subida del 8,5%.

Pero más allá de la revalorización de las pensiones, siguen actuando los otros dos causantes del déficit de la Seguridad Social. El primero es el aumento del número de pensiones por el envejecimiento poblacional, tanto por el aumento de la esperanza de vida como por el inicio de la jubilación de la generación del baby boom. Este factor demográfico provoca un incremento del gasto en pensiones del 1,1%.

El segundo es el efecto sustitución por la diferencia de pensión entre los nuevos jubilados y los que causan baja. Por ejemplo, los trabajadores que se jubilan están entrando en el sistema con una pensión media de 1.350 euros, mientras que los que fallecen salen con una pensión media de 1.220 euros. Esto es, hay casi 150 euros de diferencia. Este efecto sustitución elevará el gasto en pensiones un 1% adicional este año.

En consecuencia, el gasto total en pensiones contributivas aumentará un 10,7%, esto es, más de dos puntos de diferencia respecto al crecimiento de los ingresos. Este año el principal motor de las cotizaciones será la subida de los salarios, al contrario que en 2022 cuando fue la creación de empleo (el aumento del número de afiliados). El motivo es que el cuadro macroeconómico de la AIReF incluye un incremento de la remuneración de asalariados del 4,8%, mientras que el empleo aumentará un 1,5%. En consecuencia, la institución calcula que la subida de los salarios aportará un incremento de los ingresos por cotizaciones del 4,9% mientras que el aumento de la afiliación aportará un 1,3%.

Por último, la Seguridad Social ha ejecutado una importante subida de las cotizaciones sociales con el Mecanismo de Equidad y el aumento de la base máxima y mínima de cotización. Esta alza de los ingresos no está siendo desdeñable, ya que aportará 2,2 puntos al crecimiento de los ingresos totales del Sistema de la Seguridad Social. Además, hay que contabilizar que este año el Estado transferirá a la Seguridad Social más de 37.000 millones de euros para financiar la separación de fuentes, que incluye los que el Gobierno llamó gastos impropios y que ahora se pagan con cargo a los presupuestos de la Administración Central.

Este crecimiento de la recaudación con cotizaciones sociales, no visto en décadas, no conseguirá contrarrestar el gran aumento del gasto en pensiones. La AIReF estima que el conjunto de Fondos de la Seguridad Social (que incluye el SEPE) tendrá un déficit del 0,5% del PIB. Este sí será igual que el de 2022, pero lo será gracias al superávit del SEPE. La caída del desempleo está siendo clave para aliviar la carga de las prestaciones a los parados y el aumento de la afiliación también está disparando los ingresos para financiar el desempleo. En consecuencia, el SEPE pasará de tener un superávit del 0,1% del PIB al 0,3%. En una entrevista reciente en Expansión, el ministro Escrivá aseguraba que si se consolida la caída del desempleo será posible reducir las cotizaciones que van al SEPE y dedicar esos recursos para bajar las cuotas o para dedicarlas a financiar las pensiones.