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El PIB siguió creciendo un 0,6% hasta junio, pero se frenará en el verano, según EsadeEcPol
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El avance anual superará el 2%

El PIB siguió creciendo un 0,6% hasta junio, pero se frenará en el verano, según EsadeEcPol

La gran fortaleza que ha mostrado la economía española consolida al país al frente del crecimiento europeo, pero los datos del mes de junio empiezan a mostrar señales de debilidad

Foto: El récord del turismo no será suficiente para mantener el crecimiento. (Efe)
El récord del turismo no será suficiente para mantener el crecimiento. (Efe)

A finales de julio el INE y Eurostat publicarán el dato adelantado del PIB del segundo trimestre del año y España volverá a situarse entre los países europeos líderes del crecimiento económico. Según las previsiones de EsadeEcPol, el PIB del país creció un 0,6% respecto al primer trimestre, lo que supone mantener la inercia del inicio de año en una coyuntura europea muy complicada con muchos países comunitarios todavía en recesión. "Estamos con unos niveles de crecimiento económico claramente superiores a los de la media europea, en algunos casos tres o cuatro veces por encima y también con una inflación que está por debajo de la mitad de la Unión Europea", ha explicado Toni Roldán, director de EsadeEcPol. La inflación y la subida de los tipos de interés están lastrando la demanda interna, pero la fortaleza de las exportaciones y la ejecución de los fondos europeos ha sido suficiente para elevar el PIB hasta un nuevo máximo histórico, superando ya claramente los niveles del año 2019.

Sin embargo, el segundo trimestre del año fue de más a menos, comenzando con gran fortaleza en los meses de abril y mayo (apuntando a un crecimiento trimestral del 1%) y decepcionando en junio. "Los últimos datos que hemos conocido nos han sorprendido a la baja", ha explicado Manuel Hidalgo, senior fellow de EsadeEcPol. Por este motivo, "aunque el trimestre dé un resultado total positivo, en las últimas semanas se ha producido un cierto enfriamiento de la economía como si se estuviese preparando para un segundo semestre algo más débil", ha señalado durante la presentación de su informe de proyecciones Roldán, director de EsadeEcPol y Josep Comajuncosa, profesor de Esade.

Foto: Oficina del servicio público de empleo en Oviedo. (EFE/J. L. Cereijido)

Su previsión de crecimiento sigue por la línea que marcó el Banco de España hace unas semanas anticipando un avance del PIB en el segundo trimestre del 0,6%. El principal motor de esta recuperación está siendo el sector exterior. En primer lugar, gracias a la plena recuperación del turismo, que va camino de logra récord de visitantes y de ingresos. Y, en segundo, gracias a la ganancia de competitividad de las empresas en España por la contención de la inflación y de los salarios, que permite elevar las ventas de bienes y servicios en el exterior.

La demanda interna sigue mostrando señales de debilidad como consecuencia de la inflación y la subida de los tipos de interés. De hecho, la debilidad del consumo y del crédito doméstico en el mes de junio explica las dudas que han resurgido sobre el crecimiento en España a partir del verano. "Los tipos de interés están empezando a tener un efecto negativo sobre algunos indicadores como el consumo o la inversión residencial", ha explicado Hidalgo. El ciclo de endurecimiento de la política monetaria aún no ha tocado techo y dada la caída de la inflación, los tipos de interés reales ya están en terreno positivo en España. Esto implica un efecto más contractivo para la economía, que es lo que busca el Banco Central Europeo para frenar la escalada de los precios.

Esta debilidad en los indicadores del mes de junio anticipan un segundo trimestre algo más débil. De hecho, la esperanza del crecimiento pasa por el impulso que reciba España del exterior. Ese empujón vendrá en forma de exportaciones (turisticas y no turísticas) y de los Fondos Next Generation EU para impulsar la inversión pública y privada. Esos son los dos motores que plantea EsadeEcPol para la segunda mitad del año, ya que la demanda interna seguirá frenada por la inflación y los tipos de interés. De hecho, también plantea la caída de las exportaciones como uno de los factores que pueden apoyar el crecimiento hasta diciembre. De esta forma, el impulso exterior conseguiría contrarrestar la debilidad interna y evitar una contracción del PIB en la segunda mitad del año.

Foto: Imagen de una oficina de empleo. (EFE/Luis Millán)

Sin embargo, la demanda interna podría empezar a aportar al crecimiento a partir del año 2024 impulsada por el inicio de la recuperación de poder adquisitivo en los hogares. La subida de los salarios unida a la caída de la inflación está permitiendo que los trabajadores empiecen a ganar poder de compra, generando así un soporte para el consumo. La contención de los precios es compatible con la subida de los salarios, ya que las empresas tienen margen para absorber este incremento de los costes laborales en sus balances gracias al aumento de los beneficios y a la caída del precio de los insumos.

Este reequilibrio del reparto de las rentas en el país se conseguiría gracias a la caída de los costes de importación. "En esta situación hay margen para absorber los salarios sin generar inflación", ha explicado Hidalgo. Aunque todo puede complicarse si la demanda interna cae más de lo previsto y las empresas se ven obligadas a congelar sus precios. En ese caso, los salarios no subirían tanto, aunque las ganancias de poder adquisitivo vendrían por la vía de la moderación de los precios.

EsadeEcPol prevé que el crecimiento del PIB en el conjunto del año 2023 será levemente superior al 2%. Sin embargo, este dato ya se conseguiría con el avance del 0,6% que prevé para el segundo trimestre del año. En concreto, con un crecimiento del 0,00% en el tercer y cuatro trimestre, el avance en 2023 ascendería al 2,3%. Esto significa que el escenario base con el que trabaja EsadeEcPol es el de estancamiento hasta diciembre.

En cualquier caso, y al margen de las décimas de crecimiento, lo que subyace a este informe de proyecciones es que la segunda mitad del año ofrece más dudas que certezas. El escenario base apunta a una lenta pero constante moderación de la inflación y a un crecimiento económico muy débil pero sin recesión. Pero no se descarta un escenario más favorable, con ganancias de poder adquisitivo para las familias y mayor consumo, pero tampoco otro escenario de estrés en el que la inflación fuese persistente y agravase la crisis en Europa.

A finales de julio el INE y Eurostat publicarán el dato adelantado del PIB del segundo trimestre del año y España volverá a situarse entre los países europeos líderes del crecimiento económico. Según las previsiones de EsadeEcPol, el PIB del país creció un 0,6% respecto al primer trimestre, lo que supone mantener la inercia del inicio de año en una coyuntura europea muy complicada con muchos países comunitarios todavía en recesión. "Estamos con unos niveles de crecimiento económico claramente superiores a los de la media europea, en algunos casos tres o cuatro veces por encima y también con una inflación que está por debajo de la mitad de la Unión Europea", ha explicado Toni Roldán, director de EsadeEcPol. La inflación y la subida de los tipos de interés están lastrando la demanda interna, pero la fortaleza de las exportaciones y la ejecución de los fondos europeos ha sido suficiente para elevar el PIB hasta un nuevo máximo histórico, superando ya claramente los niveles del año 2019.

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