Empresas y familias recortaron en luz y gas a ritmo récord ya antes del plan del Gobierno

El ahorro energético se disparó a su máximo histórico en julio, antes de que el Gobierno lanzara el Real Decreto-ley 14/2022 con medidas para la contención del consumo, que este jueves se somete a convalidación en el Congreso de los Diputados. El gasto de luz en España cayó un 7,7%, según el índice de Red Eléctrica, que presenta estos datos corregidos ya de temporalidad y laboralidad para que la comparativa sea homogénea. Por su parte, el consumo de gas convencional cayó más del 30% en julio con respecto al mismo mes de 2021, aún con la pandemia presente, según datos de Enagás, lo que también supone una cifra récord.

Dichos descensos son los más altos nunca antes vistos, a excepción de los meses posteriores al estallido de la pandemia en 2020, que obligaron a un confinamiento duro de toda la población y a dejar bajo mínimos toda actividad. Sin embargo, sin dichas restricciones, hogares, industria y empresas han realizado un esfuerzo récord de contención del gasto energético sin obligaciones, influidos por los altos precios.

Este ahorro se da con los mayores precios de la luz y el gas de la historia, por lo que la contención ya venía motivada por dichos altos costes antes de que el Gobierno impusiera medidas vía BOE. El Gobierno de PSOE y Unidas Podemos propuso al inicio de agosto limitar calefacciones y aires acondicionados en establecimientos públicos y en la Administración, así como el apagado de luces de determinados establecimientos y edificios públicos.

De esta forma, y teniendo en cuenta que los precios siguen pulverizando récords durante el mes de agosto, se espera que los ahorros se sigan propiciando con fuerza. El Gobierno, además, confirma que parte del ahorro logrado desde la entrada en vigor del plan de restricciones de consumo procede de la ciudadanía, exenta por ahora de obligaciones y responsable de parte del ahorro al margen de las imposiciones del Ejecutivo.

Pese a todo, el Gobierno, a través del Ministerio para la Transición Ecológica, lanzará una campaña de publicidad masiva para concienciar de la importancia del ahorro de energía a la ciudadanía, que está sufriendo las mayores tasas de inflación desde los años ochenta (+10%), motivadas fundamentalmente por los elevados costes energéticos.

La industria es la principal responsable de la caída del consumo eléctrico y gasista en julio. Red Eléctrica registra un retroceso del gasto de luz de más del 10% en el último mes. La industria ya suma siete meses consecutivos de caídas. Firmas de gran consumo eléctrico y gasista como Alcoa anunciaron a finales del mes pasado que reducirían la producción por culpa de los elevados precios energéticos, que les está provocando pérdidas. El sector que más luz consume en España, la industria metalúrgica, que gasta la cuarta parte de la electricidad total del país, sufrió una nueva caída récord en julio (-26,5%). Lleva siete meses consecutivos de retrocesos.

La industria metalúrgica, mayor consumidor de luz de España (cuarta parte de la electricidad del país), sufrió otra caída récord en julio (-26,5%)

Este indicador es una clara muestra de que la salud del sector del metal en España pasa por uno de sus momentos más críticos. Algo similar le ocurre al sector del automóvil, uno de los motores económicos del país, con casi 12 meses seguidos cayendo. Las automovilísticas españolas atraviesan una coyuntura aún más complicada que durante la pandemia. Sectores importantes como el del textil o del vestido (-21% de consumo de luz en julio y primer mes de caídas desde el covid) también inician contracciones de consumo de luz preocupantes.

Pero no solo la industria, sino que empresas y hogares también contribuyen con fuerza a la contracción energética ante la asfixia de precios. El sector servicios contrajo en julio el gasto eléctrico por primera vez desde la crisis del covid. "En el caso de los servicios, se aprecia un significativo deterioro, pasando de tasas positivas de más de cinco puntos en junio hasta un retroceso interanual superior al 1%", señala Red Eléctrica.

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"Esta contención en las actividades de servicios se habría registrado en todos los agregados, siendo especialmente acusada en el caso de las actividades vinculadas con el turismo, que habrían pasado de registrar tasas interanuales superiores al 25% en el mes de junio a mostrar un retroceso interanual de más de seis puntos en el mes de julio. En la misma línea, las actividades comerciales también habrían registrado un retroceso interanual por encima de los seis puntos", añade el operador del sistema eléctrico en su análisis del pasado mes. Es decir, que pese al 'boom' que está viviendo el turismo tras la pandemia, los operadores están conteniendo el gasto energético, dadas las elevadas facturas que tendrán que asumir.

Otro factor a destacar son los hogares. En julio, el índice de Red Eléctrica registra un ahorro del gasto de más del 20%. Se trata de una caída del gasto récord que se da tras cinco meses de caídas consecutivas. Es decir, que los españoles consumen menos luz justo desde que estalló la guerra de Ucrania y los ya de por sí elevados precios pulverizaron récords.

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La tendencia, además, va a peor. El precio de la electricidad en el mercado mayorista ronda ya los 400 euros por MWh, pese al mecanismo activado por el Gobierno bajo la excepción ibérica conocido como tope al gas. El mercado prevé precios por encima de 500 euros por MWh de cara a 2023, según datos de OMIP, costes 10 veces superiores a los de la última década. También estima que el gas rondará los 250 euros por MWh, cuando el precio normal son 20 euros por MWh. Todo ello incentiva el ahorro, dado que los agentes tratarán de evitar a toda costa estos precios.

Todos estos datos demuestran que el ahorro energético se ha incrementado con fuerza y está más vinculado a los elevados precios que a medidas regulatorias impulsadas por el Gobierno. Es decir, que España podría estar en disposición de cumplir con el objetivo acordado con la Comisión Europea de rebajar un 7% el gasto de gas con respecto a la media de los últimos cinco años por razones que tienen más que ver con la contracción económica de la industria, el recorte del poder adquisitivo de los hogares y la asfixia de costes de las empresas que con el plan de contingencia que tendrá que enviar el Gobierno a Bruselas en septiembre.