La situación dramática de la hostelería: perdió la mitad de su facturación en 2020

La crisis del coronavirus ha sido tan intensa que miles de empresas están en una situación límite. Las restricciones a la movilidad y a la actividad económica han provocado una caída de los ingresos nunca vista en el sector de la hostelería y el turismo. En total, estas empresas perdieron la mitad de sus ingresos a lo largo del año 2020, y eso a pesar de que el primer trimestre fue casi normal. Este desplome de los ingresos no solo no se moderó a lo largo del año, sino que siguió siendo muy intenso con la entrada en la ‘nueva normalidad’, lo que anticipa los meses complicados que todavía están por venir.

Según los datos del INE publicados el jueves, la empresa española sufrió una caída agregada de la facturación del 14%. Esta cifra, que es mejor que la del año 2009, posterior a la quiebra de Lehman Brothers, esconde una situación dramática en los sectores más afectados por las restricciones. La facturación del sector de servicios no financieros de mercado sufrió un descenso de los ingresos del 22,4%, una caída que duplica la registrada en el año 2009.

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Pero si se centra el análisis solo en la hostelería, las cifras son demoledoras. Las empresas de comidas y bebidas sufrieron una caída de la facturación del 43% en el acumulado del año, un descenso que multiplica por seis el de lacrisis de Lehman Brothers. Por su parte, las empresas de alojamiento (hoteles, hostales, 'campings', etc.) sufrieron un desplome de la facturación del 64%.

Se trata de una caída de los ingresos que no tiene comparación posible con el resto de la serie histórica. Las cifras muestran un sector prácticamente paralizado por las restricciones administrativas y obligado a acumular pérdidas si quiere seguir funcionando.

Además de la caída de la facturación del conjunto del año, los datos de diciembre muestran que los ingresos del sector siguen bajo mínimos. Nueve meses después de la irrupción de la pandemia, la situación para estas empresas seguía siendo límite y esto anticipa que todavía tendrán un largo camino de pérdidas. Al menos, hasta el próximo verano.

En las actividades de servicios de alojamiento, la facturación de diciembre fue un 76% inferior a la del mismo mes del año anterior. Esto es, por cada cuatro euros ingresados en diciembre de 2019, en 2020 apenas generaron uno. Y las agencias de viajes están en una situación incluso peor, ya que facturaron apenas un 12% de los ingresos de diciembre de 2019.

Las cifras del conjunto del año son significativamente mejores que las de diciembre. Por ejemplo, en los servicios de alojamiento, son casi 12 puntos mejores, y en los bares y restaurantes, dos puntos mejores. Eso significa que terminaron el año en una posición incluso peor que la agregada de todo el ejercicio ejercicio. Una de las causas está en que el inicio del año 2019 fue relativamente normal y esto mejora el dato medio anual. Pero también influye que en verano se levantaron muchas restricciones gracias a la desescalada. Esta campaña de ‘salvar el verano’ permitió minimizar las pérdidas del sector turístico.

En resumen, no hay recuperación posible para el sector mientras duren las restricciones. Esta caída tan profunda de las ventas explica que las empresas estén reclamando soluciones con tanta insistencia. Y si no es con ayudas directas, que sea con reaperturas parciales de la actividad para la campaña de Semana Santa. En cualquier caso, la facturación seguirá muy lejos de los niveles precrisis hasta que la vacunación no permita levantar todas las restricciones.

La situación de las empresas del sector de la hostelería y la restauración se ve agravada por la abundancia de microempresas en estas actividades. Eso supone que el riesgo de quiebras se multiplica, situándose por encima del 20% del sector. Aunque no hay datos desagregados de facturación por tamaño de empresa y sector, la encuesta del Banco de España ofrece una aproximación con la caída de la facturación por tamaño de empresa.

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Las microempresas (menos de 10 trabajadores) han sufrido una pérdida de facturación del 19% de sus ingresos a lo largo del año. Por el contrario, las medianas y grandes empresas (más de 50 trabajadores) han sufrido unas pérdidas del 12,5% en su facturación. Esta diferencia es significativa y muestra cómo las pequeñas son las que están atravesando una situación más delicada. Incluso si se corrigen los datos por sectores, las cifras son mucho peores entre las pymes. En concreto, los ingresos de las pymes fueron un 1,3% inferiores a la media de cada sector, mientras que los de las grandes fueron un 4,4% superiores.

Aún es pronto para conocer en detalle cuáles son las explicaciones de esta divergencia, pero todo apunta a la capacidad de adaptación superior que tienen las grandes empresas ante las crisis. “La explicación más probable de estas diferencias viene dada por la mayor vulnerabilidad ante perturbaciones como la inducida por el covid-19, que a su vez obedece a las menores posibilidades de que disponen las empresas pequeñas para acceder a la financiación ajena, así como a su menor diversificación por productos y mercados”, explica el Banco de España.

La mayor vulnerabilidad de las pymes explica la situación tan delicada que vive el sector del turismo en España. Las ayudas financieras fueron clave durante el inicio de la crisis, pero las pérdidas acumuladas desde entonces han convertido el problema de liquidez en uno de solvencia. En este contexto se enmarca el paquete de ayudas anunciado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ascenderá a 11.000 millones de euros, pero del cual todavía no se conocen más detalles.