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Unai Sordo advierte de un invierno caliente: "Vamos a ser muy exigentes con el Gobierno"
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Secretario general de CCOO

Unai Sordo advierte de un invierno caliente: "Vamos a ser muy exigentes con el Gobierno"

"La posición de CCOO es más parecida a lo que pide Europa que la reforma laboral" | "Hay que dificultar el despido y fomentar la flexibilidad pactada para combatir la dualidad" | "La reforma laboral fue un éxito para bajar los salarios"

Foto: El secretario general de CCOO, Unai Sordo. (Jorge Álvaro Manzano)
El secretario general de CCOO, Unai Sordo. (Jorge Álvaro Manzano)

La pandemia del coronavirus paralizó toda la actividad en España, también el diálogo social. Pero en estos meses, los agentes sociales demostraron los resultados positivos de la negociación y el acuerdo para poner en marcha algunas medidas que han evitado una destrucción de empleo masiva. La salida de la crisis se construirá sobre la recuperación de la normalidad sanitaria, pero también sobre la ayuda europea que permitirá dar un gran impulso inversor a España. Los compromisos que asuma ahora España con la Comisión Europea marcarán la hoja de ruta de las futuras reformas, lo que ha generado inquietud entre los agentes sociales. CCOO y UGT han convocado esta semana movilizaciones para "reactivar la calle" y exigir al Gobierno las reformas que llevan meses bloqueadas.

Foto: Los secretarios generales de CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez. (EFE)

Pregunta. ¿Qué ha cambiado para que los sindicatos convoquen ahora movilizaciones?

Respuesta. No es tanto una cuestión de que haya cambiado algo, como que España está definiendo cómo orienta sus políticas sociales, laborales y económicas, y hemos visto dos dinámicas que no nos han gustado. Una, un discurso que ha ido abriéndose paso de que hay una condicionalidad en Europa que liga la llegada de los fondos europeos a no tocar las reformas del periodo 2010-2015. Esto no es cierto y deja sin margen al diálogo social. La segunda, los términos en los que se ha dado la negociación del SMI, donde, en la práctica, se ha otorgado una especie de veto a la CEOE y creo que es el peor camino para revitalizar el diálogo social. En este escenario, los sindicatos hemos interpretado que hacía falta reiterar unos contenidos que queremos negociar y también reactivar la calle para decir que algunas orientaciones no nos gustaban.

P. ¿Es más un aviso a navegantes?

R. Ya se están diseñando los carriles de lo que viene, los fondos de reconstrucción, los planes que hay que presentar a Bruselas… Nosotros tenemos toda la voluntad de diálogo y mucha preferencia por el acuerdo, pero no vamos a tolerar derechos a veto ni vamos a acompañar procesos en los que las mesas de diálogo no tengan margen.

P. ¿Perciben un clima de malestar entre los trabajadores por estas últimas decisiones del Gobierno?

R. Yo lo que percibo es que hay un malestar y una sensación de incertidumbre y hastío entre la población en general que tiene que ver con la pandemia. Pese a que muchas políticas que se han implementado en el último año han tenido una vertiente social sin precedentes en España, no quita para decir que en nuestro país sigue habiendo millones de personas, con una situación de precariedad absoluta, salarios bajos, desempleo, problemas para cobrar prestaciones sociales… Hay un mundo que está sufriendo muchísimo en nuestro país.

placeholder Unai Sordo, durante la entrevista. (Jorge Álvaro Manzano)
Unai Sordo, durante la entrevista. (Jorge Álvaro Manzano)

P. ¿Qué solución propone CCOO para resolver el problema de la dualidad en el mercado de trabajo?

R. En España hay más que una dualidad laboral, también hay una fragmentación bastante generalizada del modelo laboral, donde la expresión más conocida es la temporalidad, pero donde hay muchas más: los procesos de externalización y subcontratación, los falsos autónomos, la economía vinculada a plataformas… Es más que una dualidad.

Hay que transitar de un modelo de precariedad y temporalidad a otro de flexibilidad pactada

Respecto a la dualidad, la experiencia de los ERTE nos da buenas pistas: hay que ir del modelo actual de flexibilidad externa de contratación precaria y recurso al despido prácticamente libre a otro que limite la utilización de la contratación temporal y dificulte los procesos de extinción de contratos, otorgando la alternativa a la flexibilidad interna. Ahí los ERTE o una figura análoga de reducción de jornada y adecuación del tiempo de trabajo a las circunstancias de la economía, apoyada por algún tipo de prestación pública, es el modelo. Transitar de un modelo 'ochentero' de precariedad y temporalidad sistemática a un modelo de flexibilidad pactada sobre el tiempo de trabajo. Los ERTE nos han dado algunas buenas pistas. Siempre se dijo que en España no funcionarían porque los ERTE son para grandes empresas industriales, pero hemos dado el salto y medio millón de empresas han entrado ahí.

P. Pero estos ERTE han funcionado en una crisis especial, de carácter temporal y han contado con unas ayudas públicas muy intensas.

R. Sí, está claro, por eso digo que los ERTE son una buena experiencia. Han funcionado porque se ha pagado casi todo y porque ha habido muy pocos elementos de control, sobre todo al principio, cuando coló casi todo. Pero para periodos de normalidad, está claro que no se puede sostener desde los presupuestos públicos a una empresa insolvente. Eso nos lleva a una reflexión: ¿cómo cotejar si una empresa sufre una crisis temporal o estructural? ¿Cómo otorgas capacidad de intervención interna a los trabajadores para que sea una flexibilidad interna pactada? No es solo un esquema de ayudas con los ERTE, sino de información sobre la situación económica de la empresa.

Foto: Una oficina de empleo, en una imagen de archivo. (EFE)

P. ¿Qué puede pasar en 2021 cuando se acaben los ERTE y muchas empresas no puedan recuperar a sus trabajadores?

R. Creo que puede haber un porcentaje de empresas que en la práctica van a estar quebradas, pero yo no pondría la venda antes de la herida, porque creo que esto está todavía por ver. En los datos del Banco de España, las ratios de deuda sobre activo se han incrementado de una forma importante, pero las empresas que están en una situación de insolvencia están vinculadas a sectores que están muy vinculados a la pandemia: hostelería, transporte, comercio y compraventa de vehículos a motor. En el resto de sectores no depende tanto de la regulación laboral como de la evolución de la economía y yo creo que el país va a dar un repunte importante en la segunda parte del año.

placeholder Unai Sordo, en su despacho. (Jorge Álvaro Manzano)
Unai Sordo, en su despacho. (Jorge Álvaro Manzano)

P. Ha comentado que Bruselas no pone como condición mantener las reformas del pasado, pero en el pasado sí ha aplaudido reformas como la laboral. ¿Cree que presentar reformas que resten flexibilidad pueda pasar el corte de la Comisión?

R. Creo que hay que atenerse a las recomendaciones para España que se han hecho en los dos últimos años y que poco tienen que ver con el mantenimiento incólume de las reformas del año 2012. Bruselas pide atajar la dualidad laboral y la reforma de 2012 se justificó precisamente para reducir la temporalidad, pero España ha vuelto a un 28% de temporalidad. La reforma es un fracaso total, solo es un éxito desde el punto de vista de la caída salarial. Por tanto, lo que nosotros estamos planteando es hacer frente a esa dualidad desde parámetros distintos: más estabilidad en el empleo, fórmulas alternativas a los despidos y también dificultar el despido; porque, si no, no funcionará. Yo creo que la posición sindical es más parecida a lo que Europa le está recomendando a España que la reforma laboral de 2012. La prevalencia del contrato de empresa se ha utilizado para explotar a la gente; la ultraactividad, para condicionar las reivindicaciones en las negociaciones; la inaplicación de los convenios se ha utilizado muchas veces para chanchulleos pactados con el primo del jefe para reducir los salarios. Ese no puede ser el modelo de competencia de España.

La reforma laboral solo es un éxito desde el punto de vista de la caída salarial

P. ¿Esperaba más del Gobierno, por ejemplo en la reforma laboral?

R. En febrero teníamos muy avanzadas las negociaciones en la primera parte que queríamos modificar de la reforma laboral. Es verdad que analizar esto después de que el país se parara el 14 de marzo sería un poco injusto. Lo que no entendería es que el Gobierno no responda a lo que le hemos planteando CCOO y UGT: después de que se aprueben los ERTE el próximo martes, queremos fecha y hora para abordar la negociación sobre la reforma laboral y el modelo de relaciones laborales. A partir de ahora sí que vamos a ser muy exigentes con el Gobierno en ese terreno porque hay que recuperar la agenda.

P. ¿Para CCOO sería aceptable corregir los aspectos más lesivos de la reforma laboral de 2012 para llegar a un acuerdo con la patronal sin la derogación completa?

R. La derogación de la reforma de 2012 y aspectos de la de 2010 no es una derogación para volver a la legislación anterior, tiene que ser una derogación por elevación: derogar los aspectos de la reforma por la vía de buscar regulaciones alternativas. Por ejemplo, nosotros, cuando planteamos eliminar la precarización de la contratación de algunas de las medidas del 2012 , decimos que eso hay que corregirlo a la vez que damos salida a una alternativa en clave de flexibilidad interna pactada. Son piezas que hay que mover de forma sincrónica. Eso no se hace en un mes. Esa fase, que sabemos que es compleja, estamos dispuestos a negociarla a lo largo de 2021. Ahí sí estamos dispuestos a abordar un periodo de negociación en profundidad.

P. ¿Cuánto deben subir los salarios en el año 2021?

R. La realidad sectorial y de empresa va a ser bastante diversa y esto va a condicionar la negociación colectiva. En nuestra opinión los salarios no deben perder peso en la economía española y la tendencia debe ser que vayan ganando poder adquisitivo en los próximos años. España tiene un problema en los bajos salarios: sin ningún miedo digo que hay que meter salario mínimo interprofesional y de convenio que eleven los dos deciles de salarios más bajos en España.

P. Esos salarios están vinculados al modelo productivo de bajo valor añadido.

R. Esto es evidente, pero hay un juego de causas y efectos que creo que se equivocan. La posibilidad de generar salarios tan bajos en España es una medida que va en contra de la productividad de las cadenas de valor. Si facilitas salarios muy bajos, estás favoreciendo que gran parte de la inversión que se podría canalizar a otros sectores se dirija a esas actividades de bajo valor añadido y desincentiva que un inversor busque fórmulas alternativas para hacer más productivo el trabajo.

P. ¿Y cuánto debería subir el SMI?

R. Entendemos que en 2021 hay que adecuar el ritmo, pero no el objetivo final: llegar al 60% del salario medio. Nosotros situamos como base de subida la media de lo que estábamos firmando en los convenios colectivos: entre un 1,5% y un 1,8%. Ese es el punto mínimo razonable, que es una cantidad bastante pequeña en euros, pero que es un paso más en la senda de subida. Sin la crisis, este año habríamos pedido los 1.000 euros de forma indiscutible.

placeholder Unai Sordo durante la entrevista. (Jorge Álvaro Manzano)
Unai Sordo durante la entrevista. (Jorge Álvaro Manzano)

P. ¿Complica mucho las negociaciones con el Gobierno el hecho de que se expliciten las diferentes posiciones que tienen los ministros, por ejemplo como ha ocurrido con el SMI?

R. Mentiría si dijera que no complica la vida, sobre todo porque puede dar una imagen falsa de algo que sí nos interesa mucho poner encima de la mesa, que el sindicato es autónomo. Lo que pasa es que, cuando tienes una posición autónoma que irrumpe dentro de una discrepancia en el Gobierno, parece que te estás situando en el conflicto y no es eso. No facilita que parezca que hay dos o tres posiciones en el Gobierno. Esto ha pasado siempre, con la diferencia de que en los gobiernos monocolor no se hacía público por la obediencia al partido.

P. ¿Qué opinión tiene de la vicepresidenta Calviño?

R. A nivel político, yo analizo de forma integral al Gobierno y soy consciente de que hay visiones ideológicas distintas, pero me niego a hacer análisis individuales. A nosotros nos interesa la propuesta colectiva del Gobierno. Lo que pensara Calviño hace 15 días sobre los planes que se iban a enviar a Bruselas me interesa infinitamente menos que lo que se ha enviado finalmente. Las pluralidades del Gobierno, que las resuelva el Gobierno.

P. En materia de pensiones, ¿cuál es la opinión del sindicato respecto a la posibilidad de aumentar los años de cálculo para la pensión inicial?

R. Nosotros no compartimos ese planteamiento y nos parece de una improcedencia política absoluta. Ahora se niega que se haya hecho y, si es cierto, me parece estupendo. La reforma del año 2011 todavía no ha recorrido todo su periodo de implementación, lo normal es dejar concluir los efectos de esa reforma e ir trabajando en lo que ha dicho el Pacto de Toledo. Es un debate que se ha planteado de una forma muy malpensada a nivel político, si es que se ha planteado, ya que no genera consenso en el Pacto de Toledo ni en el diálogo social y es una 'bomba de racimo' en el marco de la mayoría parlamentaria que tendría que sacar adelante la medida.

Proponer el aumento del periodo de cálculo de la pensión es una improcedencia política

P. ¿Cómo es la fórmula que están negociando con el Gobierno para revalorizar las pensiones?

R. Yo iría a una fórmula simple porque en materia de pensiones hay que mandar un mensaje de tranquilidad a la población. Si lo que se quiere decir es que las pensiones se van a revalorizar con el IPC y que si hay una desviación al alza del IPC previsto no se consoliden las mejoras de poder adquisitivo, que se diga.

P. ¿Qué opina de las propuestas para endurecer la jubilación anticipada?

R. El problema de los procesos de jubilación anticipada es que muchas personas que han tenido que acceder antes de la edad legal es porque han sido despedidas sin posibilidades reales de encontrar un puesto de trabajo. Muchos han sido procesos de reestructuración de sectores, como es la banca. Si no hubiera habido esta salida por la vía del convenio especial con la Seguridad Social, se habrían hecho mucho más conflictivos. Nosotros le decimos al ministro que tenga cuidado porque endurecer el acceso a estos procesos de jubilación anticipada puede tener derivadas en las reestructuraciones de algunos sectores.

Foto: El ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá. (EFE)

P. ¿Ha aumentado la afiliación durante el año 2020?

R. Sí, y para nosotros es muy relevante, estamos muy contentos. No ha aumentado demasiado, en neto algo más de 11.000 personas, pero hay que tener en cuenta que estamos en un año en el que seis o siete millones de trabajadores han visto aminorados sus ingresos.

P. ¿Con cuántos afiliados cerrarán el año?

R. Con 976.000 aproximadamente. Hablamos de cotizantes al corriente de pago, porque los afiliados de los partidos han hecho mucho daño a la credibilidad de estos datos. Pronto estaremos en condiciones de dar los resultados: 93.000 delegados y delegadas, hemos reforzado la posición como sindicato mayoritario. Para ser un año tan complicado estamos razonablemente satisfechos. Lo que pasa es que después de 2020 viene el 21, que va a ser igual de difícil.

La pandemia del coronavirus paralizó toda la actividad en España, también el diálogo social. Pero en estos meses, los agentes sociales demostraron los resultados positivos de la negociación y el acuerdo para poner en marcha algunas medidas que han evitado una destrucción de empleo masiva. La salida de la crisis se construirá sobre la recuperación de la normalidad sanitaria, pero también sobre la ayuda europea que permitirá dar un gran impulso inversor a España. Los compromisos que asuma ahora España con la Comisión Europea marcarán la hoja de ruta de las futuras reformas, lo que ha generado inquietud entre los agentes sociales. CCOO y UGT han convocado esta semana movilizaciones para "reactivar la calle" y exigir al Gobierno las reformas que llevan meses bloqueadas.

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