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Más síntomas de desaceleración: el IVA crece al menor ritmo desde la crisis
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El IRPF compensa gracias a los salarios

Más síntomas de desaceleración: el IVA crece al menor ritmo desde la crisis

La ralentización del consumo y la congelación de los precios no ayudan a mejorar la recaudación del tributo. El IRPF toma el relevo del IVA gracias a la subida de los salarios

Foto: Un trabajador, en Valladolid. (EFE)
Un trabajador, en Valladolid. (EFE)

La desaceleración de la economía conlleva sorpresas que afectan a todos los sectores económicos. También al Estado. La recaudación del IVA se ha frenado en los últimos meses y su recaudación está creciendo ya al ritmo más lento desde 2012, cuando España estaba inmersa en la crisis económica. Los dos motores que impulsaban el IVA, el consumo de los hogares y la inflación, se han parado en los últimos meses, lo que tiene su reflejo inmediato en esta figura tributaria tan sensible al ciclo económico.

En los nueve primeros meses del año, la Agencia Tributaria ha recaudado 54.900 millones de euros con el IVA (dato homogéneo, para evitar oscilaciones de operaciones no recurrentes y cambios normativos), según los datos publicados el martes. Esto significa que en lo que va de año ha aumentado la recaudación del tributo un 2,5%. Se trata del menor ritmo de crecimiento en los nueve primeros meses desde 2012, año del rescate económico a España.

Hace un año, la recaudación del IVA crecía a ritmos superiores al 3,5%, esto es, más de un punto por encima del ritmo actual. Desde el inicio de la recuperación, el crecimiento medio anual del IVA ha sido de casi el 7%, esto es, el triple que el ritmo actual.

Foto: 'Skyline' de Madrid con las cuatro torres del distrito financiero. (Reuters)

Los datos de ventas de grandes empresas, que publica también mensualmente la Agencia Tributaria procedentes de la liquidación del IVA, ya anticipaban un parón de la recaudación de este tributo. El último dato disponible, correspondiente al mes de agosto, reflejó un crecimiento interanual de las ventas interiores del 0,8% (deflactado y corregido de estacionalidad y calendario). Es necesario viajar hasta el verano de 2013 para encontrar un ritmo más lento del consumo en España.

Esta ralentización del IVA ha sorprendido al Gobierno, que al inicio del año mantenía una previsión más optimista para este tributo. La estimación de recaudación incorporada al proyecto de Presupuestos recogía un avance del IVA del 5,1% en el conjunto del año (descontado el efecto del SII). Sin embargo, dado el ritmo de ingresos hasta septiembre, es probable que el IVA crezca la mitad o menos de lo que estimó el Ministerio de Hacienda. Eso supone una pérdida de unos 1.500 millones de euros respecto a la estimación inicial como consecuencia de la desaceleración del consumo y la inflación.

También la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) acaba de recortar su previsión de IVA. Otra evidencia de que la desaceleración ha sorprendido a los analistas. Hace solo tres meses, estimaba un aumento de la recaudación del IVA sin cambios normativos del 3,6% y actualmente estima un avance del 2,3%, un recorte de más de un punto. Si se cumplen sus previsiones, el ritmo de la recaudación al cierre del año será más lento que el actual (2,5%), lo que significa que se seguirá frenando en la recta final del año.

Hace solo tres meses, la AIReF estimaba un aumento del IVA sin cambios normativos del 3,6%, y actualmente estima un avance del 2,3%

La inflación es básica para el buen desempeño del IVA, y este año los precios están totalmente congelados. El IPC solo ha subido una décima en el último año (dato de septiembre), el menor ritmo de la inflación desde el verano de 2016. La moderación del precio del petróleo está contribuyendo a frenar los precios, pero también lo hace la pérdida de dinamismo de la demanda. Sin ventas, no hay presiones inflacionistas.

Las CCAA también lo sufren

La ralentización del IVA también ha afectado las entregas a cuenta a las comunidades autónomas, a las que les corresponde la mitad de la recaudación del tributo. El resultado es que las entregas han sido inferiores a las que comunicó el Ministerio de Hacienda en julio de 2018, cuando las previsiones económicas no recogían la ralentización del consumo actual.

Foto: Un camarero mientras sirve varios platos en una terraza. (EFE)

Esta revisión a la baja de las entregas ha provocado un conflicto entre el Ministerio de Hacienda y la Comunidad de Madrid a costa de los 53,65 millones de euros que ‘han perdido’ los madrileños respecto a la comunicación inicial. Hacienda justificó que esta rebaja era consecuencia de la rebaja del IRPF aprobada por el Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso, que minoraba sus ingresos totales.

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Con este pretexto, el Gobierno ocultó la realidad, que no es otra que el IVA no alcanza las tasas de crecimiento previstas por la ralentización de la economía. La Comunidad de Madrid ha recibido 6.728 millones de euros en concepto de IVA, 87 millones menos de lo comunicado inicialmente como consecuencia de la ralentización del tributo.

Esta es la verdadera causa de la rebaja en las entregas y no el cambio del IRPF. De hecho, la transferencia por IRPF ha sido 89 millones superior a la comunicada inicialmente. Y eso a pesar de la rebaja del impuesto en el tramo autonómico. Este aumento es consecuencia del buen ritmo del tributo, que está superando las expectativas.

La creación de empleo y, sobre todo, la subida de los salarios están catapultando al IRPF. En los nueve primeros meses del año, ha crecido la recaudación un 6% en términos homogéneos en tasa interanual. El buen ritmo de los rendimientos del trabajo está detrás de este indicador, que se mantiene inmune a la desaceleración económica. Mientras se mantenga la subida salarial, la recaudación del IRPF seguirá inmune a la incertidumbre.

La desaceleración de la economía conlleva sorpresas que afectan a todos los sectores económicos. También al Estado. La recaudación del IVA se ha frenado en los últimos meses y su recaudación está creciendo ya al ritmo más lento desde 2012, cuando España estaba inmersa en la crisis económica. Los dos motores que impulsaban el IVA, el consumo de los hogares y la inflación, se han parado en los últimos meses, lo que tiene su reflejo inmediato en esta figura tributaria tan sensible al ciclo económico.

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