¿Crisis de venta de coches? Sí, pero no: 2019 es el segundo mejor año desde 2007

¿Está sufriendo el sector del automóvil una crisis de ventas en España? Los datos señalan que no. Si acaso, una leve desaceleración respecto a 2018, cuando se alcanzó el récord desde que estallara la crisis económica mundial.

Entre enero y agosto, en España se han matriculado alrededor de 900.000 vehículos, según los datos publicados por las principales patronales del sector como Anfac, Ganvam, Faconauto y Aniacam. Esta cifra es la mejor a estas alturas del año desde 2007. Además, empresas y asociaciones confían en que la caída con respecto a 2018, que actualmente es del 6%, se reduzca, ya que los últimos meses de 2018 ya se moderó el crecimiento.

Es decir, que el dato de ventas, más allá de las vicisitudes particulares que vive el sector, se mantiene sobre todo por la coyuntura económica, en la que el PIB español crece alrededor del 2,2% y viene de crecer incluso a tasas superiores, lo que permite que las ventas continúen siendo vigorosas y mejores que los años precedentes. Sobre todo cuando el empleo está en máximos desde el inicio de la crisis. Es decir, hay más gente que recibe ingresos.

La matriculación de vehículos, como indicador de coyuntura económica atrasada de consumo, refleja que se mantiene en cotas altas.

Sin embargo, hay factores esgrimidos por muchos expertos en el sector que achacan la caída de ventas con respecto a 2018 a factores como la guerra contra el diésel de algunas administraciones o las restricciones medioambientales a los vehículos de combustión, los nuevos controles de emisiones más exigentes o la amenaza de mayor fiscalidad a los carburantes o la parálisis política por la falta de Gobierno. Pese a ello, la capacidad económica de los españoles permite registrar el segundo mejor dato de la década.

Además, hay que tener en cuenta que la comparativa entre 2019 y 2018 hasta agosto está distorsionada por el efecto que produjo la entrada en vigor del control de emisiones WLTP a partir de septiembre. En previsión de un impuesto de matriculación más alto por registrar más CO2, muchos concesionarios automatricularon vehículos antes de septiembre con el objetivo de librar este nuevo control y lanzaron agresivas ofertas con el propósito de vender gracias a la ventaja fiscal. Sin embargo, una vez llegado septiembre de 2018, el Ministerio de Industria dio una prórroga de dos años para que el WLTP entrara de forma plena.

Algo similar sucede con las exportaciones de las fábricas. Las ventas al exterior se están reduciendo con respecto a 2018, pero se mantiene el pulso en comparación con años precedentes. Además, la fiesta va por barrios, con caídas o subidas dispares entre las distintas plantas que operan en territorio nacional.

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En este contexto, las patronales advierten de complicaciones y hasta el Banco de España ha puesto el foco en la reducción de exportaciones. La guerra comercial, el Brexit y la desaceleración en Alemania están contribuyendo al enfriamiento.Pero quizás lo más determinante dependerá de la evolución del PIB.

Pese a la desaceleración, los datos actuales permiten pensar que la sangre no llegará al río. Aunque ya se están dando situaciones de tensión para el empleo, la actual carga de trabajo permite pensar que no se darán despidos masivos aunque en casos puntuales como Nissan ya se haya activado un ERE para más de 600 personas.

En cualquier caso, hay que tener en cuenta que la innovación está permitiendo a las empresas mejoras en automatización y robotización, que ofrecen eficiencias en las cadenas productivas. Es decir, que los despidos no siempre están relacionados con una menor carga de trabajo, sino con que las compañías son capaces de producir más con menos personas.