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Draghi prepara los tipos negativos: si la economía no mejora, habrá más estímulos
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Para reactivar el crecimiento y la inflación

Draghi prepara los tipos negativos: si la economía no mejora, habrá más estímulos

El presidente del BCE eleva su discurso: ya no se conforma con que la situación económica no empeore y afirma que si no hay una mejoría, pondrá en marcha "estímulos adicionales"

Foto: El presidente del BCE, Mario Draghi. (EFE)
El presidente del BCE, Mario Draghi. (EFE)

El dinamismo de la economía europea se ha enfriado tanto que el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ya no se conforma con que todo se mantenga como hasta ahora. El banquero central considera que la economía tiene que reaccionar en los próximos meses para salir de la tendencia a la desaceleración y ha lanzado un primer aviso: si la situación no mejora, habrá más estímulos.

Lo ha hecho en Sintra, el 'Jackson Hole europeo', que reúne a banqueros centrales y expertos economistas de todo el mundo para debatir sobre política monetaria. Draghi ha aprovechado este marco para dar una vuelta de tuerca a su discurso. Si antes se mostraba dispuesto a actuar si la situación económica empeoraba, ahora asegura que actuará si la economía no mejora. Y es probable que no lo haga en los próximos meses, a la luz de las expectativas del propio Banco Central Europeo y de la cantidad de riesgos existentes.

Foto: El símbolo del euro, a las afueras de la sede del Banco Central Europeo (BCE). (Reuters)

"En ausencia de mejoras, de manera que el retorno sostenido de la inflación hacia nuestro objetivo se vea amenazado, habrá un estímulo adicional", ha señalado Draghi. Unas palabras que preparan el terreno para adoptar una decisión histórica: poner los tipos de interés de referencia en negativo. Este es un paso que nunca ha dado el Banco Central Europeo, pero que sí han adoptado otras entidades, entre ellas, el Banco de Japón. El impacto marginal de esta medida en Japón ha sido más bien escaso, pero el BCE se encuentra entre la espada y la pared y se siente en la obligación de actuar aunque los resultados de su política vayan a ser limitados.

Draghi tiene buenos motivos para estar alarmado, ya que las expectativas de inflación del mercado se han hundido en los últimos meses. La desaceleración de la economía, unida a los riesgos latentes (Brexit, guerra comercial, incertidumbre sobre China...), ha disparado la preocupación de la entidad. Actualmente, el mercado da una previsión de inflación a 10 años inferior al 1,2%, muy lejos de su mandato del 2%. Además, la percepción de los inversores es cada vez más pesimista, como muestra el indicador de confianza que elabora Sentix: en Alemania, prevén la primera recesión desde 2010.

"El Banco Central Europeo no se resigna a tener una inflación muy baja en el largo plazo, ni tampoco ahora"

Otra de las herramientas que tiene a su disposición es la compra de activos, esto es, un nuevo 'quantitative easing' (QE). También puede aumentar la penalización a los bancos por el exceso de liquidez que mantienen en sus balances para forzar el crédito. Sin embargo, todas estas medidas tienen ya un impacto reducido a la hora de estimular la concesión de préstamos y el crecimiento. Como siempre reclama Draghi, si la política económica y la fiscal no acompañan, el BCE tiene muy complicado reanimar la economía europea en solitario.

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Lo que sí ha conseguido Draghi, y ya es tradición tras sus discursos, es hacer reaccionar al mercado. El tipo de cambio del euro contra el dólar se reduce por debajo de 1,12 dólares, la rentabilidad de los bonos europeos cae entre cinco y 20 puntos básicos y las bolsas europeas se anotan un avance próximo al 1%. En España, la rentabilidad que exigen los inversores al bono español cae a mínimos históricos al cotizar en el 0,45%. Los mercados celebran así la proximidad de nuevos estímulos que sigan calentando los precios de los activos financieros. Y no solo eso, el mercado también descuenta que habrá una rebaja de tipos antes de que acabe el año.

El Banco Central Europeo "no se resigna a una inflación muy baja en el largo plazo, ni tampoco ahora", ha apuntado Draghi, sino que está dispuesto a aprobar nuevos estímulos para reanimar la inflación y la economía. "Si la crisis ha mostrado algo, es que usaremos todas las herramientas en nuestra mano para cumplir nuestro mandato", ha remarcado. Este ha sido el último discurso de Draghi en Sintra como presidente del BCE, y ha tenido un tono de recapitulación de sus ocho años al frente de la entidad. "Lo volveremos a hacer si hay que responder a cualquier dificultad para conseguir el objetivo de la estabilidad de precios", ha señalado.

Todo esto ocurre también horas antes de que comience la reunión de dos días de la Reserva Federal estadounidense. La apreciación del dólar contra el euro redobla la presión a la Fed para que vuelva a los estímulos monetarios. Los inversores anticipan recortes de tipos en EEUU este año, pero este movimiento todavía no se produciría esta semana. Lo que sí puede hacer la entidad es preparar el camino para un futuro recorte de tipos, lo que animaría más al mercado y reforzaría la sensación de debilidad económica.

El dinamismo de la economía europea se ha enfriado tanto que el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ya no se conforma con que todo se mantenga como hasta ahora. El banquero central considera que la economía tiene que reaccionar en los próximos meses para salir de la tendencia a la desaceleración y ha lanzado un primer aviso: si la situación no mejora, habrá más estímulos.

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