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El fracaso de las políticas de empleo: 1.500M. a un programa que no logra recolocaciones
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Los resultados son incluso negativos

El fracaso de las políticas de empleo: 1.500M. a un programa que no logra recolocaciones

La AIReF ha analizado esta política activa y ha detectado que no solo no tiene resultados positivos, sino que el porcentaje de colocación es negativo durante el tiempo que dura la ayuda

Foto: Colas delante de una Oficina de Empleo (Efe)
Colas delante de una Oficina de Empleo (Efe)

España es uno de los países desarrollados con más paro y una buena parte de la culpa se debe a la escasa eficacia de las Políticas Activas de Empleo (PAE). Cada año se gastan entre 6.100 y 6.500 millones de euros y los resultados son muy pobres. Para empezar, porque casi el 40% del presupuesto se destina a incentivos a la contratación que han sido ampliamente criticados por la literatura económica por su bajo nivel de eficacia. Pero, además, los programas de orientación y formación tampoco tiene resultados muy positivos.

Es la principal conclusión de este capítulo del 'spending review' (revisión del gasto) que está realizando la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) sobre el gasto público de España. La AIReF ha analizado al detalle algunos programas de políticas activas como es el caso del Prepara, destinado a desempleados de larga duración a quienes se da una ayuda y además se les forma para su recolocación. Este programa ha costado1.432 millones de euros entre 2012 y 2017, a los que habría que sumar los fondos destinados a la formación y la orientación que no están registrados. El problema es que todo este dinero "no mejora la probabilidad de que los parados de larga duración se incorporen al mercado laboral", según la Autoridad Fiscal.

Foto: Según los portales de empleo, ellos tienen los perfiles más buscados por las empresas

La AIReF ha detectado que la mayor parte de los desempleados de larga duración que acceden a esta ayuda, permanecen en el desempleo al menos durante los 6 meses que dura la prestación. Esto significa que los resultados no solo no son positivos durante los meses que dura la ayuda, sino que son negativos, lo que significa que puede ser un desincentivo al empleo para los parados de larga duración. En algunas comunidades del norte, como Aragón, Navarra, País Vasco o La Rioja sí que se percibe en una mejoría de la empleabilidad de esos parados, pero una vez acabado el periodo de la ayuda.

Por el Prepara han pasado más de 850.000 desempleados de larga duración, pero los resultados han sido escasos. Y la evidencia así lo muestra: todavía hay más de un millón de parados que llevan más de dos años sin empleo.

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Una de las políticas activas de empleo más eficaces son los diagnósticos individualizados, algo que ha reclamado constantemente la Comisión Europea a España pero que sigue sin aplicarse. La AIReF ha analizado el caso de Aragón, que ha destinado un importante esfuerzo a mejorar la atención personalizada y la orientación a parados. La conclusión es que "pasar por el diagnóstico individualizado mejora la probabilidad de encontrar un empleo".

Cuando un desempleado entra en el Prepara prefiere agotar la prestación antes de buscar un nuevo puesto de trabajo

Esto permite a Aragón situarse entre las comunidades que tienen mejores resultados de sus políticas activas de empleo, junto a Cataluña y Asturias. Por el contrario, Andalucía, Castilla-La Mancha y Cantabria obtienen los peores resultados. La atomización de las políticas en comunidades autónomas provocan que los resultados sean muy desiguales entre regiones.

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Por ejemplo, los cursos de formación que ofrecen los servicios de empleo son muy rígidos y no tienen en cuenta las necesidades del mercado. El resultado es que los parados no reciben la cualificación que están demandando las empresas. Se produce así un desajuste en el mercado laboral que hace que coexistan puestos de trabajo vacantes con personas desempleadas.

Poco dinero y mal utilizado

España tiene las tasas de desempleo que tiene en buena medida porque destina pocos fondos a la recolocación y, los que usa, son poco eficientes. Si se compara el gasto en políticas activas de empleo en función del número de demandantes de empleo, resulta que España tiene el peor dato de los principales países europeos. España destina menos de 500 euros por desempleado, lo que contrasta con los 5.000 euros de Holanda o los casi 15.000 euros de Dinamarca.

Foto: Economía. (iStock)

Esta partida tan escasa dificulta la capacidad de dar un servicio individualizado, que es el que tiene mayor garantía de éxito. "Sabemos que la orientación funciona bastante bien y es la menos costosa de todas", explica la AIReF, sin embargo, España apenas emplea el 15% de sus recursos de políticas de empleo en la orientación.

Por el contrario, dedica el 40% de todos los fondos a la política que ha demostrado ser la más ineficiente: los incentivos a la contratación. Aunque en España no se ha analizado en detalle, en otros países se ha demostrado que las empresas no deciden el tamaño de sus plantillas en función de las bonificaciones (de modo que no crea empleo neto), pero sí los utilizan para minimizar la carga impositiva que soportan.

La orientación es la política de empleo más efectiva y barata, pero España apenas le dedica el 15% de sus recursos para la activación

La formación, que es otro de los pilares de las políticas activas, tienen una participación en el presupuesto total del 25%. El principal problema que ha detectado la AIReF es que "es altamente improbable que el Servicio Público de Empleo (SEPE) pueda dar una formación novedosa y concreta que requieran las empresas". Los cursos que imparte el sector público son muy rígidos y no se adaptan a las necesidadess de las empresas. "En España, los servicios formativos están más pensados en el control del gasto que en la gestión", lo que hace que se den cursos que son innecesarios.

España es uno de los países desarrollados con más paro y una buena parte de la culpa se debe a la escasa eficacia de las Políticas Activas de Empleo (PAE). Cada año se gastan entre 6.100 y 6.500 millones de euros y los resultados son muy pobres. Para empezar, porque casi el 40% del presupuesto se destina a incentivos a la contratación que han sido ampliamente criticados por la literatura económica por su bajo nivel de eficacia. Pero, además, los programas de orientación y formación tampoco tiene resultados muy positivos.

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