La OCDE ignora la incertidumbre política y sube cinco décimas su previsión para España

La incertidumbre política, la subida del precio del petróleo y el repunte de los tipos de interés en los mercados son riesgos evidentes a los que se enfrenta la economía española. Todos ellos pueden afectar al crecimiento económico, pero no conviene disparar las alarmas. No conviene olvidar que España cuenta con otros vientos de cola que pueden ayudar a minimizar su impacto. Así lo señala la OCDE en la actualización de sus Perspectivas Económicas Mundiales. El organismo de los países desarrollados ha elevado en nada menos que cinco décimas su previsión de crecimiento para España este ejercicio.

El PIB mantiene un avance “robusto y equilibrado” por lo que es complicado que esta fase de incertidumbre política pueda cambiarlo. Por mucho que algún partido político lo repita hasta la saciedad. La OCDE ya se equivocó al anticipar una fuerte desaceleración de la economía como consecuencia del ‘procés’ en Cataluña y ahora no ha tenido más remedio que rectificar: “Las consecuencias de la incertidumbre política en Cataluña han estado claramente contenidas”, reconoce la OCDE.

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El organismo no quiere repetir el error y por ese motivo ha elevado en cinco décimas su estimación de crecimiento para este año, hasta el 2,8%. Una subida que no solo es la mayor de las grandes economías, también se sitúa en la parte alta de la franja de previsiones. También ha elevado su estimación para 2019 hasta el 2,4%, tres décimas mejor que su previsión del pasado otoño.

El organismo ha revisado al alza los principales indicadores de la economía española, lo que evidencia su optimismo hacia todos los sectores. El consumo de los hogares seguirá siendo el principal factor de crecimiento durante los dos próximos años. El crecimiento del empleo tendrá un aliado, la subida de los salarios, lo que servirá para apuntalar la demanda de las familias.

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Las empresas también contribuirán al crecimiento gracias al incremento en la inversión productiva. La OCDE prevé un incremento de la Formación Bruta de Capital Fijo del 4,4% para este año, un punto entero más de lo que anticipaba hace seis meses. Este ritmo de la inversión solo es compatible con un entorno de confianza económica en las empresas, por lo que la OCDE estaría descartando un gran impacto de la incertidumbre política.

Una inversión en construcción más elevada o una mayor demanda desde Europa, podría acelerar el crecimiento más de lo esperado

Por último, los Presupuestos Generales del Estado expansivos que está aprobando el Gobierno permitirán elevar el consumo de las administraciones públicas un 1,2% y, así, apuntalar el ritmo de crecimiento del conjunto del país. La demanda interna aportará 2,6 puntos del crecimiento, lo que se unirá a las tres décimas del sector exterior. La OCDE estima que, a pesar del repunte del petróleo y los tipos de interés, España mantendrá un superávit por cuenta corriente del 1,7% del PIB durante los dos próximos años. En definitiva, España seguirá creciendo sin generar desequilibrios económicos.

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El organismo reconoce que el repunte del petróleo “crearía presiones sobre la inflación”. Pero también advierte que hay vientos de cola que podrían llevar al país a crecer incluso por encima del 2,8%. “Una inversión en construcción más elevada o una mayor demanda desde Europa, el principal destino de las exportaciones españolas, podría acelerar el crecimiento más de lo proyectado”, reconoce la OCDE.

Optimismo, no conformismo

La OCDE elogia el buen momento de la economía española, pero afirma que todavía “se necesitan reformas para mantener el crecimiento”. Para empezar, la política fiscal expansiva del Gobierno impedirá al país cumplir con los objetivos de déficit. La OCDE no es el primer organismo que advierte al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, de que sus Presupuestos harán imposible rebajar el déficit hasta el 2,2% fijado. Según sus cálculos, el desfase de las cuentas públicas se irá hasta el 2,4% del PIB este año y al 1,5% el año próximo, dos décimas por encima del límite pactado con Bruselas.

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El organismo dirigido por Ángel Gurría también alerta de que España tiene una cesta de impuestos “que penaliza el crecimiento y el empleo”. La OCDE pide, como hace tradicionalmente, que España apueste por subir los tipos reducidos del IVA y elimine exenciones y deducciones para mejorar la eficiencia del sistema. También pide un incremento de los impuestos medioambientales.

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La OCDE tampoco es favorable a la subida del gasto en pensiones. Al contrario, pide acelerar la implementación de las reformas de 2011 y 2013 para mejorar el balance de la Seguridad Social. Por último, pide un esfuerzo para mejorar la empleabilidad de los jóvenes y los parados de larga duración para que puedan volver al mercado. El organismo pide políticas activas más eficientes y mejorar la formación. Además, recomienda al Gobierno que reduzca la dualidad entre los empleos fijos y temporales y mejore la inspección para terminar con el fraude en la contratación.