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España es el segundo país de la OCDE que más ha recortado su inversión pública
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Desde 2007 ha caído a la mitad

España es el segundo país de la OCDE que más ha recortado su inversión pública

El país destina 4,8 euros de cada 100 de gasto público a invertir, el quinto más bajo de los países desarrollados. Su peso en el PIB ha caído al 2% y seguirá descendiendo hasta 2020

Foto: El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, en la presentación del Plan de Inversiones. (EFE)
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, en la presentación del Plan de Inversiones. (EFE)

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, presentaron el viernes un plan de construcción y mejora de carreteras por valor de 5.000 millones de euros. Después de tantos años de sequía de la obra pública, vuelve a reactivarse, pero muy lentamente. De hecho, todavía es pronto para determinar cuántos recursos públicos se utilizarán en este plan, ya que se financiará también con fondos privados y con dinero europeo procedente del 'Plan Juncker' y del Banco Europeo de Inversiones. El presidente no admitió preguntas en la presentación del proyecto, por lo que no es posible conocer todavía qué parte se financiará con cargo a las cuentas públicas.

A falta de conocer los detalles de la participación pública, un plan de 5.000 millones para carreteras no conseguirá restablecer el nivel de inversión que había antes de la crisis. Según los datos recopilados por la OCDE en el libro 'Government at a glance' publicado esta semana, España es el segundo país desarrollado que más ha recortado su inversión pública desde el año 2007, solo superado por Irlanda.

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En concreto, las distintas Administraciones Públicas destinaron en 2016 un 2,02% del PIB a invertir, 2,7 puntos menos que antes del estallido de la crisis. Esto significa que en casi una década se ha recortado la inversión a menos de la mitad. Si se compara con el total de recursos del sector público, las cifras también son elocuentes: España redujo su inversión pública del 12% en 2007 hasta el 4,8% en 2016.

En casi una década se ha recortado la inversión pública a menos de la mitad

La obra pública creció con fuerza en España antes de la crisis, lo que dotó al país de una gran red de infraestructuras. Cuando estalló la burbuja inmobiliaria, siguió aumentando. Fue la política anticíclica del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero con los Planes E y otras medidas. En 2009 el peso de la inversión pública sobre el PIB alcanzó el 5,25% del PIB, pero rápidamente disparó el déficit y se comprobó que ese camino era insostenible. A partir de ese momento, la inversión se congeló y ha languidecido hasta la actualidad. Pero no es todo obra pública, también hay I+D+i que se ha eliminado, telecomunicaciones, educación, sanidad, defensa…

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Recortar en esta partida es lo más fácil, ya que no supone eliminar un gasto corriente, sino dejar de hacer nuevos proyectos. La mayor parte de los países desarrollados han recortado su inversión durante la crisis, en especial aquellos en los que se disparó el déficit. Sin embargo, el ajuste fue mucho menor y está ya cerca de recuperar los niveles previos al estallido de la crisis. En 2008 la media de inversión era del 3,59% del PIB y en 2015 fue del 3,15%. Es de esperar que los crecimientos de 2016 y 2017 vuelvan a dejar los niveles de inversión muy cerca ya de los que había antes de la crisis.

Algunos países, lejos de recortar en inversión, han apostado por ella. Por ejemplo, en Noruega, su peso en el PIB ha subido del 3,7 al 5,29%, 1,1 puntos más, lo que consolida al país en los puestos altos del listado de la OCDE. Aunque es una de las subidas más fuertes, no es la única: en Suecia el gasto ha crecido en 0,3 puntos, en Dinamarca en 0,6 puntos y en Finlandia en 0,4 puntos.

En el vagón de cola

En España, el peso de la inversión sobre el total del gasto público se ha desplomado en 7,3 puntos durante la crisis, el segundo mayor descenso de toda la OCDE. En porcentaje, significa una caída del 60%. Tal recorte sitúa al país en el vagón de cola del club de países desarrollados. Para hacer la comparativa es necesario acudir a los datos de 2015, ya que muchos países todavía no tienen cerradas las estadísticas de 2016. En ese año, la inversión pública de España fue del 2,43% del PIB, muy lejos del 3,15% de la media de la OCDE. Solo siete países realizaron una inversión pública inferior a la de España.

Si se compara con el peso de la inversión sobre el total del gasto público, la comparativa es peor. España destinó un 5,6% de su presupuesto a invertir, dos puntos menos que la media de la OCDE. Solo hay cinco países de todo el club que destinen menos a la inversión. Antes del estallido de la crisis, España estaba por encima de la media de los países desarrollados, con una inversión equivalente al 12% del gasto público, mientras que en el resto de países se situaba en el 9,3% de media. Pero esto cambió rápidamente con el estallido de la crisis y actualmente es dos puntos menor.

El Gobierno proyecta que el crecimiento de la Formación Bruta de Capital Fijo será del 2% este año y del 2,1% para los tres siguientes

La estrategia del Gobierno en la salida de la crisis no es muy halagüeña con la inversión pública. El Ejecutivo pretende reducir paulatinamente el tamaño del sector público sobre el PIB y aprovechar el espacio fiscal que se creará para bajar los impuestos antes de las próximas elecciones generales. Estos datos están recogidos en el último Programa de Estabilidad enviado a Bruselas, correspondiente al periodo 2017-2020. En este plazo pretende rebajar el peso del gasto público sobre el PIB desde el 42,4% de 2016 hasta el 39,2%. Esto significa que en cuatro años habrá reducido el peso del gasto público en algo más de dos puntos del PIB.

Si se suma esta contracción del tamaño del sector público y el gasto creciente en sanidad y pensiones como consecuencia del envejecimiento de la población, el resultado es que no quedará espacio para recuperar las partidas de inversión que había antes de la crisis. El Gobierno proyecta que el crecimiento de la Formación Bruta de Capital Fijo (partida que recoge básicamente la inversión) será del 2% este año y del 2,1% para los tres siguientes. El ritmo de la economía será notablemente superior, lo que significa que el peso de la inversión sobre el PIB seguirá cayendo en los próximos años.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, presentaron el viernes un plan de construcción y mejora de carreteras por valor de 5.000 millones de euros. Después de tantos años de sequía de la obra pública, vuelve a reactivarse, pero muy lentamente. De hecho, todavía es pronto para determinar cuántos recursos públicos se utilizarán en este plan, ya que se financiará también con fondos privados y con dinero europeo procedente del 'Plan Juncker' y del Banco Europeo de Inversiones. El presidente no admitió preguntas en la presentación del proyecto, por lo que no es posible conocer todavía qué parte se financiará con cargo a las cuentas públicas.

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