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El FMI también alerta sobre Cataluña: el desafío soberanista genera incertidumbre
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Es uno de los principales riesgos para la recuperación

El FMI también alerta sobre Cataluña: el desafío soberanista genera incertidumbre

El Fondo pide una reforma de la financiación autonómica que conceda más soberanía fiscal a las regiones en materia de impuestos para igualar la cesión de competencias de gasto

Foto: La directora gerente del FMI, Christine Lagarde (Efe)
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde (Efe)

Si algo caracteriza al Fondo Monetario Internacional (FMI) en las misiones que realiza a los diferentes países es la prudencia. En ningún momento quieren irritar al gobierno de turno y sus recetas económicas son previsibles (habitualmente en el sentido del mayor ajuste fiscal). Por eso la aparición del problema independentista en su Consulta del Artículo IV adquiere más relevancia, aunque el Fondo trate de pasar de puntillas por este tema. La realidad de España, tanto desde el plano político y social como económico, está marcada por el desafío independentista, las tensiones en los mercados y los riesgos para la inversión que conlleva. No podía ignorar la situación.

El FMI reconoce que los “movimientos independentistas” suponen uno de los principales riesgos a los que se enfrenta la economía del país en este punto de la recuperación. En su opinión, la tensión soberanista “puede añadir incertidumbre” a las empresas y familias y que estas decidan recortar su inversión y gasto por prudencia ante la inseguridad jurídica que existe actualmente. "Prolongadas tensiones e incertidumbre en relación a Cataluña podrían pesar sobre la confianza y las decisiones de inversión", ha explicado Andrea Schaechter, jefa de la Misión del FMI en España.

El Fondo pide al Gobierno una reforma de la financiación autonómica que otorgue más competencias en materia de recaudación a las comunidades. El FMI considera que en el medio plazo se deberían adoptar reformas que permitan “incrementar los ingresos de las regiones”, ya que actualmente tienen más competencias transferidas en materia de gastos que de ingresos. De este modo, dificulta que las entidades puedan equilibrar sus cuentas y les resta responsabilidad fiscal. Una reforma para elevar la capacidad fiscal de las regiones permitiría conseguir un “mejor equilibrio con el mayor grado de descentralización en el gasto”.

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Con esta reforma el Gobierno podría conseguir que las comunidades autónomas asuman su parte de correspondiente de responsabilidad fiscal. El desfase presupuestario de las regiones ha sido, durante toda la crisis, uno de los mayores impedimentos para que España cumpliera los objetivos de reducción del déficit fijados por la Comisión Europea. El FMI considera que, en futuras crisis, el equilibrio fiscal sería más sencillo si cada Administración tuviese su parte de corresponsabilidad fiscal. En el caso de las regiones, este escenario solo puede ser creíble si tienen una capacidad recaudatoria suficiente para financiar con sus ingresos los gastos que tienen transferidos.

En el medio plazo debería mejorarse la capacidad de las comunidades autónomas para elevar sus ingresos

El Gobierno puso en marcha al inicio del año, en el marco de la Conferencia de Presidentes, la reforma de la financiación autonómica con la creación de una comisión de expertos que entregó sus conclusiones antes del verano. No obstante, el cambio en la dirección del PSOE primero y la tensión en Cataluña después ha terminado por congelar la reforma que ya nadie espera para este año.

Recuperación “fuerte y equilibrada”

En su Consulta al Artículo IV, el FMI aplaude la recuperación de la economía española, apoyada en las reformas adoptadas por el Gobierno de Mariano Rajoy en la primera legislatura y algunos factores coyunturales que empiezan a ceder (precio del petróleo, tipos de interés o tipo de cambio). El Fondo celebra la “expansión fuerte, equilibrada e intensa en creación de empleo” que vivió España durante el primer semestre del año. Un ritmo de crecimiento que permitirá un avance del PIB del 3,1% para este ejercicio y que se ralentizará hasta el 2,5% el 2018 “mientras algunos vientos de cola externos se disipan”.

El Directorio Ejecutivo del FMI también aplaude el “continuado y equilibrado crecimiento, acompañado de una saludable creación de empleo”, que se apoya en la “contribución de las reformas estructurales pasadas para hacer la economía más competitiva, flexible y resiliente”. Todo buenas palabras del Fondo al Gobierno y a su labor.

A cambio de tantas alabanzas, los directores piden al Ministerio de Hacienda un mayor ajuste fiscal en el país para conseguir el equilibrio presupuestario lo antes posible. El FMI duda que España sea capaz de cumplir los objetivos fijados por la Comisión Europea. Este año tendría que acabar en el 3,1% y el Fondo considera que se irá hasta el 3,2% y para 2018 elevan su estimación hasta el 2,5% frente al objetivo del 2,2%. Esto significa que España necesitará sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado para 2018 e incluir en los mismos un nuevo ajuste fiscal.

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Los directores del Fondo consideran que el mayor espacio para proseguir el ajuste está en la vía de los ingresos. Entre las reformas tributarias que pide sacar más bienes y servicios de los tramos del IVA reducido y pasarlos al general, subir los impuestos medioambientales y reducir las ineficiencias del sistema impositivo. Además, reclaman que se ponga en marcha la reforma de las pensiones del año 2013 que desarrolla el Factor de Sostenibilidad y el Índice de Revalorización de las Pensiones, para que el sistema sea sostenible a través del ajuste de la pensión media y la tasa de sustitución.

Si algo caracteriza al Fondo Monetario Internacional (FMI) en las misiones que realiza a los diferentes países es la prudencia. En ningún momento quieren irritar al gobierno de turno y sus recetas económicas son previsibles (habitualmente en el sentido del mayor ajuste fiscal). Por eso la aparición del problema independentista en su Consulta del Artículo IV adquiere más relevancia, aunque el Fondo trate de pasar de puntillas por este tema. La realidad de España, tanto desde el plano político y social como económico, está marcada por el desafío independentista, las tensiones en los mercados y los riesgos para la inversión que conlleva. No podía ignorar la situación.

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