El BCE destaca el papel de las reformas de España para liderar la caída del paro
La entidad señala que España vuelve a protagonizar el mayor descenso de la tasa de desempleo, pero advierte de la lentitud en la recuperación de los salarios
España vuelve a demostrar que en la fase de recuperación es capaz de crear empleo más rápido que cualquier país de la Unión Europea y la OCDE. El Banco Central Europeo (BCE) ha realizado un estudio con las mayores fases de reducción del desempleo en los países de las dos regiones desde 1980, y España vuelve a tener un puesto destacado. El eurobanco establece que una fase de “reducción sustancial del desempleo” se produce cuando la tasa de paro cae en más de tres puntos porcentuales tres años después de que alcanzara su máximo, que caiga al menos un 25% y que transcurridos cinco años continúe por debajo del pico inicial.
La mayor parte de países periféricos de Europa cumple actualmente estas condiciones, ya que todos ellos están viviendo una fase de intensa creación de empleo. Sin embargo, España es el que más ha conseguido reducir la tasa de desempleo, con una caída de 6,5 puntos porcentuales entre 2013 y 2016. De esta forma, el país vuelve a liderar una fase de reducción del paro, como ya hizo en 1996, cuando se redujo en 6,3 puntos.
Estas variaciones en el mercado laboral son una constante en España, ya que adolece de una gran volatilidad en el empleo derivada del modelo económico, muy apoyado en empleos de baja cualificación y productividad. Sin embargo, el análisis del BCE demuestra que para que un país experimente una fase de fuerte reducción del paro, necesita cumplir unas condiciones macroeconómicas y estructurales importantes. Solo así puede experimentar un trienio de fuerte creación de empleo, sea cual sea su tasa de paro al inicio del ciclo expansivo.
En primer lugar, estas fases de fuerte caída del paro se inician cuando un país ha experimentado una fase de recesión que provoca que su brecha del producto (la diferencia entre la producción en un momento dado y la producción potencial del país) sea elevada. En otras palabras, que tenga muchos recursos ociosos, ya sean de mano de obra o de capital, de modo que puedan incorporarse fácilmente y sin demasiado coste al tejido productivo.
Además, es necesario que existan un mercado laboral y unas instituciones eficientes, que sean capaces de canalizar la fase de optimismo empresarial en recuperación económica y creación de empleo. El estudio del BCE destaca que es necesario que existan “condiciones estructurales, incluida la normativa sobre los mercados de producto y de trabajo y la calidad general de las instituciones, que sean más sólidas”.
Las fases de fuerte caída del paro se inician cuando un país tiene una brecha de producto elevada
El BCE ha realizado una encuesta entre grandes empresas sobre las reformas estructurales adoptadas en la Unión Europea desde el estallido de la crisis y su impacto en el ritmo de la recuperación. La entidad ofrece datos agregados de todos los países, solo destaca el caso de España, donde un tercio de las empresas encuestadas señaló que “las reformas aplicadas desde 2008 han tenido un impacto positivo sobre la inversión”. En particular, las empresas valoran que esas reformas estimularon “la inversión total destinada a investigación y desarrollo y, de este modo, mejorando el apoyo a la innovación”.
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El BCE destaca otros dos datos de los resultados en España. El primero, que más del 40% de las empresas indicó que “las reformas han favorecido el crecimiento de la productividad”, indicador que está en el centro de la evolución económica de un país. El segundo es que casi el 40% señaló que las reformas “han contribuido a un mayor avance del empleo, reduciendo los riesgos asociados a la contratación y ayudando a aumentar la flexibilidad salarial”.
Un guiño a la reforma laboral del año 2012, que el BCE ha elogiado en numerosas ocasiones por su capacidad para aumentar el dinamismo del mercado laboral. La institución sentencia que “los encuestados destacaron, en particular, el impacto de las reformas emprendidas en 2012 en España, que han aumentado la flexibilidad del mercado laboral”.
Fallan los salarios
Este será el cuarto año consecutivo en el que España lidera la caída del paro en la Unión Europea. Sin embargo, no todo son buenas noticias en el mercado laboral español, ya que esta fase de recuperación del mercado laboral no viene acompañada de mejoras salariales, como ocurría en otras ocasiones. El BCE ha detectado que, tradicionalmente, estas fases de fuerte caída del paro van acompañadas de tres años de caída de los salarios o su estancamiento. Se produce así porque existe tal exceso de oferta de mano de obra que la demanda no necesita subir precios (remuneración en este caso) para cubrir sus necesidades.
Sin embargo, en el cuarto año de la recuperación, se produce una importante subida de los salarios, con un avance del 2% por trabajador de media. A partir de ese momento, la recuperación llega claramente a los trabajadores con una mejora generalizada de la calidad del empleo. Una fase que coincide con una cierta desaceleración del PIB, que deja de crecer a las tasas que alcanza al inicio del ciclo alcista.
España vive este año su cuarto ejercicio de recuperación y, sin embargo, sigue sin trasladarse a los salarios. De hecho, es el país de la Unión Europea en el que más poder adquisitivo han perdido las rentas del trabajo en el último año. Un escenario que responde a las características particulares del país. En primer lugar, la reforma laboral ha priorizado la creación de empleo sobre la calidad del mismo (restando poder de negociación a los sindicatos), lo que dificulta la recuperación de los salarios. En segundo lugar está el gran exceso de mano de obra que tiene el país, con una tasa de paro que todavía supera el 17%. Esta brecha entre la oferta y la demanda de mano de obra hace que no sea necesario para las empresas subir los salarios para cubrir sus puestos de trabajo.
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Esta holgura en el mercado laboral tiene una vertiente positiva: existe tal brecha del producto en España que sigue en el pico del ciclo expansivo sin generar desequilibrios. El PIB avanzará este año en línea con los anteriores (un 3,4% en 2015 y un 3,3% en 2016), un ritmo muy superior al que ha constatado el BCE que se produjo en otras fases de intensa creación de empleo en Europa y los países desarrollados. El efecto conjunto de este 'gap' de producción, las reformas estructurales y la eficiencia del mercado laboral permiten a España mantener ritmos muy elevados de crecimiento y, al mismo tiempo, prolongar la moderación salarial.
España vuelve a demostrar que en la fase de recuperación es capaz de crear empleo más rápido que cualquier país de la Unión Europea y la OCDE. El Banco Central Europeo (BCE) ha realizado un estudio con las mayores fases de reducción del desempleo en los países de las dos regiones desde 1980, y España vuelve a tener un puesto destacado. El eurobanco establece que una fase de “reducción sustancial del desempleo” se produce cuando la tasa de paro cae en más de tres puntos porcentuales tres años después de que alcanzara su máximo, que caiga al menos un 25% y que transcurridos cinco años continúe por debajo del pico inicial.