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El BCE obliga a la banca española a llevar muchas más titulizaciones a su ventanilla
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El BCE obliga a la banca española a llevar muchas más titulizaciones a su ventanilla

La banca española ha aprobado los test de estrés -salvo las excepciones conocidas- y será una de las grandes beneficiadas de la relajación de la reforma

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El BCE obliga a la banca española a llevar muchas más titulizaciones a su ventanilla

La banca española ha aprobado los test de estrés -salvo las excepciones conocidas- y será una de las grandes beneficiadas de la relajación de la reforma financiera de Basilea, pero eso no significa que se hayan solucionado sus problemas. El más acuciante sigue siendo la liquidez, puesto que los mercados de financiación siguen muy secos. La ventanilla de descuento del BCE sigue siendo la principal vía de obtener liquidez para muchas entidades, pero resulta que a partir de 2011 esta apelación va a resultar mucho más difícil y cara.

La novedad es que la autoridad monetaria que preside Jean-Claude Trichet va a dar menos liquidez a las entidades a cambio del mismo papel que aportan como garantía. Esto se debe a la elevación de los haircuts, es decir, el descuento que aplica el BCE al valor de los títulos que llevan los bancos a Fráncfort para canjear por dinero. Un endurecimiento que afecta sobre todo a las titulizaciones hipotecarias, los valores que han utilizado masivamente los bancos y cajas españoles para obtener liquidez en el banco central.

Según se hizo público la semana pasada, el recorte de valor que se va a aplicar a las titulizaciones va a pasar del 12% actual al 16% a partir del 1 de enero. Es decir, si por cada 100 euros de valor de una titulización los bancos recibían hasta ahora 88 en liquidez, en enero recibirán sólo 84. Y eso sólo para los valores con un rating superior a A-; los que tengan una calificación crediticia de BBB+ hacia abajo directamente no podrán llevarse a descontar a la ventanilla. Y numerosas titulizaciones españolas, en especial de cajas, han visto caer su rating por debajo de ese umbral en los últimos meses.

Titulizar consiste en convertir préstamos en títulos negociables en los mercados, que pagan intereses y devuelven el principal a vencimiento, pero donde el pago de los cupones y el reembolso del principal están ligados a que los titulares de esas hipotecas paguen la letra todos los meses. Estos valores fueron colocados masivamente por la banca española entre inversores de todo el mundo a unos tipos muy bajos durante el boom inmobiliario. Pero con el estallido de la burbuja y el aumento de la morosidad ya nadie quiere las titulizaciones, su rating ha caído en picado y las entidades sólo los emiten para llevarlos al BCE.

Este endurecimiento no sólo va a afectar a las titulizaciones, sino también a las cédulas hipotecarias, otros valores muy utilizados por las entidades españolas para obtener financiación del BCE. En este caso, los haircuts pueden llegar hasta el 17,5%, en función de los años que falten para el vencimiento, siempre que las cédulas tengan un rating superior al citado A-; si es inferior, el recorte de valoración puede alcanzar el 38% en el caso de títulos con vencimiento a más de 10 años.

Los mayores recortes se dan en la deuda senior (que sólo está respaldada por la solvencia de las propias entidades, mientras quelas cédulas también cuentan con la garantía de las hipotecas que hay detrás), donde pueden llegar al 46% en el caso de bonos a más de 10 años con calidad crediticia de BBB+ o inferior.

Los recortes llegan con la apelación en máximos

Por tanto, los bancos y cajas van a tener que llevar mucho más papel a la ventanilla para obtener el mismo dinero que hasta ahora. Lo cual tiene un impacto muy importante en la tesorería de las entidades, habida cuenta de que la apelación de la banca española al BCE se encuentra en máximos históricos ante las dificultades para acceder a otras fuentes de financiación: 126.300 millones en junio, lo que ha provocado gran preocupación en el consejo del banco central.

La reacción ha sido inmediata: la semana pasada, BBVA, La Caixa y Bancaja titulizaron préstamos por 9.000 millones. De hecho, la emisión de la caja catalana es la mayor realizada por una entidad española desde que comenzó la crisis, por importe de 6.800 millones. Según datos hasta mayo, el saldo total pendiente en el mercado para valores respaldados por hipotecas residenciales españolas (RMBS) era de 139.400 millones de euros, un 6% inferior a los 148.700 millones de 2009.

En todo caso, la reapertura del interbancario para entidades españolas en Londres a partir de la próxima semana -adelantada el martes en exclusiva por El Confidencial- aliviará un poco estos problemas de liquidez. De momento sólo podrá acceder a esta financiación el Santander, pero el resto de grandes bancos y cajas está intentando lograr ese acceso y, además, el banco de Emilio Botín seguramente revenderá esa lñiquidez al resto del sistema financiero español a unos tipos inferiores a los que paga actualmente por la liquidez.

La banca española ha aprobado los test de estrés -salvo las excepciones conocidas- y será una de las grandes beneficiadas de la relajación de la reforma financiera de Basilea, pero eso no significa que se hayan solucionado sus problemas. El más acuciante sigue siendo la liquidez, puesto que los mercados de financiación siguen muy secos. La ventanilla de descuento del BCE sigue siendo la principal vía de obtener liquidez para muchas entidades, pero resulta que a partir de 2011 esta apelación va a resultar mucho más difícil y cara.

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