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Un VI Naciones atípico: clubes en bancarrota, corrupción y sin Delilah
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ARRANCA UNA NUEVA EDICIÓN

Un VI Naciones atípico: clubes en bancarrota, corrupción y sin Delilah

La favorita parece Irlanda, porque juega en casa frente a los franceses y los ingleses. Eso sí, en este torneo no hay favoritos, ya que una derrota te puede condenar en la lucha por el título

Foto: Presentación del VI Naciones en 2018. (EFE/Will Oliver)
Presentación del VI Naciones en 2018. (EFE/Will Oliver)

Se abre de nuevo el telón para que los aficionados al rugby puedan paladear las exquisiteces de los mejores jugadores del hemisferio norte. No es una edición cualquiera del VI Naciones. Todas las selecciones miran de reojo a la Copa del Mundo que comenzará el próximo 8 de septiembre en Francia con un partido inaugural que bien podría reeditarse en la final puesto que los anfitriones se medirán a los All Blacks. Se pondrán a prueba también las nuevas normas, un tanto laxas, de elegibilidad que fortalecen a los equipos peor situados en el ranking de World Rugby, siempre y cuando no se produzcan engaños con temas de pasaportes u otro tipo de dislates a los que en España, por desgracia, están tan acostumbrados. Además, los aficionados galeses tendrán que dejar de cantar la célebre Delilah de Tom Jones por su contenido sexista. El rugby no quiere ser ajeno a los nuevos tiempos.

Todo ello justo cuando varios clubes ingleses se encuentran inmersos en una crisis económica sin precedentes que le ha abocado a su desaparición y donde los franceses ven como alguno de sus ídolos son investigados por la Fiscalía Nacional Financiera (PNF) por su participación en la compra fraudulenta de entradas para la cita mundialista. Además, el CEO del VI Naciones, Ben Moral, ha rechazado con vehemencia la posibilidad de expandir el torneo a selecciones como Sudáfrica o Georgia, o la de cambiar a alguno de sus participantes, como sería el caso de Italia. Pese al ruido de fondo, la plataforma Netflix es capaz de ver brotes verdes en el rugby. Como prueba el rodaje de una docuserie con el VI Naciones de este año al estilo del exitosa Drive to Survive que relata las interioridades del Mundial de Fórmula 1 de 2018

placeholder Jonathan Sexton, jugador de la selección de Irlanda. (Reuters/Peter Powell)
Jonathan Sexton, jugador de la selección de Irlanda. (Reuters/Peter Powell)

La vuelta de Jacob Stockdale

Irlanda. La primera por ranking, un hito histórico para el XV del Trébol, le hace ser una de las favoritas. Si a eso se añade que este año el factor campo les favorece, puesto que reciben en casa a franceses e ingleses, los aficionados de la isla que vio nacer a James Joyce ya han hecho las cuentas de la lechera. El Grand Slam (derrotar a las otras cinco selecciones) no parece una utopía. Los irlandeses cerraron el 2022 de la mejor manera posible. Consiguieron la Triple Corona y su jugador Josh van der Flier fue coronado como el mejor del mundo, un honor que comparte con otros ilustres de la selección del trébol como Keith Wood o Jonathan Sexton, otro que estuvo nominado en el top cinco de jugador del año. Su mayor éxito, sin embargo, fue ganar por primera vez en su historia una serie contra los All Blacks en Nueva Zelanda, algo que fuera del alcance de la mayoría de las selecciones.

La tropa de Andy Farrell sabe que su primer partido contra Gales en el Principlatity Stadium de Cardiff es vital porque una victoria supondría un paso de gigante para reverdecer laurales. Como el resto de las selecciones, Irlanda mira de reojo a la Copa del Mundo, eso sí, sin hacer muchos experimentos. El técnico solo ha citado a un debutante como Jamie Osborne, y lo ha hecho por los méritos propios de un jugador de 21 años que ha explotado esta temporada con Leinster y que parece ser la apuesta para sustituir a su compañero de equipo, ahora lesionado, Robbie Henshaw. Destaca también la presencia de ilustres veteranos con más de 100 caps como Johnathan Sexton, que con 37 años parece insustituible, Cian Healy o Conor Murray o de otro que llegará a centenario este torneo si le respetan las lesiones como Keith Earls.

Aquellos aficionados que vieron a Jacob Stockdale como el posible sustituto de Jonah Lomu, están de enhorabuena. Su tobillo le ha dado mucha guerra estos dos últimos años, pero parece que ya está de vuelta. La irrupción de este inglés de nacimiento en el rugby fue meteórica. Con 20 años debutó con su equipo de toda la vida, Ulster, y un año más tarde lo hizo con la selección. Con apenas 22 años logró en 2018 el récord de ensayos anotados en el VI Naciones (siete), motivo por el cual recibió los premios de mejor jugador torneo y jugador más prometedor de Irlanda.

placeholder Los franceses cantan su himno antes de un partido del VI Naciones. (EFE/Yoan Valat)
Los franceses cantan su himno antes de un partido del VI Naciones. (EFE/Yoan Valat)

El acoso a los empleados

Francia. Nadie es capaz de negar que los franceses son capaces de ganar a cualquier selección. De hecho, el año pasado consiguieron romper 11 años de hegemonía británica. Otra cosa es la intensidad con la que afrontan sus partidos. Fabien Galthié es consciente que si no reedita el Grand Slam del año pasado nadie le va a pasar factura porque el objetivo es alzar la Webb Ellis Cup en Saint Dennis el próximo otoño. Ahora, lo que más preocupa son los problemas extradeportivos. La portada a página casi completa de L'Equipe del pasado 19 de enero resultaba esclarecedora "la face cachée de la coupe du monde 2023" (la cara oculta de la copa del mundo 2023). Un informe de la inspección de trabajo recogía, entre otras cosas, que Claude Atcher, director ejecutivo del comité organizador y que acaba de ser destituido de su cargo del que ya estaba suspendido desde el pasado mes de agosto, acosaba a sus empleados por lo que sufrían ataques de agotamiento y pánico.

La investigación a Atcher extrajo como principales conclusiones una pésima gestión presupuestaria, sospechas de favoritismo y malversación de caudales públicos. Llueve sobre mojado porque los escándalos salpican también a otro mito del rugby galo. Más mediático que deportivo, como Sebastien Chabal nombrado embajador de esta Copa del Mundo. En principio, el comité organizador había establecido unas normas de obligado cumplimiento para todos sus miembros: ocho entradas por barba y prohibida la reventa. Las cuentas no salen en el caso del barbudo exinternacional francés a quien acusan de haberse hecho con más de 100. Nada comparado con el veterano exjugador Henri Moich, que se ha llevado a la buchaca otras 600. Si una entrada alcanza los 150 euros de media, en la reventa pueden costar el doble. Todo esto solo un mes después de que el Tribunal Correccional de París condenara a dos años de prisión al actual presidente de la Federación Francesa de Rugby (FFR), Bernard Laporte, por corrupto. Por cierto, la semana pasada fue detenido de nuevo por otras irregularidades financieras.

En lo deportivo, a la selección segunda en el ranking mundial se le acumulan bajas importantes como la del prometedor Cameron Woki. Ocho caras nuevas en la primera convocatoria demuestran que Galthié sigue haciendo probaturas. A destacar que sigue sin aparecer el español Samuel Ezeala. Su apuesta por Antoine Dupont como capitán, pese al regreso del vascofrancés Charles Ollivon, es un guiño al medio de melé de Toulousse de cara a la cita mundialista. Francia posee una poderosa y experimentada delantera (Gregory Alldritt, Cyril Baille, Sekou Macalou, Anthony Jelonch, Julien Marchand y Romain Taofifenua), a la espera de la habilitación del australiano Emmanuel Meafou gracias a las nuevas normas de elegibilidad. Cuenta con tres aperturas de enorme calidad (Jalibert, Ntamack y Hastoy) y con centros y alas capaces de desarmar cualquier defensa como Ramos o Fickou.

placeholder Dos jugadores ingleses, muy atentos en la melé de su equipo. (EFE/Peter Powell)
Dos jugadores ingleses, muy atentos en la melé de su equipo. (EFE/Peter Powell)

El fuerte carácter de Jones

Inglaterra. El rugby inglés, tanto a nivel de clubes como de selección, hace tiempo que no goza de buena salud. Dos equipos de la Premiership se han declarado en bancarrota antes de llegar al ecuador de la presente temporada y se han retirado de la competición. Se trata de London Wasps, un doble campeón de Europa, y de Worcester Warriors. La cosa no iba mejor en el plano deportivo. Rugby Football Union (Federación Inglesa de Rugby) decidió a principios del pasado mes de diciembre romper de forma abrupta y unilateral el contrato del seleccionador australiano Eddie Jones. Y nombraron al exinternacional inglés Steve Borthwick como su sustituto.

Jones podía presumir de un currículum que superaba con nota el de sus antecesores en sus siete años en el banquillo inglés. Una final de la Copa del Mundo (Japón, 2019), tres títulos de VI Naciones, con un Grand Slam incluido, y un porcentaje de victorias que superaba el 70%. Su fuerte carácter le ha salido caro. Le han aparecido enemigos por todas las esquinas que le echaban en cara, sobre todo, que tuviera puesta su mente en la cita mundialista de Francia olvidándose del día a día. Si a eso se añade que el año pasado Inglaterra sumó tres derrotas en la última edición del VI Naciones (Escocia, Francia e Irlanda), la decisión de su cese solo era cuestión de tiempo. La sangría siguió en las ventanas de otoño frente a Argentina y Sudáfrica. Un postrero empate ante Nueva Zelanda y una victoria holgada frente a Japón le sirvieron para mantenerle unas semanas más en el cargo. Las malas lenguas hablan también de que si no fue despedido antes fue por los problemas económicos que también asolan a la RFU.

Mucho tendrá que mejorar el XV de la Rosa si quiere aspirar a ganar el VI Naciones de este año o reeditar el éxito mundialista de 2003. Borthwick vuelve a apostar por Owen Farrell (101 caps) como capitán y no parece temblarse el pulso para dejar fuera de la convocatoria a jugadores consagrados como Johnny May, Billy Vunipola o Jack Nowell. No se olvida de recuperar para la causa a vacas sagradas del rugby inglés como Dan Cole (95 caps), que no juega con Inglaterra desde la final de la Copa del Mundo de Japón, o Courtney Lawes (96 caps) o Ben Youngs (121 caps). Tampoco deja fuera de su primera convocatoria a Maro Itoje, que tiene a los aficionados divididos casi desde el día de su debut, e incluye a cinco jugadores noveles a quienes probará de cara a la próxima Copa del Mundo: Fin Smith, Jack Walker, George McGuigan, Cadan Murley y Ollie Hassell-Collins.

placeholder Los jugadores de Gales celebran un triunfo en el VI Naciones. (EFE/Peter Powell)
Los jugadores de Gales celebran un triunfo en el VI Naciones. (EFE/Peter Powell)

La capitanía de Ken Owens

Gales. Warren Gatland, después de tres años fuera de los mandos de la selección, tiene ante sí la última oportunidad de enderezar el rumbo de una embarcación que lleva meses remando contra corriente. La humillante derrota frente a Georgia en suelo galés aceleró el despido hace solo dos meses de su antecesor en el cargo Wayne Pivac. Aquel dicho que recomienda no hacer mudanza en tiempos de tribulación no parece ir con los galeses. Nadie cuestiona la calidad de un equipo repleto de jugadores experimentados, pero cuando se agita la coctelera la bebida tiene un sabor un tanto amargo.

La primera medida de Gatland ha sido otorgar la capitanía a Ken Owens, que lleva 12 años en la selección, a pesar del regreso al grupo de otros jugadores que ya portaron el brazalete de capitán como el legendario Alun Wyn Jones o el veterano Dan Biggar. El técnico galés no oculta que su convocatoria, que incluye a cuatro debutantes, está también puesta en el próximo mundial. Vuelven a la tercera línea dos viejos roqueros como Justin Tupiric o Tualupe Faletau, y en la tres cuartos se

Los aficionados tendrán que variar su repertorio y entonar otras canciones al margen de la famosísima canción de Tom Jones, Delilah, que data de 1968. Ahora se considera que su letra está salpimentada de sexismo y racismo, o que incluso puede llegar a ser intimidatoria. La propia Welsh Rugby Union (WRU) entiende que puede resultar "molesta" para algunos seguidores. En concreto, su autor habla de un amante celoso que al encontrar a Dililah con otro hombre cruzó la calle hacia su casa y cuando abrió la puerta "ella se quedó allí riéndose, sentí el cuchillo en mi mano y no se rio más".

placeholder Lance de un encuentro entre Irlanda y Escocia del último VI Naciones. (EFE/Peter Powell)
Lance de un encuentro entre Irlanda y Escocia del último VI Naciones. (EFE/Peter Powell)

Los jugadores foráneos

Escocia. Ha visto el cielo abierto con las nuevas normas de elegibilidad. Hace años que juegan con sudafricanos (Van der Merwe, Du Preez, Van der Walt, Nel de WP u Oli Kebble), ingleses (Lang, Harris, Price, Watson, Howley o Skinner) y hasta con el granadino de nacimiento Sam Hidalgo-Clyne. Ahora, gracias a la manga ancha que ha mostrado World Rugby para que se puedan reforzar algunas selecciones, una estrategia que no ha salido siempre bien como en el caso español, han fichado a Ruaridh McConnochie, un jugador de Bath que llegó a disputar dos partidos oficiales con Inglaterra, el último hace más de tres años, lo que le hace elegible, y a Jack Dempsey, un “ocho” australiano con 14 caps en los Wallabies con abuelo escocés y que llevaba más de 36 meses sin jugar para su país.

La lista de jugadores foráneos elegidos para esta edición del VI Naciones la completa Cameron Henderson, nacido en Hong Kong; Ben Healy, un irlandés de madre escocesa que representó a su país en el combinado sub-20 y que aspira a sustituir al lesionado Adam Hastings. Ambos se unen a los habituales Sean Maitland (Nueva Zelanda), Sione Tuipolotu (Australia), Van der Merwe (Sudáfrica) y al medio de melé inglés Ali Price. A nadie sorprende la exclusión a última hora en la lista del norteamericano Rufus McLean, que acaba de ser condenado por un delito de agresión sexual y cuya carrera en el rugby pende ahora de un hilo.

Los jugadores que debuten con Escocia a las órdenes de Gregor Townsend lo harán frente a Inglaterra en Twickhenham, o sea, tendrán su bautismo de fuego con la disputa de la histórica Calcutta Cup, un partido que se celebra desde 1879 con un saldo a favor de los ingleses de 71 victorias frente a las 43 del XV del cardo. Al frente de Escocia, como en los últimos años, estará su capitán Stuart Hogg que con 96 caps puede superar este mismo año a los centenarios Ross Ford, Chris Patterson y Sean lamont. En ensayos (27) hace tiempo que nadie la hace sombra. En la delantera destaca Richie Gray (69 caps) y su hermano pequeño Johnny (72). Al frente de la nave el mago Finn Rusell (49 caps), tal vez el mejor apertura a la hora de sorprender a los rivales.

placeholder Los italianos celebran un ensayo en un partido del VI Naciones. (EFE/Pietro Pellegri)
Los italianos celebran un ensayo en un partido del VI Naciones. (EFE/Pietro Pellegri)

Una plantilla joven

Italia. Undécima en el ranking, los transalpinos consiguieron recuperar en 2022 parte de su credibilidad hecha jirones en los últimos años. 36 partidos seguidos hincando la rodilla es demasiado hasta para una selección poco acostumbrada a ganar a equipos de élite. Una ajustada victoria en el último partido del anterior VI Naciones frente a Gales en Cardiff (21-22) fue un punto de inflexión. Más tarde, en otoño, llegaron los triunfos ante Samoa y Australia que sirven para que ahora los tifosi saquen pecho y disfruten de una euforia contenida.

Los buenos resultados vinieron acompañados de la aparición de figuras rutilantes como la de Ange Capuozzo, un zaguero de 23 años, y de apariencia débil para lo que se estila en el rugby moderno. Al joven nacido en Grenoble (Francia), e hijo de padre italiano y madre de Madagascar, todo le salió en 2022, al punto de que World Rugby le nombró jugador revelación. Logró dos ensayos en la victoria de Italia frente a Australia y otro más frente a Sudáfrica una semana más tarde. Para el recuerdo la asistencia que le dio a su compañero, el ala Edoardo Padovani, después de recorrer más de 50 metros con el balón en su mano derecha. Los azzurri iban perdiendo 21-15 a falta de dos minutos y gracias a aquella jugada lograron voltear el marcador (21-22) sin tiempo para la reacción galesa. La organización eligió a Josh Adams como jugador del partido y, en uno de esos gestos tan propios del rugby, el galés le entregó la medalla a Capouzzo.

Al margen de la épica, los jugadores de Kieran Crowley cuenta con una plantilla bastante joven. De hecho, solo Tommaso Allan supera las 50 caps mientras que la media de apariciones internacionales del resto de sus compañeros en de 17,6. Su participación en esta edición del VI Naciones estaba en duda después de ver cómo su quedó tendido inmóvil y boca abajo tras un choque de cabezas con el internacional inglés Manu Tuilagi durante un reciente partido de la Premiership entre Harlequins y Sale Sharks. Otra prueba de la bisoñez del equipo es que el capitán, Michele Lamaro, tiene solo 24 años y supera por poco las 20 caps. Dispuestos a debutar en la primera línea están Mirco Spagnolo, Matteo Nocera, Marco Manfredi y Luca Rizolli, un pilier de 22 primaveras con un futuro prometedor.

Se abre de nuevo el telón para que los aficionados al rugby puedan paladear las exquisiteces de los mejores jugadores del hemisferio norte. No es una edición cualquiera del VI Naciones. Todas las selecciones miran de reojo a la Copa del Mundo que comenzará el próximo 8 de septiembre en Francia con un partido inaugural que bien podría reeditarse en la final puesto que los anfitriones se medirán a los All Blacks. Se pondrán a prueba también las nuevas normas, un tanto laxas, de elegibilidad que fortalecen a los equipos peor situados en el ranking de World Rugby, siempre y cuando no se produzcan engaños con temas de pasaportes u otro tipo de dislates a los que en España, por desgracia, están tan acostumbrados. Además, los aficionados galeses tendrán que dejar de cantar la célebre Delilah de Tom Jones por su contenido sexista. El rugby no quiere ser ajeno a los nuevos tiempos.

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