El año negro de Jorge Lorenzo: 13 caídas y tres pasos por el quirófano
El balear se encuentra en un bucle de caídas y lesiones, especialmente este último año. La mala suerte, los esfuerzos y la falta de control sobre su tren delantero le llevan por el camino de la amargura
El mal fario persigue a Jorge Lorenzo. Año horrible para el balear, que cada vez que se levanta vuelve a morder el polvo. Esta temporada está siendo un auténtico desastre para el '99', la peor de su carrera deportiva en MotoGP, con tan solo 19 puntos cosechados tras siete carreras. Desgraciadamente, su salto a Honda no ha supuesto el paso hacia delante que él esperaba. Las caídas y las lesiones han lastrado el curso del pentacampeón del mundo, que ha pilotado con lo justo durante la primera parte del campeonato.
Eso sí, cuando parecía que empezaba a ver la luz al final del túnel tras algunos cambios de ergonomía en su moto, la mala suerte se vuelve a cebar con él. Esta vez, en el circuito de Assen (Holanda). Lorenzo causará baja en el Gran Premio de este próximo fin de semana tras fracturarse dos vértebras lumbares en una dura caída que le ha mandado de vuelta a España. "Debido a la caída, me he fracturado las vértebras T6 y T8. La lesión no me permitirá correr ni aquí ni en Sachsenring. Mañana volaré a Lugano y haré todos los tratamientos posibles para estar preparado para ir a Brno", explicó el balear. La cita de Brno, en la República Checa, será el 4 de agosto, por lo que tendrá más de un mes para intentar ponerse a punto.
🎥 VÍDEO | Así fue la caída de Jorge Lorenzo que le ha dejado fuera del #DutchGP 🇳🇱 ¡Ojalá pueda volver pronto! #MotoGP 🏁 pic.twitter.com/VAeWYsE0ce
— DAZN España (@DAZN_ES) 28 de junio de 2019
Una calamidad tras otra
Las fatalidades comenzaron en septiembre del 2018, durante su etapa en Ducati. De esa fecha a esta parte ha encadenado trece caídas y tres pasos por el quirófano. El 23 de septiembre, en el GP de Aragón, Lorenzo sufrió una luxación en el pie derecho y una fractura en el dedo que no necesitó de cirugía en su momento (así se lo comunicaron los doctores). El mallorquín, lejos de guardar reposo, forzó la maquinaria para llegar en condiciones a Tailandia, la siguiente cita del calendario, pero en el FP2 se fue al suelo a más de 150km/h. La caída le produjo una fisura en el radio de su mano izquierda que le bajó de la moto, aunque decidió no moverse del país asiático y afrontar la recuperación con su preparador físico antes de poner rumbo a Japón.
En el país nipón volvió a sumar cero puntos a su carillero: los dolores, infernales, no le dejaron subirse encima de su Desmosedici. Apenas dio dos vueltas en todo el fin de semana antes de desistir. Cojeaba el balear, muy afectado por su luxación y fractura en el pie derecho, pero también por su reciente problema en la muñeca. "Las sensaciones han sido incluso peores de lo esperado, no podía parar la moto [...] No he mejorado, el dolor es similar y según que posición hago me duele bastante”, adviritió Lorenzo, que decidió entonces parar y no presentarse a Philip Island, en Australia, donde la caravana de MotoGP haría su siguiente escala.
El plan de Jorge: volar a Barcelona, donde se sometió a una resonancia magnética. Tras analizar los resultados, los doctores concluyeron que el piloto debía someterse a una operación en su mano izquierda, pues sus ligamentos estaban seriamente dañados. Siete días después, Lorenzo se quitó el yeso para intentar correr en Sepang. De nuevo, le fue imposible. Las frenadas y los cambios de dirección eran un tortura constante para el tres veces campeón del mundo en la máxima cilindrada. Ducati perdió toda opción de disputarle el mundial de contructores a Honda, un bien siempre preciado por las marcas. Finalmente, Lorenzo reapareció en Valencia y dijo adiós a su paso por la fábrica de Borgo Panigale con una décimosegunda posición. Luego, llegaría su debut con los nuevos colores de Honda.
"Le deseo lo mejor"
Probó su nueva moto en los test de Cheste y Jerez; y, posteriormente, se operó de las heridas que arrastraba desde Aragón para descansar durante todo el invierno con el objetivo de llegar en relativas condiciones físicas a las primeras pruebas del 2019. Pero, de nuevo, otro contratiempo le postró en la enfermería: durante un entrenamiento privado en Italia se fracturó el escafoides izquierdo de su muñeca. Otra visita al quirófano, convertido en lugar de residencia habitual.
En Losail, cita que abría el mundial, aterrizó muy tocado y en los FP3 salió por los aires antes de volver a besar el suelo en la Q1. Corrió la carrera del domingo con una fisura en su costilla derecha. En el circuito de Jerez, primera parada de la competición en España, volvió a moder el polvo hasta en tres ocasiones: una en la Q2 y las otras dos en los test post-carrera, aunque sin consecuencias. Sus problemas en el tren delantero con la Honda eran ya más que evidentes. Más tarde, en los FP1 de Le Mans, uno de los pianos del trazado le jugó una mala pasada y volvió a perder el control de su moto.
Ahora, cuando por fin parecía haber dejado todos estos males atrás y empezaba a mostrar pequeños síntomas de mejora gracias a la instalación de piezas en su carenado, llega el terrible varapalo de Assen. Cabe recordar que dos semanas antes hizo triplete en Montmeló: uno en carrera, llevándose por delante a Viñales, Dovizioso y Rossi; y otras dos en los test posteriores que le dejaron muy magullado. La terrible caída de este viernes en los FP1 de Holanda, un circuito donde esperaba volver a ser veloz, le devuelve a lo más profundo del pozo. Jorge está roto. No participará aquí y tampoco lo hará por precacución en Alemania, prueba que da paso a las vacaciones estivales. "Le deseo lo mejor", comentó Marc Márquez. “No es que estemos empezando a estar preocupados, estamos preocupados. Lo único que podemos hacer es tratar de ayudarle y darle lo que nos pide”, zanjó Alberto Puig, manager del equipo. El drama no tiene fin para Lorenzo.
El mal fario persigue a Jorge Lorenzo. Año horrible para el balear, que cada vez que se levanta vuelve a morder el polvo. Esta temporada está siendo un auténtico desastre para el '99', la peor de su carrera deportiva en MotoGP, con tan solo 19 puntos cosechados tras siete carreras. Desgraciadamente, su salto a Honda no ha supuesto el paso hacia delante que él esperaba. Las caídas y las lesiones han lastrado el curso del pentacampeón del mundo, que ha pilotado con lo justo durante la primera parte del campeonato.