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El viaje de Jorge Lorenzo a Japón y por qué se juega su futuro a una única carta
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"Me canso, tengo que sobrevivir"

El viaje de Jorge Lorenzo a Japón y por qué se juega su futuro a una única carta

El piloto balear, que volvió a sufrir en Mugello, esta en tierras niponas para encontrar un nuevo carenado con el que encontrarse más cómodo en Honda. La moto le tortura físicamente

Foto: Jorge Lorenzo, con la Honda en el circuito de Mugello. (EFE)
Jorge Lorenzo, con la Honda en el circuito de Mugello. (EFE)

El box de Honda tiene dos caras: una, la de Marc Márquez, que pone la sonrisa y los resultados; y otra, la de Jorge Lorenzo, que es la viva imagen de la desesperación. El balear fichó por la marca del ala dorada para cumplir un sueño y está viviendo una auténtica pesadilla. Para salir de ella ha viajado este lunes a Tokio (Japón), donde se encuentra la fábrica nipona. Allí, en un viaje relámpago que ha adelantado quince días, intentará ponerle remedio a una situación que no solo empieza a desesperarle a él, también a sus fans, acostumbrados a verle entre los primeros espadas. A Jorge la excusa de las lesiones ya no le funciona, bien lo sabe, y su crédito se agota. Envuelto en una espiral de rumores sobre su futuro, o da pronto con la tecla o transitará el resto del campeonato en la más absoluta agonía. No va más.

De momento, en seis carreras su mejor puesto ha sido un décimo primero en Le Mans. En Mugello, donde se esperaba su primer top 10, finalizó décimo tercero. El tetracampeón del mundo tiene un problema gordo porque no le basta con ir acumulando kilómetros. Su verdadero mal es que, por muchas vueltas que dé, no se siente cómodo con la RC213V, una máquina que le tortura físicamente cada fin de semana. "Me canso, no puedo empujar, tengo que sobrevivir, voy con la lengua fuera...así que vamos a intentar buscar soluciones. Vamos a buscar en ergonomía. Hay que trabajar, aprovechar al máximo el tiempo. Se trata de que pueda atacar más en la carrera y pueda llegar al final con más energía", comentó el español antes su viaje.

La ergonomía, ese estudio que adapta las condiciones de la moto a las características de su piloto, ya le dio problemas con Ducati en el pasado. Precisamente, y tras mucho insistir, sus primeras victorias con la Desmosedici llegaron cuando el equipo le proporcionó una pieza en el depósito que le permitió descansar los brazos, mejorar sus apoyos en las frenadas y ahorrar fuerzas para los momentos cruciales. Que la solución esté ahora en el mismo lugar, Lorenzo cree que sí, es un misterio aún sin resolver porque Honda ya 'copió' ese apéndice de la firma italiana para que el mallorquín pudiera disfrutar desde el primer día y no ha dado resultado. Jorge lo probó en la pretemporada y no le fue del todo mal en Jerez, teniendo en cuenta que condujo mermado por su operación de escafoides, pero con el paso de los meses se ha mostrado insuficiente. Márquez, de hecho, no lo precisa. El añadido extra, que no es muy apreciable, se encuentra en la parte trasera del depósito, haciéndolo ligeramente más largo.

placeholder Jorge Lorenzo charla con sus mecánicos en el box de Honda tras una sesión de entrenamientos. (EFE)
Jorge Lorenzo charla con sus mecánicos en el box de Honda tras una sesión de entrenamientos. (EFE)

El español se someterá a varias pruebas en el túnel de viento y en la sala de simulación. A parte del depósito, Lorenzo también probará nuevas cosas en su sillín, con el que tampoco se nota a gusto. El fin, tras exprimirse, no es otro que encontrar la postura idónea que le ayude a remar a favor y no a contracorriente. Cabe recordar que Jorge no solo vive atrapado en las carreras, también en los libres. Necesita aire para poder respirar. El balear, además, lucha contra una moto muy adaptada al estilo de Márquez, que ha formado parte de su desarrollo. Honda es una moto para ganar, sí, pero siempre que la maneje el de Cervera. Que se lo pregunten a Dani Pedrosa, piloto de exquisita calidad que nunca supo sacarle el máximo partido y fue duramente criticado por ello.

"Se puede hacer un plan B"

Honda, sobre todo Alberto Puig, apostó fuerte por Jorge y tienen una deuda con él que esperan solventar pronto. La marca quiere que su segundo piloto sea competitivo desde ya. "Si una fábrica puede intentar satisfacer a ambos pilotos, por potencial, poder económico e historial… Evidentemente, el piloto número uno que está ganando los campeonatos y las carreras, y que está pilotando la moto de manera excelente, tiene prioridad, pero sí que se puede hacer un plan diferente, o un plan B, para satisfacer a su otro piloto oficial. Me han transmitido esa voluntad y vamos a dejar pasar el tiempo a ver si se realiza", explicó Lorenzo.

Jorge está realizando un esfuerzo titánico. Hasta el momento, la solución para evitar la fatiga pasaba por llevar el manillar más alto que el resto de pilotos, pero este parche le restaba en cuanto a pilotaje. Ahora, con el estudio del nuevo carenado en Japón tendrá que atinar bien. Las nuevas reglas impiden probar varios a lo largo de la temporada, por lo que se lo juega todo a una sola carta. Si la cosa no sale, el resto del campeonato puede ser un auténtico suplicio, más cuando, a pesar de tener contrato por un curso más, su futuro está en el aire. Si resuelve la incógnita podrá centrarse en mejorar su frenada y el paso por curva.

Quedarse fuera de los diez primeros en Catalunya, próxima cita, puede ser un palo muy duro. En Montmeló ganó cinco veces en MotoGP, la última el año pasado, y su club de fans volverá a hacer acto de presencia en la pista. Es la hora de la verdad.

El box de Honda tiene dos caras: una, la de Marc Márquez, que pone la sonrisa y los resultados; y otra, la de Jorge Lorenzo, que es la viva imagen de la desesperación. El balear fichó por la marca del ala dorada para cumplir un sueño y está viviendo una auténtica pesadilla. Para salir de ella ha viajado este lunes a Tokio (Japón), donde se encuentra la fábrica nipona. Allí, en un viaje relámpago que ha adelantado quince días, intentará ponerle remedio a una situación que no solo empieza a desesperarle a él, también a sus fans, acostumbrados a verle entre los primeros espadas. A Jorge la excusa de las lesiones ya no le funciona, bien lo sabe, y su crédito se agota. Envuelto en una espiral de rumores sobre su futuro, o da pronto con la tecla o transitará el resto del campeonato en la más absoluta agonía. No va más.

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