Así fue el 'negro' estreno de Jorge Lorenzo con Honda y el reset de Yamaha con Viñales

El pasado domingo fue el día de las despedidas; el lunes, el de las bienvenidas; y el martes, el de los estrenos en el Circuit Ricardo Tormo, donde dio comienzo la pretemporada del Mundial de MotoGP 2019. La lluvia caída por la noche dejó bastante agua sobre el asfalto de Cheste, retrasando la salida a pista de los pilotos. Johann Zarco, a las 11:39, fue el primero en salir a rodar, y así poco a poco fueron desfilando por el 'pit lane' del circuito los protagonistas, muchos de ellos de riguroso negro por obligaciones contractuales, como es el caso de Jorge Lorenzo, uno de los estrenos más esperados, que se subió a su nueva Honda al filo de la una del mediodía.

Las pruebas de Valencia se han convertido en la tradicional pasarela donde se realiza la puesta de largo de los nuevos fichajes, y este año la pretemporada llega cargada de novedades. Son tantas que cuesta recordar todas: Lorenzo en Honda, Zarco en KTM, el debut de Mir en Suzuki, Iannone con Aprilia, Petrucci con Ducati, Bagnaia en Pramac, las KTM del equipo Tech3 con Oliviera y Syahrin, Abraham en Avintia, el nuevo equipo Yamaha con Morbidelli y Quartararo y la desaparición de dos formaciones, el Ángel Nieto Team y el Marc VDS, con lo que en 2019 habrá dos pilotos menos en la categoría.

Otro detalle importante de la jornada fue el regreso de Tito Rabat, lesionado el pasado mes de agosto en el Gran Premio de Gran Bretaña, que dio casi 40 vueltas al circuito valenciano. El otro lesionado ausente, Cal Crutchlow, no volverá a subirse a la moto hasta el mes de febrero, en las pruebas que se realizarán en el circuito malasio de Sepang.

No es un detalle menor esta ausencia porque Crutchlow es una pieza clave en el trabajo de desarrollo de Honda, y su baja provisional cobra especial importancia en un año como este, en el que se ha reducido el número de jornadas de pruebas de la pretemporada: en noviembre están estas pruebas de Valencia y las que se van a realizar en Jerez la próxima semana, y en 2019 solo habrá seis jornadas de pruebas (Sepang en febrero y Losail en marzo) antes del primer gran premio, y hay que recordar que las peculiares características de la cita catarí (carrera nocturna) hacen que las pruebas en este circuito estén enfocadas básicamente a esa carrera.

Por ese motivo, por la reducción de las jornadas de trabajo de los pilotos mundialistas, casi todos los fabricantes han reforzado sus equipos de pruebas, incorporando pilotos activos, semiactivos o recientemente retirados, como sucede con Dani Pedrosa, que se estrenará como piloto de pruebas de KTM el próximo mes de enero. Honda reforzó su estructura contratando al excampeón de Moto2 Stefan Bradl, que el año pasado corrió en el Mundial de SBK y esta temporada ha realizado algunas carreras como piloto invitado y sustituto. Ducati mantiene al eficiente Michele Pirro, que tan pronto gana el campeonato italiano como es capaz de rozar el podio en MotoGP.

Yamaha ha montado esta temporada una estructura con Jonas Folger, que en 2017 sorprendió en su rápida adaptación a MotoGP, e incluso Aprilia contará con un valioso colaborador, Bradley Smith, hasta ahora piloto de KTM, que además disputará el Mundial de MotoE, el campeonato de motos eléctricas que en 2019 se unirá a programa de MotoGP. Suzuki es la única que de momento no tiene una estructura permanente como las demás, aunque tiene a Sylvain Guintoli, excampeón del mundo de SBK, como habitual piloto de pruebas.

Pretemporada corta

La lluvia de estos días en Valencia condiciona estas primeras pruebas, que son vitales, y aunque los pilotos pudieron rodar este martes durante casi cuatro horas, las condiciones de pista no eran las idóneas. Maverick Viñales fue el más rápido, apenas unas décimas por delante de Márquez, Rossi, Dovizioso y Bradl. El ritmo no es revelador, no sirve para sacar conclusiones, porque se rodó a dos segundos del mejor tiempo registrado en seco, la pole de Jorge Lorenzo de 2016, pero al menos tomando como referencia el fin de semana, la similitud con esos registros ayuda a tener cierta perspectiva.

Cada marca lo afronta con diferente estrategia. Honda sabe que se enfrenta a un año crucial, y todo recae sobre los (doloridos) hombros de Márquez, porque sin Crutchlow y con un debutante Lorenzo, es el campeón el que tiene la responsabilidad de validar casi en solitario las evoluciones de la RC213V. De momento, en Cheste, Márquez tenía tres motos en su garaje: la versión 2018 y dos prototipos 2019. Mucho no se le puede pedir a Lorenzo en estos momentos: sigue sin estar al 100 % de su muñeca izquierda y las condiciones de la pista no daban plena confianza. Veremos si la Honda, la moto más física de la parrilla de MotoGP, le resulta más compleja que la Ducati, con la que sufrió mucho para adaptarse.

Para Yamaha la pretemporada es, si cabe, aún más trascendente. "No saber comprender realmente el problema hace dos años fue un error. Todo lo que pasó esta temporada fue una consecuencia de no tomar las decisiones correctas en el pasado", reconoció Lin Jarvis, director de Yamaha MotoGP, el pasado fin de semana durante el gran premio. De momento, este martes había satisfacción en el garaje de Yamaha. "Han traído exactamente lo que había pedido", comentó Viñales, y Rossi, que días atrás decía que no tendría el menor problema en seguir la línea de trabajo que tome Viñales, también elogió el prototipo 2019, que valoró positivamente frente al motor 2018: mejora en el freno motor y en la entrada en curva.

Yamaha tiene una grave carencia a la hora de abrir gas porque no consigue embocar bien la salida de las curvas y le falta tracción, pero si logra una buena entrada mejorará su paso por curva, que es la mayor virtud de la Yamaha YZR M1, y ello repercutirá en la salida y en la aceleración.

Para Suzuki, el desafío es grande porque volverá a correr sin concesiones, como sucedió en 2017. Entonces erraron en la elección del motor y no tardaron en identificar el problema, pero el reglamento les impidió modificarlo porque los motores no se pueden tocar durante la temporada. Ahora confían en no repetir el mismo fallo. Al menos Suzuki parte de una buena base y cuentan con un piloto de referencia como es Álex Rins, que ha impresionado en la segunda mitad de la temporada.

Frente a los que tienen que andar con pies de plomo, está Ducati, que en estos momentos posee la moto de referencia de la categoría. El pragmático Gigi Dall’Igna, director de Ducati Corse, lo tiene claro: nada de cambios. En 2019 no habrá una Desmosedici nueva, sino una evolución de la moto actual.

KTM y Aprilia serán los únicos fabricantes que seguirán disfrutando de concesiones. La moto austriaca contará con la aportación de Pedrosa. No se espera una revolución en Mattighofen, la sede de KTM. Mike Leitner, director del proyecto MotoGP, ya ha avisado que el chasis multitubular es intocable. Nadie piensa que Pedrosa desvele grandes secretos, pero sí tendrá la claridad y calidad para discernir lo que funciona de lo que no antes de ponerlo en manos de los pilotos oficiales, Pol Espargaró y Johann Zarco. No espera un invierno intenso.