España celebrará el Mundial de Fútbol de 2030 junto a Portugal y Marruecos

España organizará el Mundial de Fútbol 2030. La candidatura española, formada también por Portugal y Marruecos, se ha impuesto a la sudamericana y será la encargada de dirigir el torneo de selecciones más prestigioso del mundo. Sin embargo, los partidos inaugurales del torneo serán celebrados en Uruguay, Argentina y Paraguay como un guiño simbólico a la Copa del Mundo que se jugó en 1930 en suelo uruguayo. La competición constará de 48 equipos, se jugará en tres continentes distintos y se disputarán partidos en hasta seis países diferentes.

El anuncio realizado por el presidente Infantino será trasladado ahora al Congreso de la FIFA, el órgano encargado de llevar a cabo el formalismo de ratificar la decisión del Consejo. Ese congreso extraordinario está fijado para diciembre de 2024. De este modo, España volverá a acoger un Mundial de fútbol 48 años después y la FIFA logrará contentar a las federaciones sudamericanas, que también apostaron fuerte por celebrar el Mundial en su continente. Previamente, Arabia Saudí, Egipto y Grecia se retiraron de la carrera por acoger el Mundial de 2030.

La caída del expresidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, aceleró la victoria de la candidatura española. Fue precisamente el Comité Disciplinario de la FIFA, el máximo organismo del fútbol a nivel internacional, quien apartó a Rubiales de todas sus actividades relacionadas con dicho deporte a nivel nacional e internacional durante 90 días tras besar a Jennifer Hermoso en la final del Mundial.

​Infantino provocó la caída de Rubiales

Además, la FIFA prohibió a Luis Rubiales "contactar con Jennifer Hermoso y su entorno más cercano, ya sea de manera directa o a través de terceros" para "garantizar el bienestar de la jugadora española, así como para preservar sus derechos fundamentales". Esta directriz se aplicó también al resto de la Real Federación Española, tanto directivos como empleados.

La decisión de la FIFA impulsó la actuación de la propia Federación Española y desató una cascada de movimientos tanto del Consejo Superior de Deportes (CSD) como de la justicia española. De este modo, los Presidentes Territoriales de la RFEF decidieron "activar los protocolos internos como consecuencia de la suspensión provisional de la FIFA a Luis Rubiales", tal y como explicó la propia Federación en un comunicado.

Un hecho que conllevaría la suspensión de empleo y de sueldo de este, cifrado en 634.518,19 euros brutos, según los datos publicados por el organismo. Cabe apuntar, además, que Luis Rubiales cobraba 250.000 euros brutos como vicepresidente de la UEFA, otro salario que perdió tras ser apartado por el máximo organismo del fútbol mundial. La presión interna y externa hizo que Rubiales se viese forzado a dimitir como presidente de la RFEF y vicepresidente de la UEFA.

En el comunicado que publicó en sus redes sociales, el motrileño remarcó que "no quiero que el fútbol español pueda resultar perjudicado por toda esta campaña tan desproporcionada y, sobre todo, tomo esta decisión tras haberme asegurado de que mi marcha contribuirá a la estabilidad que va a permitir que tanto Europa como África sigan unidas en el sueño de 2030, que permitirá traer a nuestro país el mayor evento del mundo".

En las últimas semanas, el CSD intensificó los contactos con la FIFA para arreglar el escándalo derivado de los gestos obscenos de Luis Rubiales en el palco durante la final del Mundial, así como su beso "sin consentimiento" a Jennifer Hermoso. Después de que el presidente del CSD, Víctor Francos, admitiera que "hace dos semanas estábamos mejor situados para el Mundial 2030 que hoy", el representante español tendió puentes con la FIFA y Gianni Infantino.

"Me voy a poner en contacto con la FIFA para hacer una reflexión importante para que este hecho no afecte a la candidatura de España para organizar el Mundial 2030", llegó a afirmar Francos. Por su parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, también aprovechó un encuentro en Nueva York con el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, para transmitirle que España, Portugal y Marruecos estaban trabajando para confeccionar una candidatura "sólida y ambiciosa" para albergar el Mundial de 2030. Ahora España cumplirá el sueño de Rubiales, ya sin el presidente de la RFEF al mando del fútbol español.