30 eurodiputados piden a Infantino que no haya partidos del Mundial en el Sáhara Occidental

Doble disgusto para las autoridades de Marruecos: Ucrania se reincorpora a la candidatura ibérico-marroquí para el Mundial de 2030 y ya empiezan las movilizaciones para que, si finalmente es la agraciada por la FIFA, Rabat no pueda celebrar partidos de fútbol en el Sáhara Occidental.

Fue Mohamed VI de Marruecos el que, el 14 de marzo, en un discurso que pronunció en su nombre su ministro de Educación, Chakib Benmoussa, anunció la presentación de una candidatura tripartita (España-Portugal-Marruecos) al Mundial de 2030. La idea fue formulada ya en 2018 por el presidente Pedro Sánchez. Cuando un escándalo de corrupción golpeó a la Federación Ucraniana de Fútbol, que formaba parte de una candidatura inicial con España y Portugal, se le ocurrió sustituir a Ucrania por Marruecos. Él y su homólogo portugués, António Costa, dejaron incluso al monarca alauí el privilegio de hacerlo público.

Un mes después, Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), seguía, sin embargo, insistiendo en que Ucrania no había quedado descolgada. En una carta publicada el 18 de abril en el diario barcelonés Sport, insistía: "Trabajamos cada día en todos los niveles para que España, Portugal, Ucrania y Marruecos puedan organizar el Mundial 2030".

Ucrania, "invitado sorpresa"

El diario deportivo francés L'Equipe, que cuenta con muchos lectores marroquíes, anunció el 5 de julio que España y Portugal se disponían a presentar una candidatura conjunta al Mundial con Ucrania y Marruecos. La noticia del regreso ucraniano sentó muy mal en el país vecino y ese malestar quedó reflejado en las redes sociales.

"La candidatura sobre la que seguimos trabajando es tripartita", aseguraron al diario Le Desk de Casablanca fuentes afines a Fouzi Lekjaa, presidente de la Federación Real Marroquí de Fútbol (FRMF). "Nunca se nos ha hablado de un cuarto país", añadieron. Con motivo de la cumbre de Lisboa entre Portugal y Marruecos en mayo, el ministro luso de Asuntos Exteriores, Joao Gomes Cravinho, confirmó que era una iniciativa tripartita.

La aparición del "invitado sorpresa ucraniano", como lo describe la prensa marroquí, disgusta a las autoridades de Rabat por tres motivos. Primero, por la falta de información de sus socios europeos, que quizá llevó al rey a hacer en marzo un anuncio incompleto. Segundo, porque el protagonismo de un país en guerra, o que acaba de salir de ella, relegará un poco a Marruecos. La candidatura tripartita llamaba la atención porque incorporó a vecinos de dos continentes. La tercera razón es de índole práctico. Desde un punto de vista logístico, es complicado y costoso organizar un Mundial entre cuatro países, uno de ellos muy alejado.

Una decisión que llegará el año que viene

Incorporar a Ucrania "no tiene mucha lógica y resta simbolismo al eje norte-sur, al nexo entre dos continentes, al encanto del trío ibérico-marroquí, además de ser un lastre para la organización logística", sostiene Ali Amar, director del diario digital Le Desk.

Con o sin Ucrania, la FIFA decidirá el año próximo qué candidatura acogerá el Mundial de 2030. La que iban a presentar Arabia Saudí, junto con Egipto y Grecia, parece desvanecerse. En la competición solo permanecen la que integran cuatro países del Cono Sur de América Latina (Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay) y la ibérica, con Marruecos y, quizás, Ucrania.

Para intentar evitar que, si esta última resulta elegida, las autoridades marroquíes organicen partidos en el estadio que construyen en Dajla (antigua Villa Cisneros en tiempos de la colonización española), 30 eurodiputados de cinco grupos parlamentarios han enviado este lunes una carta a Giovanni Infantino, presidente de la FIFA.

Ocho eurodiputados españoles, entre los firmantes

La misiva recuerda a Infantino que "la celebración de eventos internacionales, como partidos de fútbol, en territorios ocupados podría ser contraria al derecho internacional, ya que incumpliría las obligaciones de la potencia ocupante de no explotar los recursos y la población del territorio ocupado en beneficio propio, tal y como recogen la IV Convención de Ginebra de 1949 y otras normas del derecho internacional humanitario". "El Mundial no puede contribuir a legitimar una ocupación ilegal", añade el texto. "De lo contrario, la FIFA se convertiría en cómplice de esta situación", concluye.

Entre los firmantes de la carta hay ocho eurodiputados españoles, empezando por su promotor, Miguel Urbán, adscrito a The Left en la Eurocámara, y otros cuatro más de ese mismo grupo parlamentario (Idoia Villanueva, María Eugenia Rodríguez Palop, Sira Rego y Manu Pineda). También la han suscrito Ana Miranda, del Bloque Nacionalista Galego; Javier Nart, de Ciudadanos, e Izaskun Bilbao, del Partido Nacionalista Vasco. Cinco socialistas europeos, pero ninguno español, también la rubricaron. Ningún miembro del Partido Popular Europeo, en el que está integrado el PP español, se adhirió a ella.

Ni las autoridades marroquíes, ni las de ningún país candidato han anunciado cuáles serían las sedes de los partidos del Mundial. La prensa de Casablanca y de Rabat sí confía en que el estadio en construcción en Dajla, por encargo de la FRMF y del Ministerio de la Juventud y del Deporte, pueda acoger en 2025 la Copa de África de las Naciones y, cinco años después, el Mundial.

Al margen del escollo político, Dajla tiene otro problema para ser sede de la competición. Está mal comunicada con Marruecos —1.615 kilómetros la separan de Casablanca— y solo el avión permite llegar hasta allí. El gran aeropuerto internacional más cercano es el de Las Palmas, que está a 704 kilómetros.