Al fin un portero de casa, con el recuerdo de las medias de Arconada y en el centenario de Chillida

El derbi vasco que este sábado (18:30 horas) se disputa en San Mamés va a tener un protagonista muy especial. Se trata del guardameta de 22 años Unai Marrero, quien se estrenará como titular en un partido de Liga con la Real Sociedad. El azpeitiarra ya tuvo unos minutos después de que Álex Remiro fuera expulsado en el minuto 34 contra el Deportivo Alavés en Anoeta, además de haber completado las tres eliminatorias de Copa, ante Buñol, Andratx y Málaga, sin encajar un solo gol.

Unai Marrero es noticia porque, aunque parezca mentira, la última vez que un portero guipuzcoano disputó el derbi vasco con la Real fue hace casi 18 años, en agosto de 2006, cuando lo hizo Asier Riesgo en la fatídica temporada del descenso. El eibartarra, que llegó a jugar un total de 130 partidos, había sustituido a Sander Westerveld (84) y acabaría cediendo la titularidad a Claudio Bravo (237).

En aquel partido disputado en el antiguo San Mamés, Riesgo encajó un gol, en un penalti señalado por el juez de línea, que vio una mano dentro del área. Efectivamente, la mano existió, aunque su autor fue Aduriz, el mismo que se encargó de lanzar y transformar la pena máxima sin remordimiento alguno. A tres minutos del final, Mikel Aranburu empató tras aprovechar un pase de Xabi Prieto, quien a punto estuvo de marcar el 1-2.

"No les tiembla el pulso a la hora de sacar a un chico del Sanse si hay un puesto en el primer equipo. Para los que venimos de abajo es un plus, y en cualquier momento te puede tocar estar arriba". Así resumía hace tres años el consagrado Martín Zubimendi la política de cantera de la Real, que ahora afecta a un puesto tan delicado como es la portería. No en vano, hablamos del equipo de LaLiga con más one club man, como se llama a los futbolistas que han vestido siempre la misma camiseta.

Esta temporada han ido convocados 21 canteranos

En aquel momento, de los 28 jugadores de los que disponía o con los que estaba contando habitualmente Imanol, 18 eran salidos de la factoría Zubieta. En la actual temporada, de los 32 que lleva convocados el técnico oriotarra, ya sea para la Liga, la Champions o la Copa del Rey, 21 son canteranos, por lo que prácticamente se mantiene la misma proporción, 60-40, de la que tanto le gusta hablar al director deportivo, Roberto Olabe.

Si en la defensa están Zubeldia, Le Normand, Aihen, Odriozola, Elustondo y Pacheco, más los jugadores del Sanse Jon Martín y Aranburu, en el centro del campo encontramos al mencionado Zubimendi junto a Turrientes, Olasagasti y González de Zárate, a quienes se puede sumar a Pablo Marín. En cuanto a la delantera, Barrenetxea, Oyarzabal y el recuperado Merquelanz forman parte del primer equipo, aunque Magunazelaia está a un paso, Dadíe ya ha debutado y Fiabema ha ido convocado.

En la portería también hay dos canteranos, el mencionado Unai Marrero y Gaizka Ayesa, aunque el titular indiscutible es Álex Remiro, el guardameta navarro que llegó de Lezama tras no querer renovar su contrato. "Estamos sintiendo que por fin el portero de Zubieta nos toca a la puerta y estamos muy contentos con la evolución como portero de futuro", ha comentado Olabe en alguna ocasión sobre Marrero.

Lo cierto es que, desde que Luis Arconada colgara los guantes en 1989, y con permiso de Alberto López (375 partidos entre 1992 y 2006), su más digno sucesor, tras recoger el relevo de José Luis González (148), los mejores guardametas de la Real han sido extranjeros. El chileno Claudio Bravo, el holandés Sander Westerveld y el argentino Gerónimo Rulli (170).

Curiosamente, hasta la temporada 2004-2005 y precisamente con el canterano Riesgo ocupando la titularidad entre Westerveld y Bravo, en la Real se mantuvo la tradición de que sus porteros llevaran las medias blancas que Arconada instauró en el equipo donostiarra e incluso trasladó a la Selección española, no sin que ello levantara absurdas polémicas que no merece la pena recordar.

La alargada sombra de uno de los mejores porteros de la historia nunca ha dejado de sobrevolar el entorno de una Real que, 34 años después, sigue sin encontrarle un sustituto salido de Zubieta. Arconada jugó 551 partidos y con él llegaron los títulos de Liga de las temporadas 80-81 y 81-82 y la Copa de 1987, en la que fue decisivo en la tanda de penaltis. También él fue quien levantó la primera Supercopa de España. Lo hizo en Atotxa, no en Arabia...

Eizaguirre, Araquistain, Esnaola, Artola, Urruti, Arconada...

Casualmente, esta semana, concretamente el pasado miércoles, 10 de enero, se conmemoró el centenario del nacimiento de Eduardo Chillida, el genial escultor donostiarra que llegó a ser guardameta de la Real Sociedad en la temporada 1942-43, pero a quien una grave lesión de rodilla obligó a retirarse con 19 años. "La Real perdió un portero, el mundo ganó un artista", fue el título con el que el club se unió a su homenaje.

Que la Real no tenga como titular a un portero guipuzcoano es toda una paradoja para un club del que salieron Agustín e Ignacio Eizaguirre, Araquistain, Zubiarrain, Esnaola, Artola, Urrutikoetxea o, si duda el más grande de todos, Luis Miguel Arconada, del que incomprensiblemente no queda el recuerdo de sus medias.

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Quién sabe, igual hay que esperar a que el donostiarra cumpla 80 años para que, como hicieron en Bilbao con Iribar y su mítica vestimenta negra, se le homenajee invitando a todos los porteros a jugar con calcetas blancas. Una tradición que en la Real se perdió después de Riesgo y bien podría recuperarse a partir de Marrero, el guipuzcoano que casi 18 años después jugará el derbi vasco con el equipo txuri urdin. "A Unai le veo preparado. Tiene carácter, personalidad y no tenemos ninguna duda de que está preparado. Tiene algunas cualidades muy buenas, incluso mejores que Álex (Remiro)", dijo en la previa su entrenador. Bendecido está.