Un 55% menos de facturación: el impacto que tendría la Superliga en LALIGA y sus clubes

El pasado mes de diciembre, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) señaló que las medidas anunciadas por la UEFA contra los clubes promotores de la Superliga de fútbol, un proyecto que solamente mantienen en pie el Real Madrid y el FC Barcelona, son una violación del derecho de la Unión. El TJUE reconoce la potestad de los clubes de crear competiciones fuera del entorno de la UEFA o la FIFA, pero la sentencia del tribunal “no supone en ningún caso el reconocimiento de la Superliga”, aseguran desde LALIGA.

Ahora bien, ¿qué impacto tendría este modelo en las ligas y clubes? En el negocio actual de los partidarios de la Superliga, el impacto sería pequeño; pero en el de las ligas y sus clubes, el golpe sería mayúsculo. Solo en LALIGA, la caída de la facturación en los equipos que no jueguen la Superliga sería del 55%, según un informe pericial de KPMG, generando un impacto negativo de 1.810 millones del negocio actual de la competición y sus clubes.

“Lo que propone la Superliga destruye completamente el modelo europeo del deporte. Hoy estamos en una pirámide en la que las ligas y clubes son la base. La Superliga quiere transferir el modelo vertical de las ligas nacionales, con ascensos y descensos, a las competiciones europeas de clubes, que se rigen por un modelo horizontal y meritocrático”, apunta Javier Morente, adjunto a Presidencia y responsable de Relaciones con Asociaciones Internacionales en LALIGA.

Un impacto directo que afecta a todos los niveles, según el máximo organismo de la competición española. En el aspecto económico, por ejemplo, con el deterioro de los presupuestos de la gran mayoría de clubes. Según el informe pericial de KPMG, con la creación de una Superliga, LALIGA y sus clubes perderían 1.300 millones de euros en ingresos audiovisuales, su principal línea de negocio. Y en cuanto al área comercial, el citado informe pericial suma otros 440 millones de euros a la merma que supondría para el fútbol profesional español la nueva competición europea, según el análisis realizado por la consultora para LALIGA.

Un roto al negocio que “los clubes de la Superliga compensarían con los pagos de la Superliga, a costa de la sostenibilidad del resto de clubes de la competición”, afirma Morente. Estos equipos podrán acceder a una nueva financiación que les permitiría mantener su capacidad comercial. No pasaría lo mismo con los clubes que no disputaran la nueva competición, que perderían gran parte de sus recursos actuales, apuntan desde LALIGA.

En detalle, desde la competición subrayan que las ligas nacionales “representan el 75% del valor del fútbol en Europa”. Estas asociaciones representan a 1.554 clubes y generan unos ingresos de 25.725 millones de euros anuales; de los que 11.000 millones de euros provienen de la televisión. En España, LALIGA crea más de 194.000 empleos y aporta 8.390 millones de euros en impuestos al año; el equivalente a un 1,44% del PIB del país, según los últimos datos aportados por la competición.

En este sentido, varios de los grandes clubes europeos ya plantearon en 2019 una propuesta similar a lo que hoy propone la Superliga, con tres divisiones y cambios en el modo de acceso y en los principios de meritocracia deportiva. La idea fue rechazada por todos los stakeholders del fútbol europeo. Su entonces impulsora, la ECA (asociación de clubes europeos), dio por muerta esta vía.

Las ligas nacionales representan el 75% del valor del fútbol en Europa, según datos de LALIGA

El nuevo sistema también afectaría al modelo deportivo, donde la actual participación de los clubes en competiciones europeas se decide por aspectos de meritocracia deportiva. Es decir: siguiendo la clasificación de las ligas nacionales al final de cada temporada. Por ejemplo, esta campaña, el Girona FC pelea por LALIGA EA SPORTS y, superada la primera mitad del curso, agranda cada fin de semana sus posibilidades de disputar la próxima UEFA Champions League. Sin embargo, en el modelo Superliga, debería ganar LALIGA EA SPORTS para competir en Europa y su participación arrancaría desde la tercera división —el equivalente hoy a la UEFA Europa Conference League—, con todo lo que ello implica en generación de negocio y atractivo para el club y sus aficionados. Dicho de otra forma, el Girona, aunque ganase el campeonato liguero, debería esperar, como mínimo, tres temporadas —y lograr dos ascensos consecutivos— para poder competir contra los mejores clubes de Europa.

“Matas el sueño de los aficionados. Ya no volveríamos a ver proezas como la del Sevilla FC ganando la UEFA Europa League la temporada pasada. O la del Villarreal CF, en semifinales de la UEFA Champions League. O la del Granada CF, que disputó unos cuartos de final de la UEFA Europa League contra el Manchester United”, asegura Morente.

Respuesta del fútbol europeo

“El nuevo formato presentado por A22 continúa siendo una competición elitista, que no es abierta y de hecho es más cerrada que la propuesta en 2019, y que ya fue rechazada por el fútbol europeo, sus clubes y sus ligas. Este formato continúa perpetuando la participación de unos pocos privilegiados, restringiendo la cima del fútbol europeo a una élite privilegiada, en lugar de un deporte abierto para todos”, apuntan desde LALIGA.

“La Superliga cuenta con el rechazo del 99,99% de la industria del fútbol europeo”, recuerda Morente. En este sentido, LALIGA muestra su “total apoyo a la UEFA como órgano regulador. Lleva 69 años organizando el fútbol europeo y se ha ido adaptando a la realidad económica y deportiva del fútbol”. Otras grandes ligas y federaciones han mostrado su oposición a la Superliga. La Premier League “sigue rechazando cualquier concepto de este tipo. Los aficionados son de vital importancia para el juego y han dejado clara una y otra vez su oposición a una competición disidente que rompa el vínculo entre el fútbol nacional y el europeo”, aseguró en un comunicado.

Por su parte, el presidente de la Ligue de Football Professionnel (LFP) francesa, Vincent Labrune, defendió que “nada puede sustituir la legitimidad, la credibilidad y el prestigio de las competiciones europeas”, mientras que, en Italia, su federación se muestra “totalmente en contra”. “Existe una norma de nuestra federación según la cual, si alguien se suma a ese proyecto, sale del sistema federal del fútbol”, recordó recientemente Gabriele Gravina, presidente de la Federazione Italiana Giuoco Calcio (FIGC).