Las chulerías de Brahim Díaz en el Real Madrid para enamorar a Zidane

Del aburrimiento y la monotonía te sacan los futbolistas que son descarados y tienen calidad. En el empate del Real Madrid (0-0) en Getafe sobresalió Brahim Díaz. Se vino arriba el joven jugador (19 años) con un control de espuela y dos sombreros en acciones a falta de media hora para acabar el partido. Maravilló con un regate de ruleta seguido de un caño. De genio. El refuerzo del mercado de invierno quiere demostrarle a Zidane que tiene nivel para defender el escudo de esta camiseta. Talento le sobra. Presión no tiene. Jugó con personalidad y suelto. Zidane le ve algo especial por esa facilidad y habilidad para conducir el balón y utilizar las dos piernas. Le dio la oportunidad de ser titular en el Coliseum y el chaval se divirtió.

Esto es lo que necesita el madridismo. Que vuelva la alegría y el atrevimiento. Jugadores que tengan ambición, estén motivados y se atrevan con todo. Brahim Díaz dejó detalles de crack con filigranas y algunos adornos. Enfrente estaba el Getafe de Bordalás, que no es cualquiera rival. Un hueso. El equipo getafense no te da un centímetro y si no estás rápido de reflejos y con movilidad te manda a la lona. Sufres. Brahim esquivó los golpes y amagó con peligro. Ese descaro y desparpajo es aire fresco en un equipo que tiene problemas de confianza y, como es habitual en toda la temporada, de gol.

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El futuro de Brahim Díaz –con Solari sólo jugó 24 minutos– es una incógnita. Lo que sí tiene claro es que no está en ninguna lista negra. Si no continúa la siguiente temporada es porque en los planes del club está que juegue cedido en otros equipo que le pueda garantizar más minutos para su crecimiento. A Zidane le encanta este tipo de jóvenes jugadores que no se achantan y tienen chispa. Pero Brahim tiene que jugar y explotar ese talento. Lo lógico es que salga y regrese con más partidos en sus piernas. En Getafe, los 70 minutos que estuvo en el césped dejó su sello. Un futbolista atrevido. Del estilo de Vinicius. Esa osadía que hace que los jóvenes justifiquen la política del club de gastarse el dinero en promesas. "A Brahim le gusta jugar y a mí me gustan los que juegan", dijo Zidane tras el partido.

Isco mejor que Bale

Lo mejor del Real Madrid fue Brahim Díaz y el que no cumplió con las expectativas fue, otra vez, Gareth Bale. Volvió al once. Parece que Zidane le prefiere de inicio fuera del Bernabéu. Puede ser para protegerle de los pitos o directamente porque no oculta que no es su debilidad. ZZ le quitó del campo a la par que Brahim Díaz. En esos 70 minutos, Bale no tuvo ninguna clara ocasión para hacer gol, intervino poco en el juego, corrió y poco más. Su cara refleja un gesto de abatimiento. No tiene la alegría ni la chispa de Brahim. Tampoco la de Isco, que fue otro de los que entraron en el once. El malagueño estuvo vivo, tuvo una clara ocasión para marcar y con mejor predisposición que en la etapa de ostracismo de Solari. Isco se quiere quedar y tiene más posibilidades de seguir en el nuevo Real Madrid que el galés.

El otro foco de atención en Getafe fue la portería. Zidane eligió a Keylor Navas en el día de regreso de Courtois después de unas extrañas molestias que le han tenido fuera un mes. El belga sigue sin debutar en la etapa de Zidane. El asunto de la portería se recalienta con la continuidad de Navas en el once. Tuvo buenas intervenciones en el Coliseum. El misterio de ZZ con esta demarcación y quién será el elegido para la titularidad la próxima temporada tiene en vilo a los aficionados y al propio club. A Florentino le entrarían sudores fríos si Zidane le viene con el cuento de que prefiere a Keylor Navas antes que Courtois. El problema de la portería no se ha resuelto. Como tampoco el del gol. A Benzema se le acabó la racha y el Madrid no hizo gol en Getafe. El francés llevaba los últimos ochos goles del equipo y en un día en el que estaba enfrente un rival complicado no funcionó la pegada.