Zidane y Pintus ante el reto de sobrevivir a los meses en los que el físico no está a tope
El apretado calendario del Real Madrid obliga a los técnicos a asumir que habrá tiempo en el que los jugadores no estén perfectos físicamente y en los que las lesiones tendrán relevancia en la plantilla
El calendario es un reto para los entrenadores y los preparadores físicos. Sueñan con estar perfectos siempre, pero la materia prima son seres humanos, hombres hechos de músculos y huesos, que se tensan, que se rompen, que se fatigan. Es imposible mantenerse siempre en forma, hacer cada domingo y cada miércoles la nota máxima. El reto es que, con lo que se tiene disponible, siempre haya una regularidad que permita terminar la cosa en final feliz. Zidane y Pintus, como todos sus homólogos, tienen por delante un gran desafío. La gestión del Real Madrid es un trabajo de precisión.
"No es un momento brillante, hay que aguantar", explica en rueda de prensa Zinedine Zidane después del partido. El equipo ha ganado al flojo Alavés, pero ha tenido ratos en los que ha sufrido más de la cuenta. El juego no ha estado mal del todo, pero en fases del encuentro se le notó trabado y poco suelto. También es normal, a finales de septiembre el Real Madrid necesita más cumplir que emocionar.
Nadie puede entender un año exitoso como una carga, pero lo cierto es que las victorias del Real Madrid obligan al club a plantearse un año lleno de picos de forma. En agosto, cuando el resto de equipos estaban haciendo carga de trabajo y faltos de chispa, los blancos tenían que producir fútbol suficiente para imponerse en las dos supercopas del verano, ambas contra rivales durísimos.
En diciembre, que en muchos casos no deja de ser un mes más, los blancos tendrán que viajar para ser campeones del mundo y, en este caso, jugarse la vida contra el Barcelona. De marzo a mayo, por descontado, el físico tendrá que estar perfecto: no se espera menos en los meses en los que se deciden la Champions y la Liga.
Los blancos, por profunda que sea su plantilla y buenos que sean sus jugadores, tendrán semanas pedestres, muchos partidos en los que el brillo no sea posible, pero la supervivencia sí. "Lo más importante era ganar y sacar los tres puntos", contaba Zidane en Mendizorroza. Y no es que sea especialmente resultadista, es solo que sabe que los últimos pinchazos ya ponen al equipo en una situación incómoda y que hay tardes en las que el equipo se encuentra en una fase en la que vale con cumplir.
Las típicas bajas del inicio
En estas primeras semanas, además, se amontonan lesiones y sanciones. Las primeras son, hasta cierto punto, normales, los jugadores están arrancando y es en tiempos de carga física, como el que viven ahora, cuando más proclives son a romperse. En realidad, no hay deporte sin molestias físicas y esa es una variable con la que siempre tienen que contar un entrenador. No están Marcelo, Theo, Vallejo, Kovacic o Benzema. Kroos espera volver ya. En la mayor parte de los casos, problemas musculares. Y en la cabeza siempre una intención, forzar la máquina lo menos posible porque si algo tienen esas lesiones es que mal curadas pueden convertirse en un infierno.
Estas circunstancias, indeseables pero también inevitables, empujan también a acortar las rotaciones. La ecuación es bien sencilla, cuanto menos jugadores, menos capacidad para removerles. Eso obliga a que algunos jugadores no descansen aunque en el mejor de los escenarios hubiesen pasado algún tiempo en el banquillo. Es el caso de Carvajal, que es el lateral derecho único de la plantilla. Su puesto podría cubrirlo Nacho, y a buen seguro lo hará en algún momento, pero el defensa madrileño ahora mismo está sobresolicitado.
No hay laterales izquierdos, porque Theo y Marcelo están rotos, así que le toca empezar por ahí. También la ausencia de Vallejo se nota, porque cualquier problema en los centrales, algo nada extraño en esa posición tan de riesgo, le llevaría a jugar por el medio. Unas cosas y otras hacen que no pueda aparecer por la derecha. Está la opción de Achraf, el lateral del filial que tanto gusta, pero la responsabilidad es grande para un chico tan joven.
"Podemos rotar y lo seguiré haciendo pero no podemos cambiar muchos jugadores", comenta el técnico francés que asume que Carvajal está sobresaturado. "Son muchos partidos, pero es que tenemos muchos lesionados", señala Zidane. Al jugador se le ve con cierta fatiga, un poco menos fresco de lo que acostumbra. Él es un futbolista con un motor enorme, suele sobrevivir a las más altas exigencias, pero con todo lo que ha pasado es en cierto punto lógico que no esté a tope. Y ese es el tipo de detalles que el Real Madrid tiene que gestionar.
Junto con la fatiga, el equipo tiene un problema de gol, y este quizá es más grave, porque parece estructural. La plantilla que ha pensado la directiva esta temporada no contempla como tal la figura del delantero centro suplente que el año pasado cumplía con nota Álvaro Morata. Ahora él está en Inglaterra y Mariano en Francia, nadie llegó para sustituirles más allá del joven e inexperto Borja Mayoral.
La posición de Cristiano y el gol
La decisión tiene que ver con una serie de factores bastante amplia, pero puede retorcerse y terminar siendo problemática para los blancos. En la idea general del año se ha pensado que Asensio, con madera de estrella, marcará más que el año pasado. Empezó muy bien, pero en estos últimos partidos parece un poco menos ligero. Y que Bale no se lesionará con tanta frecuencia. También, quizá sobre todo, el pensamiento estaba en que la evolución de Cristiano le lleva a requerir más minutos en la punta y menos en las bandas.
"Me gusta la posición de Cristiano como nueve, podemos jugar con diferentes dibujos y él puede jugar en muchas posiciones del campo", señala Zidane al respecto. Ya el año pasado llegó a dos acuerdos con el luso, el primero es que jugaría algo menos para poder rendir mejor y el segundo es que tendría que acercarse más a gol que es, a estas alturas de su carrera, mucho más efectivo en el área que fuera de ella.
CR7 no ha marcado en sus dos primeros partidos de Liga y esto solo es noticia porque es él, la mayor parte de jugadores del mundo pueden pasar dos o tres o cuatro partidos sin ver puerta y que nadie se de cuenta, pero como él acostumbra a acribillar rivales, sorprende cuando deja de hacerlo momentáneamente. Es de esperar que no tarde mucho en resarcirse, al fin y al cabo Cristiano es uno de los grandes goleadores de la historia. Ni siquiera se puede decir que haya estado lejos de lograrlo, contra el Alavés dio dos palos y ocasiones no le faltan. Necesita solo un poco más de duende.
Si no llegase, si Cristiano no marcase, es difícil pensar que el Madrid pudiese alcanzar sus objetivos. Porque el grupo de este año es extremadamente talentoso, tiene capacidad para jugar mucho y bien al fútbol, pero quizá es menos eficaz que en otras temporadas. Claro que si el luso está en su mejor versión esos cambios en la plantilla serán un puro matiz, su propio entrenador es claro en eso: "Marcará la diferencia".
El calendario es un reto para los entrenadores y los preparadores físicos. Sueñan con estar perfectos siempre, pero la materia prima son seres humanos, hombres hechos de músculos y huesos, que se tensan, que se rompen, que se fatigan. Es imposible mantenerse siempre en forma, hacer cada domingo y cada miércoles la nota máxima. El reto es que, con lo que se tiene disponible, siempre haya una regularidad que permita terminar la cosa en final feliz. Zidane y Pintus, como todos sus homólogos, tienen por delante un gran desafío. La gestión del Real Madrid es un trabajo de precisión.