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Una columna vertebral forjada en Brunete: la Selección sub-21 quiere el triplete europeo
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Una columna vertebral forjada en Brunete: la Selección sub-21 quiere el triplete europeo

Abel Ruiz, Juan Miranda, Hugo Guillamón, Víctor Gómez, Sergio Gómez y Antonio Blanco ya ganaron los Europeos sub-17 y sub-19. Ahora buscan la triple corona continental

Foto: La Selección sub-21 quiere ganara el Europeo. (EFE/RFEF)
La Selección sub-21 quiere ganara el Europeo. (EFE/RFEF)

El comienzo ha sido brillante. Sin titubeos ni medias tintas. Fue César Luis Menotti el que dijo que "un equipo es una idea". Y la Selección española sub-21 se mueve en una simbiosis perfecta entre la posesión y la verticalidad. Con ese plan, orquestado por Santi Denia desde el banquillo, España ha conseguido una destacada clasificación para los cuartos de final del Europeo, una parada previa para alcanzar cotas aún más altas.

Juan Miranda, Hugo Guillamón, Abel Ruiz, Sergio Gómez, Antonio Blanco y Víctor Gómez son los jugadores que forman la columna vertebral de Santi Denia, con permiso de Rodri y destacando la llamativa suplencia de Guillamón en este torneo. El entrenador los conoce desde la sub-17 y ha hecho el camino con ellos hasta la sub-21. En ese sendero, ya han ganado dos Europeos, el sub-17 y el sub-19, y ahora quieren la triple corona continental. El nombre de todos ellos sonó por primera vez en la Liga Promises (en su origen el torneo de Brunete), salvo el del Blanco.

Miranda empezó en el Betis a los ocho años y fue uno de los jugadores más destacados en Arona, en diciembre de 2012. Fue autor del segundo gol verdiblanco, con un sensacional lanzamiento de falta desde el centro del campo que sorprendió al portero, en el duelo ante el Valencia (perdieron 2-3). En ese equipo, estaban Guillamón, uno de los pioneros de esa generación en tener representante, y Ferran Torres, que tenía una melena que luego cambió por el tupé.

placeholder Miranda, en pleno Europeo sub-21. (EFE/Rodrigo Jiménez)
Miranda, en pleno Europeo sub-21. (EFE/Rodrigo Jiménez)

La pareja Chust-Guillamón

El sevillano cambió Andalucía por Cataluña en 2014 para integrar el cadete del Barcelona. Allí vivió en La Masía hasta que en 2019 probó fortuna en Alemania, en el Schalke 04. No tuvo mucha suerte, porque, además, le pilló la pandemia. Ese mes de septiembre hizo el camino de vuelta y regresó al Betis, donde ha pasado a la historia por marcar el penalti que le dio al club la tercera Copa del Rey de su historia.

Guillamón era el capitán de aquel Valencia que perdió 1-0 la final frente al Atlético de Madrid de los Obama (Salomón y Federico). La alcanzaron seis meses antes de la marcha de Abel Ruiz, líder de ese equipo, y de Víctor Chust, pareja de Hugo en la defensa en el torneo celebrado en Benalmádena medio año antes.

Era uno de los jugadores más destacados de la cantera, pero su salto al primer equipo no llegaba. Apenas le quedaban días de contrato cuando Albert Celades le dio continuidad en el primer equipo como central después del parón por el confinamiento. Ahí firmó su renovación hasta 2023 y fue con la llegada de Bordalás cuando se convirtió en centrocampista al ver el entrenador su escasa corpulencia.

placeholder Abel Ruiz le coloca el brazalete a Sergio Gómez. (EFE/Chema Moya)
Abel Ruiz le coloca el brazalete a Sergio Gómez. (EFE/Chema Moya)

La dupla Blanco-Gómez

Abel era el delantero de ese equipo, el único que fue capaz de hacerle frente a los hermanos Obama, cuya hegemonía en el torneo duró dos años. Su rendimiento no pasó desapercibido y en Arona disputó el torneo, pero en el Barcelona. Junto a él, ficharon a un fino centrocampista, Enric Martínez, ahora en el Recreativo de Huelva. Desde 2020, sin minutos en el primer equipo, se marchó al Sporting de Braga y allí sigue.

Sergio Gómez, ahora bajo el paraguas de Pep Guardiola, empezó su carrera en el Espanyol, pero a los nueve años cambió de equipo, no de ciudad. El Barcelona le ofreció entrar en sus filas y no lo dudó. Se convirtió en uno de los jugadores más destacados de la cantera hasta su salida al Borussia Dortmund en 2017, y en uno de los mejores amigos de Miranda. Dortmund, Anderlecht y Huesca han sido sus paradas previas antes de jugar en el Manchester City.

Antonio Blanco juega por detrás de Sergio Gómez, siempre ha sido así con Santi Denia, y es otro de los que cambió muy joven de equipo. Pero él no pasó por la Liga Promises a diferencia del resto. Tenía 13 años y jugaba en el Séneca, histórico rival del Córdoba en las categorías inferiores, cuando el Madrid se interesó por él. Y tuvo claro que se iría a La Fábrica. Cádiz y Alavés, los equipos por los que ha pasado tras abandonar el Madrid.

placeholder Antonio Blanco es un fijo para Santi Denia. (EFE/Rodrigo Jiménez)
Antonio Blanco es un fijo para Santi Denia. (EFE/Rodrigo Jiménez)

Víctor Gómez ocupa el lateral derecho, una posición en la que disputó el torneo de Arona con el Barcelona. Antes había pasado por la cantera del Espanyol, a la que regresó después de su estancia en La Masía. Fue el autor de uno de los tres penaltis, el único fallado en esa tanda, en las semifinales entre el Barça y el Atlético de Madrid que ganaron los colchoneros. Mirandés y Málaga, equipos por los que ha pasado antes de coincidir con Abel en el Sporting de Braga.

Todos ellos juegan juntos desde que tuvieron edad para ser convocados, en la sub-16. En 2017, tenían pérdida la final del Europeo frente a Inglaterra, liderada por Jadon Sancho y Phil Foden. Sin embargo, un gol de Nacho Díaz forzó la prórroga y España ganó en los penaltis. En el Mundial de la categoría, celebrado cinco meses después, se repitió la final. Aunque la Selección empezó fuerte con dos tantos de Sergio Gómez, la estelar actuación de Foden volteó el marcador (5-2).

Su último título cosechado juntos ha sido el Europeo sub-19, cuando dos goles de Ferran Torres en la final (2-0) sirvieron para ganar el trofeo ante Portugal. De aquel equipo, solo han repetido seis jugadores. Los mismos que quieren conseguir el triplete continental en Eslovenia. Sería el canto del cisne para una generación irrepetible.

El comienzo ha sido brillante. Sin titubeos ni medias tintas. Fue César Luis Menotti el que dijo que "un equipo es una idea". Y la Selección española sub-21 se mueve en una simbiosis perfecta entre la posesión y la verticalidad. Con ese plan, orquestado por Santi Denia desde el banquillo, España ha conseguido una destacada clasificación para los cuartos de final del Europeo, una parada previa para alcanzar cotas aún más altas.

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