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Xabi Alonso, el jugador que perdió el sitio en el Madrid pero es insustituible para Pep
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primer partido que se pierde... y por lesión

Xabi Alonso, el jugador que perdió el sitio en el Madrid pero es insustituible para Pep

El donostiarra se fue tras la Décima porque perdió el hambre, pero en el Bayern encontró su lugar. Desde septiembre lo ha jugado todo

Foto: Guardiola y Xabi Alonso, una pareja que se necesitaba (Reuters).
Guardiola y Xabi Alonso, una pareja que se necesitaba (Reuters).

“No es una rabieta, siento que debo empezar un nuevo ciclo”. Esa frase la dijo Xabi Alonso en su rueda de prensa de despedida del Real Madrid. Aquel día confirmó su fichaje por el Bayern Múnich y lo hacía después de no haber jugado ni un minuto en la Supercopa de Europa ni en el debut liguero contra el Córdoba. No fue el motivo público de su marcha, y seguramente tampoco la razón escondida, pero era evidente que el traspaso de Toni Kroos le iba a quitar un protagonismo que siempre había tenido hasta entonces. Xabi se marchó a Alemania para seguir aprendiendo del que considera uno de los mejores entrenadores del mundo. Pero el interés era recíproco con Guardiola.

Xabi Alonso lo ha jugado casi todo en la Bundesliga. No se ha perdido más que el primer encuentro de la temporada en Alemania, porque todavía no era jugador del Bayern y el de este viernes ante el Mainz, por una pequeña lesión. Pero desde que le dieron el 3 bávaro, el donostiarra ha estado presente en todos esos partidos en los que el Bayern ha ganado a sus rivales, y en todos los que ha empatado. Sólo ha perdido uno, en Champions League, y allí también estaba Xabi Alonso. Encima, demostró en su primera entrevista en alemán que está perfectamente integrado en el mundo bayerer. Xabi siempre está en todas partes, y eso que ya parece que no servía en el Madrid.

Vídeo: La primera entrevista en alemán de Xabi Alonso.

Bien es cierto que la trascendencia que ha tenido Alonso en el Bayern también se debe a que ha habido pocos jugadores de su equipo que no hayan caído lesionados. Su llegada al Allianz se aceleró cuando Javi Martínez se rompió el cruzado en la Supercopa alemana. Alonso no iba para jugar en la misma posición que el ex del Athletic, puesto que Javi suele jugar con Guardiola como líbero y no como pivote, pero la función iba a ser similar: con Javi entre los centrales, la salida del juego hacia Lahm, anterior pivote, era siempre limpia. Con Xabi se agiliza incluso más, lo que permite a Guardiola jugar con la posición de Lahm, que ya es un interior para Pep.

Pero es evidente que Alonso no lo habría jugado absolutamente todo (sólo se ha quedado sin jugar el último partido de la liguilla de la Champions, sin nada en juego, contra el CSKA Moscú) si Guardiola hubiese tenido a su disposición a todos sus jugadores. Pep quiere tener siempre a todos sus jugadores motivados, con el ánimo por las nubes y sintiéndose importantes, de ahí que sus rotaciones sean habituales y hasta necesarias. Sin embargo, se ha quedado sin alternativas a la figura del pivote. No tiene a Lahm, ni a Javi, y Schweinsteiger está entrando poco a poco en la dinámica del equipo. Ni siquiera está Thiago. En esta terna no entra perder a Toni Kroos, porque nunca lo vio como un mediocentro. Así, Xabi Alonso no tiene opción de descansar.

De todas formas, Guardiola ve a Alonso como uno de los jugadores que mejor pueden entender las características más complicadas del juego de posición para llegar a acercarse a la perfección, porque alcanzarla, como él mismo dice, es imposible, pero no por ello quiere abandonar la idea. Xabi es indudablemente capaz de empezar una acción con el raciocinio que exige Guardiola a su zaga, pero también ser el que arranque los destellos del juego más propio del Bayern, el de la velocidad y el mazazo. Guardiola, en el libro Herr Pep, de Martí Perarnau, reconoce que no quiere que el Bayern juegue como su Barça, sino que una vez haya conseguido salir con el balón controlado y haya pasado la línea de mediocampo, sea “más Bayern que nunca”.

Alonso encontró en Múnich la penúltima parada de un tren que lleva, indudablemente a la estación final, que no es otra que ser entrenador. Guardiola quiere que su Bayern aprenda a mover el balón con la espontaneidad natural de Xabi, pero Xabi también quiere que Guardiola le enseñe mucho de lo que le falte por aprender del fútbol. El de Tolosa absorvió todo lo bueno del juego rudo y resultadista de Mourinho, de la elegancia de Ancelotti y ahora quiere terminar con el perfeccionismo de Pep. En ningún otro sitio de Europa tenía la oportunidad de seguir aprendiendo a la vez que podía seguir ganando títulos, porque, no lo olvidemos, tanto Xabi como Guardiola son dos ganadores natos. Y el Bayern seguirá ganando, y cada vez más.

El Bayern jugó en Maguncia su último partido como campeón del mundo de 2013. El parche que llevan luciendo en el pecho desde el pasado enero pasará a ser propiedad de Real Madrid o San Lorenzo de Almagro a partir de esta noche. Un distintivo que el Bayern ha paseado con muchos honores, ganando un doblete doméstico, pero con el gran marrón de la goleada ante los blancos en Champions. Eso sí, esta temporada están inmaculados en Bundesliga y van camino de lograr una de las mejores temporadas de su historia. Catorce victorias, tres empates y ni una sola derrota, lo que hace que el título esté muy cerca, y sólo estamos en diciembre.

“No es una rabieta, siento que debo empezar un nuevo ciclo”. Esa frase la dijo Xabi Alonso en su rueda de prensa de despedida del Real Madrid. Aquel día confirmó su fichaje por el Bayern Múnich y lo hacía después de no haber jugado ni un minuto en la Supercopa de Europa ni en el debut liguero contra el Córdoba. No fue el motivo público de su marcha, y seguramente tampoco la razón escondida, pero era evidente que el traspaso de Toni Kroos le iba a quitar un protagonismo que siempre había tenido hasta entonces. Xabi se marchó a Alemania para seguir aprendiendo del que considera uno de los mejores entrenadores del mundo. Pero el interés era recíproco con Guardiola.

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