El misterio de por qué Inglaterra nunca gana nada: 56 años de expectativas y fracasos
La selección de Gareth Southgate ha desperdiciado las mejores oportunidad que ha tenido la selección en más de medio siglo. Estos son los motivos de su sequía de títulos en Mundiales y Eurocopas
Inglaterra acumula la sonrojante cifra de 56 años sin levantar ni un solo trofeo internacional desde que ganase el Mundial de 1966 (con gol fantasma incluido) como anfitriona con Bobby Charlton, Bobby More o Gordon Banks engrosando sus filas. Una situación que podía haber repetido en Qatar, pero la maldición de los penaltis siempre aparece en su historia. Harry Kane, el capitán y mejor jugador de Inglaterra, convirtió la primera pena máxima desde los 11 metros para colocar el 1-1, pero envió a las nubes el segundo lanzamiento frente a su compañero de equipo en el Tottenham, Hugo Lloris, y verá las semifinales por televisión. Inglaterra ofreció un buen juego e incluso fue superior a Francia en muchos momentos del encuentro. Hasta terminó con más disparos a puerta (8 por 5 de los franceses). Sin embargo, el conjunto galo se mostró más acertado en los momentos decisivos del partido y se llevó el gato al agua. Una situación similar al verano de 2021, donde Italia y la fatídica tanda de penaltis se cruzaron de nuevo en su camino en el último momento para dejar a los ingleses con la miel en los labios y prolongar su sequía histórica en la que quizás ha sido su mejor oportunidad.
A pesar de disputar seis de los siete partidos de la Eurocopa como local, contar con un Wembley abarrotado y toparse con un gol en el minuto dos, la maldición de la derrota es más rápida que el sueño del éxito. Pero vayamos a la raíz del misterio. ¿Por qué Inglaterra nunca gana nada? No parece cuestión de talento individual. Shilton, Robson, Hoddle, Butcher, Keegan, Platt, Gascoigne, Lineker, Terry, Ferdinand, Rooney, Barnes, Gerrard o Lampard son algunos de los nombres que trataron de burlar al destino y se quedaron por el camino. Los Three Lions ostentan el dudoso honor de ser la única gran selección que nunca ha ganado la Eurocopa en contraposición a España, Italia, Francia o Alemania. De hecho, hasta el verano de 2021, su mejor logro habían sido dos semifinales (1968 y 1996), precisamente, en ese último torneo donde ejercieron como anfitriona, popularizaron la famosa canción irónica que desde entonces ha perseguido sus frustraciones con el famoso It’s coming home. Y es que ni en el Mundial ni en la Eurocopa, el fútbol ha vuelto a casa aunque llevan tres campeonatos consecutivos (semifinales en Rusia 2018, final en 2021 y cuartos de final 2022) picando al timbre.
"Para mí hay un par de motivos principales. Mientras la Premier se ha convertido en una liga global, la selección ha tenido dificultades para competir porque han llegado jugadores extranjeros increíbles que han ayudado a conseguir mejores resultados, pero también menos ingleses han tenido oportunidades en los grandes equipos", señala el corresponsal deportivo de la agencia AFP en España y colaborador de la BBC, Tom Allnutt. "No podemos olvidar la presión tampoco. Se piensa que, como la Premier es la mejor liga del mundo, la selección también debería serlo. Entre 2010 y 2018, por ejemplo, la selección siguió con su estilo directo y físico y con posesiones de balón muy malas, pero ahora se ha apostado por jóvenes con mejor técnica".
Nunca estuvieron tan cerca del éxito
El país que inventó el fútbol y posee la liga más rica y poderosa del planeta con los mejores entrenadores del continente no ha sido capaz de emular el éxito de sus clubes a nivel internacional. No ha importado que haya apostado por técnicos locales (Venables, Robson, Hodgson o Allardyce) o extranjeros (Sven-Göran Eriksson o Fabio Capello). Y sin embargo, nunca ha estado tan cerca de tocar plata como ahora con Gareth Southgate. Desde 2006 hasta 2018, Inglaterra no había superado una fase eliminatoria en un gran torneo. Hasta este Mundial y la Eurocopa, Inglaterra no había ganado un partido fuera de la fase de grupos en los 90 minutos reglamentarios. "En el pasado, la selección no era un buen equipo tácticamente y sus jugadores no tenían tanto talento como en la actualidad", comenta al otro lado del teléfono Jack Pitt-Brooke, periodista inglés de The Athletic.
Y es que los fracasos a lo largo de este medio siglo han sido variopintos y muy sonados. "Ha pesado demasiado la historia en muchos casos. Eso de creerse mejores de lo que realmente eran. Yo me voy al periodo 1998-2002 cuando, por unas cosas o por otras los Beckham, Ashley Cole, Carragher, Gerrard, Lampard, Terry, Ferdinand, Owen, Shearer, Sol Campbell y Paul Ince no pasaron de cuartos", apunta Rodrigo Marciel, periodista experto en fútbol inglés. Una teoría que respalda el corresponsal de The Guardian en España, Sid Lowe: "Nos hemos creído mejores de lo que somos y no nos hemos dado cuenta de nuestro nivel. Si ves lo que ha hecho Inglaterra en los Mundiales...siempre es regular y consistente. Cambia según a quién se enfrente, pero siempre gana a los equipos que son peores y pierde contra los que son mejores", asegura. Y añade: "En Italia 90' dijimos que hicimos un gran Mundial, pero ganamos a Bélgica en la prórroga y a Camerún por 3-2 con un penalti dudoso. Nos enfrentamos a Argentina y fuera. Como en Rusia cuando echamos a Colombia en los penaltis y nos eliminó Croacia".
La denominada Generación Dorada de finales de los 90' hasta 2010 estaba llamada a transformar la suerte en las islas. Por ello la prensa local desató unas expectativas desorbitadas que aumentaron la tensión de los jugadores. Estos no estuvieron a la altura y sucumbieron a la presión. Pero hubo más. Siempre hay más. ¿Las causas?
Dos tandas de penaltis consecutivas (2004 y 2006) ante Portugal. Una suma de individualidades que no formaba un equipo por culpa de las múltiples tensiones internas. Así lo explicaban los propios jugadores en BT Sport. "Todo se resumía en la obsesión por ganar con nuestros clubes. No quería ver a Lampard tener ventaja sobre mi equipo. No quería hablar con él sobre nada que facilitara la victoria a su equipo. Cuando iba con Inglaterra y luchaba contra el Liverpool por la Premier, no me quería ni sentar a su lado porque no me interesaba lo que estaba haciendo su equipo", confesó Rio Ferdinand, peso pesado de aquella selección. "Te apasiona tanto el club, tus propias actuaciones, que ser poco amigable con alguien con quien compites pudo haber perjudicado a Inglaterra. No nos odiamos, pero por naturaleza nos sentábamos en mesas diferentes", admitió Lampard.
Pero el reloj no se detiene e Inglaterra ya tiene una nueva generación dorada. "Antes había materia prima de calidad, pero ahora además hay un muy buen grupo. Inglaterra siempre había contado con cuatro o cinco figuras talentosas, pero no con un equipo tan completo línea por línea". Algo que respalda Pitt-Brooke: "Inglaterra es más flexible tácticamente y, además, ha mejorado la calidad de sus futbolistas. Los jóvenes son mejores que los de años atrás y tienes a una generación de los Foden, Mount, Saka, Bellingham que viene pisando fuerte". Según Marciel, "Inglaterra tiene ahora la mejor generación en años. El jugador inglés ha cambiado y están mejor formados en el físico y la táctica. Además, se ha potenciado el producto local". La Federación Inglesa (FA) ha mejorado los resultados obtenidos en la cantera hasta ser campeones del mundo y de Europa y aumentar el nivel con la creación de St. George's Park en 2012 para seguir el modelo de España, Alemania o Francia como centro de alto rendimiento.
Qué ha fallado esta vez
Es probable que usted no estuviese leyendo esto si Harry Kane hubiese anotado su segundo penalti ante Francia en los cuartos de final. O si la apuesta de Southgate de introducir a Saka, Rashford y Sancho para lanzar los penaltis (especialmente en el caso de los últimos dos) hubiese caído de cara. Pero fue cruz en ambas ocasiones. En la Eurocopa, los tres futbolistas, carcomidos por la presión de decidir el futuro de su país desde los 11 metros, fallaron sus respectivos lanzamientos en el templo del fútbol inglés. Antes, sin embargo, Inglaterra no había disparado ni una sola vez entre los tres palos desde el gol de Shaw en 118 minutos. Diferente fue la derrota en el Mundial ante Francia, donde los ingleses fueron mejores durante diversos momentos. De hecho, los de Southgate dispararon a puerta en 8 ocasiones por 5 de los franceses. Ahora Southgate se pregunta si es el indicado para exprimir el máximo jugo a un elenco de jugadores que puede mirar a la cara a cualquier otra selección del mundo y al que se le resiste la gloria.
¿Qué le ha faltado a este equipo? "El últímo gran debe de Inglaterra es encontrar un técnico local excelente. Ningun inglés ha ganado la Premier y ningún gran banquillo actual está entrenado por un local", detalla Marciel. Por su parte, Pitt-Brooke opina que "Inglaterra se comportó ante Italia en la Eurocopa como un equipo de Mourinho. Marcaron y se metieron todos atrás en lugar de defenderse con la pelota. Es muy defensivo en sus planteamientos y se equivocó en la final". O dicho de otro modo, ha basado las principales fortalezas de su equipo en la solidez defensiva. Cometer pocos errores, apostar la victoria al balón parado y la calidad individual de sus atacantes y arriesgar lo mínimo con el balón.
"Cuando he visto jugar a Francia o Portugal, los últimos campeones de ambos torneos, han sido inteligentes y experimentados. Es algo que debemos añadir a este grupo", revelaba el propio Southgate antes de iniciar el camino de la Eurocopa. Según el portal de datos Fbref, los 'expected goals' de Inglaterra en el torneo europeo (una métrica que mide la calidad de la ocasión y la probabilidad de que acabe en gol a consecuencia de lo primero) el equipo de Southgate es el quinto equipo (con ocho goles) a pesar de haber metido once. O dicho de otro modo, si dividimos el dato en los 90 minutos, son la 16ª selección (1,04) en este campo. Así como la quinta en disparos a portería (64) y la 20ª en tiros por cada 90 minutos (8,35). "Hemos pecado de conservadores, de no soltar a nuestros futbolistas. Con la generación dorada no encontramos la manera de meter a Gerrard y Lampard juntos. No sé si eso ha pesado. Igual que la presión histórica acumulada en los penaltis. Hay muchos factores", desliza Sid Lowe.
"El gran problema de Southgate es que en el momento decisivo no ha sabido controlar la final ni dar el paso necesario hacia adelante. Es normal que haya dudas de si él es el indicado para llevar a esta generación hacia donde merece por calida, potencial y juventud", explicaba Marciel tras la Eurocopa. Una dificultad, la de dominar con pelota y superar al centro del campo rival que Inglaterra no pudo solucionar ante la Croacia de Rakitic, Modric y Brozovic en Rusia 18' ni ante la Italia de Jorginho, Verratti, Barella y Locatelli en Wembley. "Falta un centrocampista como Jorginho, Busquets o Kroos, pero este es el estilo del equipo, defenderse y que los delanteros veloces y creativos resuelvan el encuentro", zanja Tom Allnutt.
Cada año que avanza sin un título para la selección inglesa solo hace que aumentar la presión y las expectativas. ¿Prescindirán los Three Lions de quien les ha aupado a estar más cerca que nunca de resolver el misterio que lleva hostigando a todo un país? "Tras cada torneo nos sentamos, evaluamos la situación y reflexionamos. Necesitamos un poco de tiempo para asegurarnos de que todo el mundo tome la decisión correcta", señaló el técnico inglés tras la derrota frente a Francia en los cuartos de final de Qatar. El talento existe, la presión también.
Inglaterra acumula la sonrojante cifra de 56 años sin levantar ni un solo trofeo internacional desde que ganase el Mundial de 1966 (con gol fantasma incluido) como anfitriona con Bobby Charlton, Bobby More o Gordon Banks engrosando sus filas. Una situación que podía haber repetido en Qatar, pero la maldición de los penaltis siempre aparece en su historia. Harry Kane, el capitán y mejor jugador de Inglaterra, convirtió la primera pena máxima desde los 11 metros para colocar el 1-1, pero envió a las nubes el segundo lanzamiento frente a su compañero de equipo en el Tottenham, Hugo Lloris, y verá las semifinales por televisión. Inglaterra ofreció un buen juego e incluso fue superior a Francia en muchos momentos del encuentro. Hasta terminó con más disparos a puerta (8 por 5 de los franceses). Sin embargo, el conjunto galo se mostró más acertado en los momentos decisivos del partido y se llevó el gato al agua. Una situación similar al verano de 2021, donde Italia y la fatídica tanda de penaltis se cruzaron de nuevo en su camino en el último momento para dejar a los ingleses con la miel en los labios y prolongar su sequía histórica en la que quizás ha sido su mejor oportunidad.
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