Es noticia
Italia arruina la fiesta inglesa y se proclama campeona de Europa en los penaltis (1-1)
  1. Deportes
  2. Fútbol
Su segunda Eurocopa

Italia arruina la fiesta inglesa y se proclama campeona de Europa en los penaltis (1-1)

La selección de Roberto Mancini superó a Inglaterra durante la mayor parte del encuentro. Los transalpinos supieron sufrir, recomponerse y vencer en la tanda definitiva

Foto: Los jugadores italianos celebran el triunfo. (EFE)
Los jugadores italianos celebran el triunfo. (EFE)

Italia ha escrito con letras doradas su nombre en la historia de la Eurocopa después de derrotar a Inglaterra en el templo del fútbol. La selección de Roberto Mancini supo superar el mazazo emocional que representó el gol de Luke Shaw en el minuto dos de la primera parte y acabó empatando el encuentro gracias al tanto de Leonardo Bonucci en la segunda mitad. Los transalpinos recuperaron el control del partido, impusieron su mejor versión, dominaron a Inglaterra y se proclamaron campeones después de ganar la tanda de penaltis con el fallo definitivo de Bukayo Saka. La 'Azzurra' logra así la segunda Eurocopa del país tras la conseguida en 1968. Inglaterra, sin embargo, deberá esperar una nueva oportunidad.

placeholder Los jugadores italianos celebran la victoria. (Reuters)
Los jugadores italianos celebran la victoria. (Reuters)

Los 'Three Lions' se encontraron con la final soñada en un Wembley abarrotado. El gol de Luka Shaw tras asistencia de Kieran Trippier desde la banda derecha en el minuto dos del partido inclinó el choque para el combinado de Gareth Southgate y les brindó el mejor escenario posible. Con el marcador a favor y el impacto emocional que generó el tanto del jugador del Manchester United, Italia quedó noqueada durante gran parte del primer tiempo. Harry Kane, con el dorsal '9' a la espalda y el dorsal '10' marcado a fuego en todos y cada uno de sus movimientos fuera del área, torturó a la pareja Bonucci-Chiellini y a Jorginho a lo largo de los 45 minutos. Como ya hizo Dani Olmo en las semifinales, los sacó de sitio, permitió que Sterling y Mount corriesen al espacio y aturdió a la selección transalpina.

Los pupilos de Southgate tenían el duelo donde querían. Sin la necesidad de llevar el peso del partido y con una Italia que, por primera vez en toda la Eurocopa, se veía por debajo del marcador en un partido. La presión funcionaba, el repliegue también y el muro formado por Rice y Phillips se encargaba de solucionar el resto de problemas que pudieran crear Insigne o Chiesa. Inglaterra era una roca defensiva que no se agrietaba ni a balón parado ni en estático, por mucho que Verratti, Jorginho y Barella tocasen lejos del área. Los 'Three Lions' dominaban territorialmente sin necesidad de tener la pelota y hacían de cada contragolpe un parto para sus adversarios con Sterling y Kane.

placeholder Kane controla una pelota en el primer tiempo. (Reuters)
Kane controla una pelota en el primer tiempo. (Reuters)

Una Italia irreconocible, dubitativa y temblorosa empezó a digerir un gol que amenazaba con atragantársele. Lo hizo con las aventuras individuales de Chiesa por la derecha y la magia de Insigne por la izquierda. Immobile no podía marcar la diferencia en el área rival, pero creció el ritmo con balón a través de su trío de centrocampistas y dejaron tras de sí una media hora que podía haber sido letal para sus intereses. Los de Roberto Mancini se recuperaron del mazazo mental y construyeron los cimientos del plan que llevarían a cabo en la segunda parte.

A la vuelta de vestuarios, Mancini tocó la pizarra mediante la entrada de Berardi y Cristante por Immobile y Barella. Sterling se marcó un nuevo piscinazo, esta vez sin agua, e Italia giró la dinámica del partido por completo. Presionaba arriba y robaba, hallaba recovecos en el sistema defensivo inglés por donde colar el esférico y se plantaba en la frontal del área con suma facilidad. Chiesa, en su papel de líder indiscutible del ataque, lo revolucionaba en cada ocasión. Driblaba, buscaba las cosquillas a sus marcadores y sacaba a relucir su potente disparo. Solo Pickford se interponía entre él y el empate. Insigne se sumaba a la fiesta y obligaba al guardameta del Everton a ofrecer su mejor repertorio de paradas.

placeholder Chiesa se marcó una final de bandera. (Reuters)
Chiesa se marcó una final de bandera. (Reuters)

Pero tanto fue el cántaro a la fuente que se terminó rompiendo. De las botas del imperial Chiesa nació un córner al primer palo. Una peinada al segundo palo, un remate de Verratti que se estrelló en la madera y la aparición de Bonucci en el último momento para cazar un balón muerto en el área y colocar las tablas en el marcador. Italia recogía el premio que había sembrado y cambiaba por completo la final. Lejos de conformarse, los de Mancini fueron a por más. Bonucci enviaba un balón teledirigido a la espalda de la defensa inglesa y Berardi perdonaba en los morros de Pickford.

Inglaterra estaba contra las cuerdas. A remolque de una Italia crecida y que manejaba el partido a su antojo. Creando superioridades por dentro, devolviéndole la jugada con Berardi a Southgate, con lo que Stones y Maguire no tenían referencia, y dando rienda suelta al fútbol demostrado hasta el momento. Solo el cansancio extremo que soportaban sus piernas podía parar a Chiesa. El jugador de la Juventus, visitado por la musa de la inspiración, sembró el pánico en una anfitriona que veía cómo su sueño se desvanecía después de tenerlo tan cerca. Sin más goles, el partido se fue a la prórroga.

placeholder Pickford evitó el 2-1 de Italia en muchas ocasiones. (Reuters)
Pickford evitó el 2-1 de Italia en muchas ocasiones. (Reuters)

Con dos de sus jugadores más creativos, talentosos y diferenciales en el banquillo, Southgate no tiró de Grealish y Sancho. Mancini, por su parte, remodeló el ataque italiano e introdujo a Belotti y Locatelli por Insigne y Verratti. Ambos equipos andaban con lo justo. Phillips, desde la frontal tras un córner, se sacó un latigazo que se marchó rozando el poste izquierdo. Cien minutos después, Souhtgate apostaba por Grealish con el objetivo de aprovechar el cansancio transalpino, pero Italia exudaba determinación. Por eso, Pickford tuvo que volver a lucirse para evitar el gol de Bernardeschi tras el centro de Emerson.

La segunda parte de la prórroga no iba a ser diferente. Bernardeschi cargaba el disparo y Pickford mantenía con vida a los suyos mientras los minutos se agotaban y ambos equipos se encaminaban hacia la tanda de penaltis. Pero a diferencia de la primera, Inglaterra se sacudió el dominio de la 'Azzurra'. Los de Southgate se refugiaron en el balón, combinaron sin agresividad y fue efectivo. Frenaron la sangría que les estaba causando Italia y aguantaron hasta llegar a la fatídica tanda de penaltis. Southgate, entonces, introdujo a Rashford y Sancho para la tanda. Ambos, junto a Saka, fallaron sus lanzamientos e Italia se proclamó campeona de Europa con total merecimiento.

Italia ha escrito con letras doradas su nombre en la historia de la Eurocopa después de derrotar a Inglaterra en el templo del fútbol. La selección de Roberto Mancini supo superar el mazazo emocional que representó el gol de Luke Shaw en el minuto dos de la primera parte y acabó empatando el encuentro gracias al tanto de Leonardo Bonucci en la segunda mitad. Los transalpinos recuperaron el control del partido, impusieron su mejor versión, dominaron a Inglaterra y se proclamaron campeones después de ganar la tanda de penaltis con el fallo definitivo de Bukayo Saka. La 'Azzurra' logra así la segunda Eurocopa del país tras la conseguida en 1968. Inglaterra, sin embargo, deberá esperar una nueva oportunidad.

Eurocopa Inglaterra
El redactor recomienda