El derbi de los horrores para los porteros: los errores de Lunin y Oblak marcan la eliminatoria

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El Atlético de Madrid logró el pase a los cuartos de final de la Copa del Rey en un épico encuentro que necesitó de nuevo una prórroga (4-2). Fue un derbi en el que los colchoneros demostraron su ansia de revancha después de lo ocurrido en la Supercopa de España, cuando fueron eliminados en la prórroga (5-3). Si en aquella ocasión los protagonistas fueron los delanteros por sus aciertos, en esta han sido los porteros por sus errores. Los fallos de Oblak y de Lunin costaron dos goles a sus equipos.

Este derbi estuvo lejos del ritmo frenético que hubo en la Supercopa… hasta que quedó media hora para la conclusión. Desde entonces, se produjo un ida y vuelta constante en el que los espectadores neutrales disfrutaron (y mucho). Puede que El Cholo prefiriera a su equipo más agazapado, pero a sus chicos les dio por jugar como en el colegio. El final, eso sí, fue feliz para ellos.

El partido estuvo marcado por los errores totalmente impropios de ambos porteros. Oblak completó una paupérrima salida en la que midió mal, el balón impactó en uno de los centrales y acabó en su propia portería. El Atleti tenía el partido dominado y controlado hasta ese momento tras el gol Samuel Lino, pero ahí cambió el relato.

Si Oblak falló, Lunin no se quedó atrás poco tiempo después. El ucraniano no suele cometer este tipo de fallos. Como prueba, que le ha arrebatado la titularidad a Kepa, que llegó al Madrid como titular indiscutible mientras Thibaut Courtois estuviera en la enfermería. Un centro desde la derecha rebotó en Camavinga y el balón se envenenó. Una mala salida hizo que el balón tocara en Rüdiger y luego Morata rematara a placer. Soñaban los colchoneros.

Un Griezmann estelar

El Atleti completó un partido que podría ser enmarcado por completo dentro del Mito de Sísifo. La roca subía y subía hasta la cima, pero se la devolvían rodando hacia abajo. Era como si el mismo diablo los apartara de gloria cada vez que lograban ventaja en el marcador. Finalmente, se confirmó el premio al esfuerzo realizado.

Los santos, eso sí, parecían aliados con el Madrid. Quizá tenga algo que ver que comparten el color blanco. Un error de Oblak supuso el primer tanto de los visitantes, mientras que un fallo de Morata en un mano a mano frente a Lunin evitó que el Atleti cerrara el encuentro. En la jugada siguiente, Joselu puso de nuevo las tablas cuando los madridistas se temían la tragedia.

La fortuna siempre juega un papel netamente relevante en este tipo de duelos, más todavía si es a partido único. La suerte del Atleti fue contar con un Griezmann especialmente inspirado. Un futbolista al que quizá el tiempo ponga en su sitio porque está ciertamente infravalorado. Y es una lástima, porque su gol llegó en una jugada de antología digna de cualquier clip de los más vistos de YouTube.

El plan defensivo del Atleti

Los cambios del Madrid, más allá de Joselu, no estuvieron especialmente acertados. Brahim fue el que más lo intentó, aunque sin éxito, porque el Atleti había tejido un buen plan con las ayudas. Si no estaba Koke, llegaba De Paul o también Llorente. Los colchoneros parecían un equipo ruso y no español, porque con tantos futbolistas eran como una matrioska.

Los equipos madrileños han ofrecido otro derbi con el que han disfrutado los espectadores. El sufrimiento de los hinchas madridistas y colchoneros no es deseable si a usted le apasiona el fútbol. El partido, en ese caso, tal vez requirió el desfibrilador para más de uno. Porque se jugó con mucho corazón.