"Ahora estoy intentando perdonarme": el cambio de Badosa que le permite volver a volar en Australia

Paula Badosa vuelve a sonreír. La española se regaló una importantísima victoria en segunda ronda del Open de Australia, después de derrotar a Anastasia Pavlyuchenkova por un contundente 6-2 y 6-3. Después de muchos meses de ausencia por culpa de varias lesiones de larga duración, da la sensación de que el tiempo de inactividad no ha hecho demasiada mella en ella y que, mientras le responda el cuerpo, tiene nivel suficiente para luchar por cualquier objetivo.

La que fuera número dos del mundo regresaba a las pistas en Australia, después de un 2023 donde los problemas físicos le lastraron de manera importante. Era consciente de que, en Melbourne, su idea era volver a la competición para retomar sensaciones e ir cogiendo ritmo con el paso de los partidos. Pero la propia Badosa se ha sorprendido del increíble nivel que ha demostrado en los partidos disputados en el primer grande de la temporada. Y empieza a soñar.

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Rubén Rodríguez

"No me esperaba jugar así de bien tan pronto. Perdí en Adelaida, pero mi tenis fue bueno a pesar de que mi cuerpo estaba un poco oxidado. No esperaba esto después de siete meses y estoy orgullosa", explicaba Badosa tras la victoria. Para la española, es un triunfo más que importante, pues le permite confirmar sus buenas sensaciones, con dos partidos que ha ganado por la vía rápida y en los que solo ha cedido nueve juegos. Nada mal tras su regreso a pista.

Badosa se ha visto rápida, segura y muy contundente en su juego, con muy buenas sensaciones y con pocas dudas. La primera sorprendida es la propia tenista española, que no entiende cómo está jugando tan bien después de una ausencia tan grande. Pero, sobre todo, algo ha cambiado en este tiempo de baja: no son sus golpes, su estilo, ni siquiera su forma de entender el tenis, sino algo mucho más profundo: ha aprendido a perdonarse.

La española es una jugadora muy pasional, que lo vive absolutamente todo a flor de piel. Las alegrías son desbordantes, pero los fallos también la dañan en exceso. De hecho, uno de los elementos que en los últimos años ha trabajado duramente está directamente relacionado con su capacidad para relativizarlo todo y, así, tener una coraza en competición que le permita olvidar rápido el error. Pero este año ha decidido potenciarlo y, de momento, está funcionando.

"Estoy intentando perdonarme más los fallos. Soy una jugadora muy emocional y me cuesta aceptar el fallo. Intento quejarme menos, es un objetivo personal y de momento está saliendo bien", explicaba. O, dicho de otra manera, Badosa está aprendiendo a aceptar que el fallo es parte del deporte y que, como tal, hay que darle el valor justo. Aprender del error siempre es positivo pero, durante el partido, hay que olvidar rápido para seguir luchando por el objetivo.

Será en tercera ronda donde se enfrente a Amanda Anisimova, una rival que ha estado casi un año sin jugar por problemas relacionados con la salud mental, esos que Badosa ha visibilizado y normalizado para ser una de las mejores jugadoras del mundo: "Es una tenista que ha sido Top 20 y ha jugado varias semifinales de Grand Slam. Empatizo mucho con ella por lo que vivió", explicaba la española, que se medirá a ella en busca de una plaza en los octavos de Australia.

Badosa ha vuelto a confirmar que, si su físico la respeta, lo tiene todo para ser una de las mejores jugadoras del mundo. A sus 26 años, la española quiere recuperar el tiempo perdido por la lesión y tratar de regresar a lo más alto de la WTA. "Quiero volver a la cima lo antes posible", confesaba este miércoles en rueda de prensa. El Open de Australia, que se antojaba como un campo de pruebas, se ha convertido en un lugar en el que brillar y la española no lo quiere desaprovechar.