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"Ven aquí y dímelo a la cara": el gran enfado de Djokovic en el sufrido triunfo ante Popyrin
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VICTORIA POR 6-3, 4-6, 7-6(4) Y 6-3

"Ven aquí y dímelo a la cara": el gran enfado de Djokovic en el sufrido triunfo ante Popyrin

El tenista serbio vio peligrar el partido por momentos pero, a pesar de no mostrar su mejor nivel, fue capaz de revertir el problema y llevarse una nueva y sufrida victoria en Melbourne

Foto: Djokovic, encarándose con un aficionado en la grada. (Reuters/Eloisa Lopez)
Djokovic, encarándose con un aficionado en la grada. (Reuters/Eloisa Lopez)

Novak Djokovic consiguió una trabajada victoria en tercera ronda del Open de Australia, en un partido donde sufrió en exceso para derrotar a Alexei Popyrin [6-3, 4-6, 7-6(4) y 6-3]. El número uno del mundo lo pasó realmente mal para superar a un tenista claramente inferior, donde tuvo que sacar su mejor versión para evitar un drama. Eso sí, volvió a sufrir un susto por segundo partido consecutivo, lo que confirma que no está fino del todo... e, incluso, con enfado con la grada.

Sucedió en el cuarto set del partido. Con el partido empatado y Djokovic tratando de desmontar a Popyrin, Nole se dirigió al fondo de la pista para secarse y recoger bolas para un nuevo saque. Fue en ese momento cuando, desde la grada, un aficionado le gritó algo que el serbio no se tomó de muy buenas maneras: "Ven aquí y dímelo a la cara", le repitió en varias ocasiones, algo ante lo que Carlos Bernardes, juez de silla, tuvo que intervenir para evitar males mayores.

Foto: Nagal le devuelve una bola a Bublik. (Reuters/Ciro de Luca)

Como suele ser habitual en Djokovic, el serbio salió muy fuerte en los primeros compases de partido. Muy seguro con su saque y excepcional desde el fondo de la pista, era capaz de llevar el peso del partido ante un Popyrin que trataba de rebelarse sin éxito. El australiano lo intentaba, cambiando profundidades y alturas, pero los errores no forzados le lastraban ante un Nole que sabía lo que tenía que hacer en todo momento. Su tenis era brillante.

Tanto que solo necesitó una oportunidad en el séptimo juego de la primera manga para lograr un break que, tras confirmar con su servicio, le daba la victoria en el primer parcial (6-3). El serbio golpeaba primero, pero lo que no sabía es que estaba a punto de desatarse la tormenta perfecta. Djokovic acababa de poner el partido a su favor, pero lo que tenía que ser el comienzo de un camino plácido, se iba a convertir en una tortura para el número uno del mundo.

Popyrin, consciente de que no había estado tan lejos de hacer daño a Nole, decidió subir revoluciones en su juego. Comenzó a pegar mucho más angulado, más potente y con mejor ritmo de piernas, algo que sorprendió diametralmente al serbio. De manera inesperada, Djokovic empezó a tener problemas en su juego y a verse muy atrancado en pista, fallando golpes fáciles y con problemas de movilidad. Todo cambió cuando el tenista local, en el tercer juego, rompía a su rival.

El australiano se ponía por delante y tomaba una ventaja cómoda, que Djokovic se encargaba de neutralizar en el noveno juego, precisamente el primero en el que Popyrin podía cerrar el set. Pero, de nuevo, el jugador aussie sorprendía a todos y sacaba su mejor versión para, de manera inesperada, lograr un nuevo break con el que igualaba el partido (4-6). Algo le pasaba a Djokovic: lento, sin ritmo y fallando golpes poco habituales en él. Era el momento de Popyrin.

El australiano lo sabía y no bajó el pie del acelerador en el tercer set. Rápido, con golpes de mucho nivel y alentado por una afición enloquecida con el jugador local, Popyrin se crecía con el paso de los minutos. Sí tuvo que entrar el fisio para atenderle de uno de sus gemelos, pero su ritmo no bajó un ápice. Los dos jugadores mantuvieron su saque con comodidad hasta el momento de la verdad, cuando Popyrin, con 5 a 4 a favor, perdonó hasta cuatro bolas de set.

Tras salvar el drama y mantener un juego al saque cada uno, se llegó al tie break, donde Djokovic impuso su poder. Mucho más seguro al saque y sabiendo aprovechar sus oportunidades, consiguió doblegar a un Popyrin que falló en el momento más inoportuno. Se le escapaba en el último momento un set que tenía ganado después de cometer fallos errores no forzados que permitieron a Nole volver a ponerse por delante en el partido [7-6(4)].

En el último set del partido, Djokovic creció exponencialmente y Popyrin, que vio la oportunidad de ponerse por delante muy cerca, se desinfló rápidamente. La espita que le faltaba al serbio para reaccionar fue el pique desde la grada, que provocó que se encarara con un aficionado: "Ven aquí y dímelo a la cara", espetó antes de cerrar el partido (6-3). Al llevarse la victoria, gritó a los cuatro vientos de rabia: Djokovic no está bien, pero está vivo. Veremos hasta dónde es capaz de llegar.

Novak Djokovic consiguió una trabajada victoria en tercera ronda del Open de Australia, en un partido donde sufrió en exceso para derrotar a Alexei Popyrin [6-3, 4-6, 7-6(4) y 6-3]. El número uno del mundo lo pasó realmente mal para superar a un tenista claramente inferior, donde tuvo que sacar su mejor versión para evitar un drama. Eso sí, volvió a sufrir un susto por segundo partido consecutivo, lo que confirma que no está fino del todo... e, incluso, con enfado con la grada.

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