Los errores del pasado que Alcaraz debe dejar de lado si quiere llegar lejos en el Open de Australia

Carlos Alcaraz ya está en segunda ronda del Open de Australia. El tenista español comenzó con muy buen pie el primer grande del año, si no es menos cierto que tuvo que sacar toda su artillería en el primer set para acabar con la resistencia de Richard Gasquet. El francés ofreció su mejor versión en los primeros compases de partido, donde el español tuvo que hilar fino para evitar un problema. Especialmente, porque volvió a cometer algunos errores del pasado.

El número dos del mundo llegaba a Australia después de dos años de ausencia por lesión. Tras haber levantado el US Open en 2022 y Wimbledon en 2023, el español aterrizaba en la Rod Laver con la intención de pelear por el título, pero con los pies en el suelo. Consciente de que debe de ir creciendo con el paso de los partidos, considera que tiene el juego y la mentalidad necesarios para poder optar al triunfo final. Pero debe de pulir algunos detalles.

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Rubén Rodríguez

Desde el comienzo del partido, se pudo ver a un Alcaraz muy fino físicamente. Rápido de piernas, muy seguro con su saque y con mucha solvencia al resto, mostró una versión llena de solidez en muchas facetas. Es necesario destacar que ha dado un paso adelante en su agresividad en pista, donde se vio a un jugador que tanto al servicio como recibiendo quería atacar desde la primera bola, presionando mucho y golpeando duro para desarmar a su rival.

Pero algunos elementos no terminaron de funcionarle demasiado bien en su debut, algo de lo que debe de aprender si quiere legar lejos en Australia. Y es que se le vio especialmente fallón con el revés, cometiendo numerosos errores no forzados en bolas no demasiado comprometidas. En ocasiones, Alcaraz busca acabar los puntos por la vía rápida a través de este golpeo, en lugar de buscar intercambios largos que le benefician por físico y por repertorio de golpes.

Son muchas las veces donde quiere acabar los juegos antes de tiempo, por lo que necesita entrenar esa paciencia para evitar que los partidos se le compliquen, especialmente cuando un golpe no le sale. Alcaraz es consciente de que cuenta con un buen revés y que lo sucedido ante Gasquet es solo circunstancial, pero estas situaciones se dan en los partidos: si un golpe se atraganta, hay que tener resortes suficientes para salvar la partida como sea.

Eso sí, si Alcaraz tiene un punto negro desde que se convirtiera en profesional son las bolas de break. Por juego, estilo y capacidades, el español es capaz de generarse numerosas ocasiones para romper el juego de sus rivales. Sin embargo, muchas veces no es capaz de concretarlas. De hecho, ante Gasquet, fue el claro ejemplo, fallando hasta nueve bolas de rotura que le condenaron a llegar al tie break del primer set. Muchos fallos en momentos claves.

Esta situación volvió a repetirse en el momento final del encuentro, donde necesitó hasta cinco bolas de partido para cerrar la victoria de manera definitiva. Y es que hay dos situaciones que Alcaraz no termina de controlar del todo: las prisas por acabar los puntos y la relajación en ventajas amplias. En ocasiones, ambas llegan a combinarse y generan un problema en el español, que se termina por complicar juegos que tenía ganados y no los logra resolver.

La buena noticia para Alcaraz es que el partido ante Gasquet ha sido una buena toma de contacto con la competición y que tiene mucho margen de mejora por delante. Pero si sueña con levantar el tercer grande de su carrera, necesita corregir estos errores que eran habituales en su primer año y que, hasta ahora, parecía haber evitado. Alcaraz logró una importante victoria en su debut en Melbourne: ahora, tiene otra gran oportunidad ante Lorenzo Sonego para seguir brillando.