"Yo cuidaré de ti": la historia del jugador que solo tenía 900€ y ahora puede jugar con Alcaraz

El Open de Australia suele ser territorio propicio para que se produzcan grandes sorpresas. El hecho de que sea el primer Grand Slam de la temporada, en el que los jugadores no llegan tan finos físicamente como a otros torneos, provoca que tenistas menos conocidos puedan dar un puñetazo encima de la mesa y derroten a otros con claro cartel de favoritos. Eso es, precisamente, lo que ha ocurrido en primera ronda, donde Alexander Bublik cayó ante un total desconocido.

El kazajo, que llegaba Melbourne tras caer en las semifinales de Adelaida, perdió de manera sorprendente ante Sumit Nagal, un tenista indio de 26 años con poco recorrido en los grandes torneos. Hasta la fecha, su mejor resultado era alcanzar la segunda ronda del US Open en 2020, además de haber sumado dos títulos de categoría Challenger y nueve de ITF. Cuando era joven, apuntaba a que podía triunfar... pero el covid y una lesión le frenaron en seco.

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Rubén Rodríguez

Nagal tenía muchas cualidades para convertirse en un jugador importante del tenis mundial. De hecho, fue capaz de convertirse en campeón de dobles júnior en Wimbledon 2015. Era su punto de despegue... pero no lo logró. El escaso apoyo que recibió por parte de India se juntó con la pandemia de covid y, una vez superada, cuando llegó el momento de volver a las pistas, una lesión le tuvo varios meses fuera de competición. Por su cabeza pasó la retirada con 23 años.

Sin embargo, ya había vivido una situación parecida anteriormente y, de nuevo, decidió no rendirse y darse otra oportunidad. Cuando tenía 8 años, en Delhi, Nagal comenzó jugando al cricket, deporte que practicó durante un buen puñado de meses, pero su verdadera pasión era el tenis. Por ello, decidió cambiar de disciplina y tratar de encontrar su camino. Sus cualidades eran tan buena que Mahesh Bhupathi, extenista indio que ganó cuatro Grand Slam en dobles, se fijó en él.

Le incluyó en un programa deportivo que tenía en Bangalore pero, a los dos años, India decidió no dar más fondos al tenis, por lo que decidió volver a su ciudad. Triste y cabizbajo por no poder jugar al tenis y, lo más importante, entrenar para seguir mejorando, trató de buscar una fuente económica que le pudiera permitir pagarse un técnico que le siguiera ayudando. Pero la economía familiar no se lo permitía, por lo que entendió que todo había llegado a su fin.

Hasta que, de nuevo, Bhupathi apareció como su salvador: "Regresé a Delhi en enero y, de febrero a abril, lo dejé. Me dije que era imposible, no me lo podía permitir. Mi padre es profesor, así que pensé que era imposible pagarlo. Pero, a finales de marzo, recibí una llamada de Mahesh diciendo: 'Escucha, yo cuidaré de ti. ¿Todavía quieres jugar al tenis?'. Le dije: 'Claro, me encantaría'. Y así fue como el viaje comenzó de nuevo", confesaba Nagal al The Times of India en una entrevista.

Poco a poco fue mejorando, hasta convertirse en profesional en 2015. Fue ese año cuando ganó Wimbledon júnior en dobles y comenzó a jugar torneos humildes en ATP. Pero el covid y una lesión frenaron su progresión: viviendo en Alemania y casi sin ingresos, empezó a valorar de nuevo la opción de dejar el tenis. "Solo tengo 900 euros en el banco. No puedo decir que viva una buena vida, pero al menos no estoy en negativo. Nos faltan fondos y un sistema", confesaba.

Una oportunidad única

Pese a ello, Nagal no se rindió y decidió apostarlo todo por el tenis, su pasión. Tras recuperarse de la lesión, volvió a jugar y a ganar Challenger e ITF, lo que le permitió de nuevo entrar en la rueda del circuito. Y, solo un par de años después, llegó su gran momento: en primera ronda del Open de Australia, acababa con Alexander Bublik y se clasificaba dando la gran sorpresa. Ahora, ante sí, tiene una oportunidad única para hacer historia para su país y medirse a Carlos Alcaraz.

Si Nagal gana a Juncheng Shang, un wild car chino que acabó con Mackenzie McDonald, se meterá en dieciseisavos de final del torneo, donde se podría enfrentar a Alcaraz siempre y cuando el español también derrote a Lorenzo Sonego. Nagal está viviendo el mejor momento de su carrera y, a sus 26 años, quiere seguir rompiendo barreras. De tener 900 euros en el banco a soñar con enfrentarse al número dos del mundo. La vida siempre da una segunda oportunidad.