Al límite del reglamento, pero legal: el Open Australia y el punto que se da cada 100 años

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El primer Grand Slam de la temporada en el mundo del tenis echó a rodar y ya son varios los cabezas de serie que han saltado a la pista para debutar en el Abierto de Australia. Por encima de todos, el gran favorito volverá a ser Novak Djokovic. El serbio, de hecho, busca el que sería su 25º grande, y dejaría en caso de lograrlo ya a tres de distancia a Rafa Nadal.

Además, Nole irá a por su undécimo triunfo en Australia, siendo el incontestable dominador histórico del torneo. Una cifra que aún podría haber sido mayor si no se hubiera perdido la edición de 2022 por tener prohibida su entrada al país al no haberse vacunado. Contando con aquella, Djokovic ha ganado en cuatro de las últimas ediciones. Una auténtica barbaridad que no tiene pinta de acabar a corto plazo.

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El Confidencial

En 2023, el tenista serbio venció en lo que fue su regreso al Open de Australia, y lo hizo ganando en la gran final a Stefanos Tsitsipas. El griego llevaba dos años seguidos cayendo en las semis, pero logró superar al ruso Karen Khachanov para pelear por el que habría sido su primer Grand Slam. Y ahí se cruzó con Djokovic. El balcánico no dejó lugar a las sorpresas, ganando 6-3, 7-6 y 7-6. Un año después, Tsitsipas ha comenzado de nuevo el camino hacia la final.

Un punto que se da una vez cada cien años

Tsitsipas quedó encuadrado en un comienzo contra un rival complicado en la primera ronda, Matteo Berrettini, pero el italiano causó baja antes de que arrancara el partido, por lo que el contrincante del tenista griego pasó a ser el alemán Zizou Bergs. Pese a que este comenzó dando la sorpresa ganando la primera manga 7-5, Tsitsipas remontó el choque y acabó llevándose los tres siguientes con comodidad (6-1, 6-3 6-3). Más allá de eso, el partido dejó un punto para el recuerdo que raramente suele verse sobre la pista.

El griego arrancó el segundo set ganando su saque, y no tardó en tener punto de break a favor en el siguiente juego, algo que acabó convirtiendo tras una rocambolesca acción. Después de un largo peloteo, Bergs se fue a la red, respondiendo el intento de passing de Tsitsipas con un golpe que provocó que la bola botara en campo rival antes de regresar al del alemán, pero el griego llegó a ella, golpeándola antes de que botara en el otro campo metiendo parte de su cuerpo en el otro lado de la red, algo permitido siempre y cuando no se toque la propia red. La cara de incredulidad de Bergs al ver lo que acaba de suceder lo resumió todo. Un punto muy complicado de ver que acabó siendo clave al culminar el inicio de la remontada de Tsitsipas.